La cuaresma es un tiempo fuerte a la conversión de corazón

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela. Se trata de vivir cuarenta días que marcan el tiempo de la cuaresma, justamente de preparación y revisión de nuestras vidas para buscar un cambio interior sobre aquellas prácticas oscuras y en tinieblas.

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Por Emilio Grande (h.).- Luego del fin de semana del carnaval, con el tradicional “miércoles de ceniza” se inició la cuaresma, el momento más importante del año litúrgico de la Iglesia Católica, en el que los cristianos celebrarán la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

El “miércoles de ceniza” es una de las tradiciones más sagradas del catolicismo, remontándose a la Iglesia primitiva. En aquel entonces las personas se colocaban ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad con un “hábito penitencial” para recibir el sacramento de la reconciliación el Jueves Santo.

La cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos casi 400 años después de Cristo y a partir del siglo XI la Iglesia en Roma impuso las cenizas al inicio de este tiempo.

Su función está descripta en un importante documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. En el artículo 125 establece el “Directorio sobre piedad popular y la liturgia”, expresando que “el comienzo de los 40 días de penitencia, en el rito romano, se caracteriza por el austero símbolo de las cenizas, que distingue la liturgia del miércoles de ceniza. Propio de los antiguos ritos con los que los pecadores convertidos se sometían a la penitencia canónica, el gesto de cubrirse con ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida por la misericordia de Dios”.

Se trata de vivir cuarenta días que marcan el tiempo de la cuaresma, justamente de preparación y revisión de nuestras vidas para buscar un cambio interior sobre aquellas prácticas oscuras y en tinieblas.

El obispo diocesano Pedro Torres difundió la carta pastoral a la familia diocesana de Rafaela titulada “Volvamos a Jesús, la palabra de amor del Padre y en Él renovemos la escucha, la alegría y la esperanza”, remarcando “escuchar los clamores de los jóvenes, la inseguridad, los padres, las madres, los jubilados que viven con angustia la situación económica, los grandes espacios de la humanidad azotados por el fracaso de la guerra, del cambio climático”. 

Nuevamente se realizará el gesto solidario de Cuaresma a lo largo y ancho de la diócesis de Rafaela a través de 36 parroquias ubicadas en los departamentos Castellanos, San Cristóbal y 9 de Julio. Se puede utilizar sobres y alcancías de colectas anteriores y el Jueves Santo llevar a misa el fruto de nuestras privaciones.

En su mensaje cuaresmal, “A través del desierto Dios nos guía a la libertad”, el papa Francisco señala: “El desierto es el espacio en el que nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitud. En cuaresma, encontramos nuevos criterios de juicio y una comunidad con la cual emprender un camino que nunca antes habíamos recorrido”.

Finalmente, Jesús sigue siendo crucificado frente a tantos pecados mundanos, que afectan a millones de personas: la invasión de la Rusia de Putin a Ucrania y la guerra de Hamas-Israel con miles de muertes y migraciones, el autoritarismo de Ortega en Nicaragua con la persecución y encarcelamiento de obispos y sacerdotes, la Argentina con la legalización de aborto (también en otros países) y casi la mitad de la población sumida en la pobreza y sin horizontes claros para el futuro, el dominio de un grupo de países ricos frente a la mayoría de sus pares más empobrecidos, el materialismo egoísta para tener poder y riquezas a cualquier precio frente a los más vulnerables que son descartados en distintos ambientes sociales.

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