Vincenti convive con biblioteca y archivo imprescindibles en Rafaela

“No los conté, lo que sí sé es que tengo 210 metros lineales”, aclara la historiadora. Se trata de libros y documentos de historia local, provincial y nacional, que compró y le regalaron. Comparada con otras ciudades, “en Rafaela estamos muy mal, si hablamos de archivos prácticamente no se conservó nada”, opina. Es miembro de número de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe.

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Por Emilio Grande (h.).- La historiadora rafaelina María Inés Vincenti está feliz porque ha logrado avanzar con el objetivo propuesta de contar con su biblioteca y archivo privado en su propia casa del barrio Guillermo Lehmann.

“Empecé a dedicarme a la historia hace muchísimos años cuando era jovencita y a comprar libros de historia. Entré a la facultad entusiasmada por la historia universal y salí enamorada de la historia argentina; después tuve un profesor que me orientó hacia la historia regional y en definitiva mis investigaciones están dirigidas a esa cuestión: a la historia de Santa Fe, del centro de la provincia y especialmente del departamento Castellanos”, destaca en una entrevista con este cronista.

El acervo incluye casi todas las obras de la Academia Nacional de Historia; las memorias de los inspectores de colonias de la provincia de Santa Fe; las obras completas de Sarmiento, Pellegrini, Alem, De la Torre, Avellaneda, Yrigoyen; los censos nacionales; mensajes de presidentes y de gobernadores de Santa Fe, Córdoba y La Pampa; diario de sesiones de las cámaras nacionales de Diputados y Senadores; obras de Zeballos, Del Valle, De Irigoyen, Mansilla; libros de los mejores historiadores argentinos y extranjeros de los siglos XIX, XX y XXI que se ocuparon de la historia argentina; colecciones completas e incompletas de revistas especializadas; libros bajados de internet de las universidades españolas, alemanas y estadounidenses; el archivo de Mitre, De Elizalde, Gutiérrez y Paz; documentos digitalizados del Archivo General de la Nación, del Archivo General de la Provincia de Santa Fe y del Museo de la Colonización de Esperanza; geógrafos de la época de la Confederación; obras de casi todos los historiadores de Santa Fe y Rosario; historia de las localidades de las provincias de Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba, de los partidos de la provincia de Buenos Aires y de todas las provincias; publicaciones de los museos Roca, Mitre, Sarmiento y Marc; la revista de Buenos Aires (1865); todas las obras de Carrasco y el primer censo de la provincia de Santa Fe; el censo confederal (1858); obras conmemorativas del primer centenario (1910-1916); mapas catastrales y mensuras; diccionarios biográficos; libros de la escuela primaria de principio del siglo XX; obras de época; estadísticas argentinas; planos de Rafaela de principio del siglo XX; publicaciones oficiales de la provincia de Santa Fe; entre otros.

Vincenti cuenta con un amplio currículum: se recibió de profesora de Historia en la Universidad Católica de Santa Fe y realizó un posgrado en Historia Social en la Universidad Nacional del Litoral. Tiene una experiencia docente de casi 40 años entre 1973 y 2011 en la Universidad Católica de Santa Fe, la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Rafaela y el Instituto Superior del Profesorado de Rafaela Es miembro de número de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe y es autora de investigaciones y publicaciones acerca de la historia de Rafaela y su región.

-Con el paso de los años fuiste comprando libros, ¿tenés 10.000 aproximadamente en tu biblioteca?

-No los conté ni pienso hacerlo, lo que sí sé es que tengo 210 metros lineales, más de dos cuadras (risas), donde también hay fuentes, archivos privados y familiares. Hay documentos que me han regalado y estoy muy agradecida con personas de Rafaela, de Santa Fe y otros lugares. En una época compraba en Santa Fe, Rosario, Buenos Aires y Córdoba; en los últimos años lo hago por internet. Ya no estoy en edad de ir acarreando con libros, que son pesadísimos, por las calles de una ciudad. Algunos libros los leo en forma completa, pero gran parte son de consulta, por ejemplo los diarios de sesiones no voy a leer los 200 tomos sino determinados temas y/o personajes; lo mismo pasa con los diccionarios biográficos, busco las biografías que me interesan, o de legislación; los mensajes de los gobernadores, leo aquello que me lleva la investigación; al igual que con los debates parlamentarios. Las revistas había que comprarlas y leías solamente un artículo que te interesaba; ahora están en internet, pero se ha tomado la costumbre entre los historiadores de incluir muchas temáticas y te compras un libro por un artículo.

-¿Cómo está Rafaela si la comparamos con otras ciudades de acceso a las fuentes bibliográficas y de archivos?

-Estamos mal, si hablamos de archivos en Rafaela prácticamente no se conservó nada. En el archivo del Concejo Municipal están las actas, pero con los expedientes no sé qué pasó, los consulté en la década los 80 y después fui en el 2012, me encontré con los expedientes desarmados, la persona que hizo eso no tenía la más mínima idea y no sé cómo se puede solucionar; ya les reclamé a los concejales hace 10 años, incluso algunos me trataron mal: “usted verá los archivos si nosotros se lo permitimos”. Si sos mayor de 18 años, tenés acceso a la información.

-¿Cómo está el Archivo Histórico Municipal de Rafaela?

-Ahí tiene que ir lo del Departamento Ejecutivo, todo lo anterior a la década del 60 se perdió. En Rafaela se hicieron 3 censos municipales y no están las cédulas censales; en otros sitios conservaron las cédulas censales de 1869 y 1895, y las provinciales de 1887. No ha habido una política de rescate de fuentes. Conseguí para el Archivo Municipal la colección de Ezequiel Gallo, el archivo Mercedes Lehmann de Moerch, el archivo de Juan Báscolo; tengo el libro de la guía oficial de la provincia de Santa Fe de 1932, que me regalaron porque la persona que lo llevó a la Biblioteca Municipal le dijeron que no lo querían. Los diarios de sesiones de la Legislatura de Santa Fe, que había conseguido, los tenían tirados en un depósito lleno de tierra. El problema está en la falta de personal técnico y de autonomía. Si comparo con Santa Fe, el archivo de la provincia y los museos tienen autonomía, cuentan con personal técnico y trabajan sobre el rescate de fuentes, pero eso en Rafaela no ocurre a pesar de lo especificado en las ordenanzas.

-¿Pueden consultar el material de tu biblioteca historiadores y estudiantes de Rafaela y la zona?

-Yo la pensaba abrir, la idea es esa, pero el problema está en la inseguridad. Dicté durante años mi cátedra de seminario de “Historia regional” en mi casa porque me lo permitió el Instituto; era una cátedra ambulante en distintos archivos de instituciones. Una amiga abogada me alertó que no puedo abrir mi casa por la inseguridad.

-¿En qué temáticas estás investigando actualmente?

-Terminé una historia sobre el distrito de Galisteo y se me abrieron muchísimas puertas porque una familia muy generosa me facilitó su archivo. Estoy revisitando la historia de Santa Fe porque hacer la historia de un distrito o una ciudad en forma aislada no tiene sentido; entonces iré por el siglo XIX como siempre, aunque aún no lo he determinado. Tengo un trabajo pendiente y para el que ya he levantado muchísima información en archivos de muchas ciudades y que algún día se convertirá en un libro sobre el traspaso de las tierras del departamento Castellanos del dominio público al privado, hasta que entraron a la colonización agrícola.

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