Viaja a Cartagena con la imaginación

La ciudad portuaria colombiana, hogar de los sonidos y bailes característicos de la región, está tan llena de magia que ha inspirado libros de Gabriel García Márquez.

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Por Sebastian Modak.- Aunque tus planes de viaje estén en pausa, puedes fingir que estás en un lugar nuevo para pasar la noche. La serie “Alrededor del mundo en casa” te invita a evocar el espíritu de un nuevo sitio cada semana con recomendaciones para explorar la cultura desde la comodidad de tu hogar.

En un día despejado, desde el Convento de La Popa que data del siglo XVII en la cima de una colina de 150 metros de altura, la vista de Cartagena puede provocar un vértigo leve. Poco a poco, con el horizonte como punto de referencia para la ciudad portuaria colombiana, puedes comenzar a orientarte.

Ese inverosímil conjunto de rascacielos es Bocagrande, un vecindario donde los centros turísticos playeros comparten espacio con relucientes torres de oficinas. Lo siguiente que se ve en el panorama es el casco antiguo amurallado, donde se mezclan las iglesias de la época colonial con tiendas y restaurantes de colores brillantes en estrechos callejones. Entre los dos vecindarios hay otro: Getsemaní, poco llamativo desde lejos, pero, al observarlo de cerca, es una verdadera galería de arte callejero rebosante de energía creativa.

Las murallas que rodean el centro histórico, la animada zona de los restaurantes de la Plaza de San Diego y una tranquila vista al mar.

Esta es una ciudad tan llena de magia que inspiró libros enteros de Gabriel García Márquez; incluso después de establecerse en Ciudad de México, el ganador del Premio Nobel siguió teniendo una casa en este lugar. Tal vez eso se debe a que el encanto de Cartagena deja una marca indeleble en tu memoria y, a la vez, alimenta tu imaginación. Aún recuerdo mi primera visita, hace más de 20 años, como parte de un viaje más extenso al país natal de mi madre. En mi mente, el color azul de ese mar bajo el resplandeciente sol caribeño es más azul que cualquier cosa que haya visto desde entonces.

Cartagena ha sido durante mucho tiempo una parada importante para los visitantes internacionales en Colombia. La ciudad logró escapar a lo peor de la violencia relacionada con las drogas en el país, aunque sigue luchando contra la brutalidad policial y las desigualdades raciales.

La gente viene a la ciudad para echar un vistazo a su historia; alguna vez fue uno de los puestos de avanzada más lucrativos (y extractivos) de España en el mundo, pero luego el visitante termina enamorándose de mucho más: los clubes nocturnos cuya algarabía dura hasta la madrugada con músicos de toda la región, los mariscos y los postres fritos, y las maneras menos tangibles en las que desencadena la creatividad. Llegará el momento en que podamos volver a experimentar la ciudad en persona; mientras tanto, hay algunas estrategias para evocar la magia de la ciudad desde la comodidad de tu hogar.

Un paseo junto a las murallas de la vieja ciudad de Cartagena

Un paseo junto a las murallas de la vieja ciudad de Cartagena.

Según la novelista cartagenera Margarita García Robayo, es imposible no establecer conexiones entre su ciudad natal y los libros de García Márquez, quien falleció en 2014. “Si has leído a García Márquez, no hay manera de que puedas ir a Cartagena y no escuchar todas las campanitas de reconocimiento”, afirmó García Robayo, cuya colección Fish Soup incluye exploraciones de la vida en la costa caribeña de Colombia.

Mucha gente no se da cuenta de cuán influyente fue para la escritura de García Márquez la ciudad de Cartagena, donde trabajó durante un tiempo como periodista. Algunas de sus escenas más imaginativas (hombres con alas gigantes, sangre que puede subir escaleras, fantasmas más propensos a conversar que a acechar) parecen menos descabelladas cuando se ha pasado un día perdido en las calles empedradas y salpicadas de sol de la ciudad. La lectura de sus libros te llevará directamente a esas calles, con magia y todo. Por eso, el autor dijo que le preocupaba más la verdad que la fantasía. “El problema es que la realidad caribeña se asemeja a la imaginación más salvaje”, le dijo García Márquez a The Paris Review en 1981. Para leer algo directamente relacionado con la ciudad, comienza con una de las más célebres novelas del autor, El amor en los tiempos del cólera. A pesar de que nunca se nombra la ciudad en el libro, encontrarás susurros de Cartagena por todas partes.

Una bailarín en la Plaza de Bolívar, el club nocturno Café Havana que a menudo presenta música de salsa en vivo y tamborileros en la cercana ciudad de San Basilio de Palenque.

“Cartagena es una ciudad llena de sonido”, me dijo García Robayo. “La gente habla a gritos, la música suena a volúmenes ensordecedores y siempre, siempre hay risas de fondo”.

Hay muchos elementos para recrear en tu sala, pero puedes empezar con lo siguiente: la champeta, la música bailable afrocolombiana que resuena desde los picós, que son sistemas de sonido de colores brillantes instalados en las esquinas de las calles de la ciudad. La letra se canta en español y en palenquero, un idioma criollo de origen español que se habla en la vecina ciudad de San Basilio de Palenque, el primer asentamiento de africanos libres en el continente americano. Las melodías provenían originalmente de la música bailable de Sudáfrica, el Congo y Ghana, que apareció en los muelles de Cartagena y Barranquilla en manos de marineros de África occidental en las décadas de 1970 y 1980. En los últimos años, la champeta, que en su día fue estigmatizada y relacionada con la delincuencia (una perspectiva que es producto de siglos de colonialismo, racismo e inequidad) ha empezado a ocupar el lugar que le corresponde como el sonido característico del Caribe colombiano.

Para sentir que estás pasando una noche en Cartagena, reproduce el tipo de canciones que escucharías en clubes nocturnos como el Bazurto Social Club o en picós que aparecen lejos de los turistas, fuera de la ciudad amurallada. Empieza con esta lista de reproducción que incluye algunos grandes artistas de la champeta y géneros relacionados. Si te sientes especialmente ambicioso, intenta hacer los movimientos de baile de la champeta que lo acompañan.

https://open.spotify.com/embed/playlist/1R3XQYB4QrzGa9v4R1WGtY

Por supuesto que la champeta no es el único estilo musical que escucharás en Cartagena, así que, para entrar de lleno en los sonidos de Colombia que convergen en las calles de la ciudad, inscríbete a un recorrido virtual. Impulse Travel, una agencia de viajes colombiana que trabaja con organizaciones comunitarias, ofrece una versión virtual de su recorrido Sonidos de Colombia, que condensa el viaje de ocho días en una experiencia virtual de una hora de duración, que se ofrece bajo pedido.

“Tuvimos la suerte de haber capturado muchas imágenes y grabaciones de audio de alta calidad de los viajes que habíamos hecho en el pasado”, me dijo Rodrigo Atuesta, director general de Impulse Travel. “Así que armamos una experiencia virtual para hacer que la gente viaje a través del paisaje sonoro de este recorrido único”. Quizá no termines bailando al atardecer al son de un acordeón o viendo a los artesanos labrar flautas tradicionales, pero si entrecierras los ojos (y bebes suficiente ron Dictador) podrías pensar que lo estás haciendo.

 Empanadas de carne y papas colombianas, pollo al estilo colombiano, short rib; y guiso de papas y arepas de maíz y queso colombianos.

Cartagena es uno de los mejores lugares del país para probar la cocina colombiana, una fusión abundante y deliciosa de tradiciones culinarias africanas, indígenas y españolas. Aunque hay algunos platillos para probar en la sección New York Times Cooking, ¿por qué no cocinar con la ayuda de un habitante del lugar, para sentir que realmente estás allí? Y, ya que estamos hablando de Cartagena, esta clase de cocina viene con música.

Foodies, una empresa colombiana de turismo gastronómico, ofrece una experiencia en línea de Arepas y baile, donde los invitados aprenderán a hacer arepas, una delicia de maíz, acompañados de una banda sonora genial. Probarás la arepa de huevo, una arepa amarilla rellena de huevo y carne molida, y la arepa blanca con anís. En Cartagena, las arepas de huevo (o empanadas de huevo, como a veces se les llama confusamente) se encuentran en cualquier parte de la ciudad, incluso en los picós. Así que, para sentir que realmente estás tomando un descanso de la champeta que suena en los sistemas de sonido, Foodies tiene una lista de reproducción para acompañar toda la preparación.

Has navegado por los recovecos de Cartagena a través de la palabra escrita, bailaste con el bajo que resuena en el estómago de la música de la champeta e hiciste el intento de preparar una delicia local. Es el momento de relajarse con un postre. Las cocadas son pequeños dulces a base de coco que se encuentran en toda Latinoamérica; sin embargo, para probar algunas de los mejores, tienes que ir a Cartagena y buscar a las palenqueras, las mujeres afrocaribeñas de San Basilio de Palenque que han hecho de este postre un arte.

AfroLatinx Travel, una empresa turística dedicada al patrimonio africano de Latinoamérica, ofrece una presentación en línea sobre la elaboración de cocadas con María Miranda, una experta en cocadas de Cartagena. Junto con una introducción a un rico patrimonio culinario, la clase magistral de Miranda ofrece un recordatorio de nuestras responsabilidades como turistas, (virtuales o no) de la necesidad de ser respetuosos como visitantes y del trauma subyacente que permea la historia de Cartagena.

“En Cartagena, con frecuencia vemos a estas mujeres con sus vestidos de colores brillantes y sus productos a la venta”, se lee en la descripción de la experiencia. “Sin embargo, ¿las vemos más allá de sus vestidos de estilo colonial y sus productos a la venta? Son mujeres reales. Estas mujeres negras han luchado por permanecer en espacios que han despreciado su presencia. Ellas no son atracciones turísticas”.

Una persona pasea en una calle de la antigua ciudad amurallada de Cartagena. Al fondo está la icónica Catedral Basílica Metropolitana de Santa Catalina de Alejandría.

Una persona pasea en una calle de la antigua ciudad amurallada de Cartagena. Al fondo está la icónica Catedral Basílica Metropolitana de Santa Catalina de Alejandría.

¿Cómo vas a llevar el espíritu de Cartagena a tu casa? Comparte tus ideas en los comentarios.

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El autor fue el viajero de la serie 52 Lugares en 2019. Antes de ser seleccionado para reportar sobre la lista anual de The New York Times, trabajó en Condé Nast Traveler como editor y escritor. @sebmodak

Fuente: https://www.nytimes.com/es/2021/01/16

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