Tiempo de balance…

Por Alicia Riberi.- Si uno piensa en hacer un balance exhaustivo, seguramente se nos pasará algo, pero lo que no se nos puede pasar, es lo que represente una señal para ser mejor persona, mejor familia, mejor sociedad, mejor profesional, mejor cristiano. La vida encierra profundos y continuos desafíos y depende de cada uno, sortearlos de la mejor manera, que no es lo mismo que hacerlo de la manera más cómoda. Como seres humanos tenemos una formación que a veces nos viene de cuna y otras porque no escuchamos y a pesar de los esfuerzos familiares, no seguimos un rumbo en valores, es por eso que sería muy bueno mirarnos con honestidad por dentro y aceptar nuestros errores y aunque nos cueste, proponernos mejorarlos. Si como seres únicos e irrepetibles, podemos superar defectos, trabas, piedras, solo así podremos conformar una familia propia sustentada en valores. En consecuencia si conformamos una familia sustentada en valores, se proyectará en nuestra participación social. Si seguimos el hilo de estos párrafos, podemos comprender que si volvemos a la familia, como núcleo fundamental de la sociedad, habremos logrado una meta, que con el pequeño aporte de cada uno, se reconstruirá esta sociedad, llena de agresividad, desencuentro, materialismo, antivalores, que desgasta y nos causa mucha tristeza e impotencia. Quiero trasmitir a todas las personas que pueda, en este fin de año, un mensaje de esperanza de optimismo y pedirles que dejemos atrás tanta negatividad, ya que a veces o tal vez, muchas veces, olvidamos que Dios está y obra y escucha al que ora, al que sirve a su prójimo, al que tiende puentes, manos, al que no se olvida que compartir, no es dar las sobras, es dar aunque nos cueste. Para hacerlo más gráfico, si tengo pan gracias a Dios y el que está a mi lado no, lo reparto aunque me quede con mucho menos. Si hablamos de políticos, mejor no hacer balance, ya que cada uno acomoda la realidad como más le gusta. Es lamentable ver los programas periodísticos, ya que son en muchas ocasiones crueles para pintar la realidad y si ves diez programas todos la ven distinta y se olvidan que somos nosotros los que todos los días le hacemos frente a la vida, física, espiritual y material, somos nosotros los que sabemos, cuánto sale vivir, afrontar la realidad y no necesito que me convenzan de nada, gracias a Dios tengo la capacidad como todos ustedes de pensar, razonar y decidir. Me gustaría más que informen y dejen que cada uno se forme su propia opinión…utópico…no??? Rescato que hay muy buenos periodistas acá y en el resto del país, que no están comprendidos en este grupo que mencioné…cada uno sabrá en qué grupo está. Finalmente encontré en un documento: Los Desafíos Pastorales de la Familia en el contexto de la evangelización, Instrumentum Laboris, (Ciudad del Vaticano 2014) y quiero rescatar un párrafo para compartir… Sigue siendo un espacio privilegiado en el que Cristo revela el misterio y la vocación del hombre… Existe el riesgo de olvidar que la familia es la «célula fundamental de la sociedad, el lugar donde se aprende a convivir en la diferencia y a pertenecer a otros»… No mucho más que decir. Para todos, un feliz fin de año en familia, resignando diferencias y construyendo juntos y un próspero año nuevo, que nos encuentre transitando el camino correcto, que antes o después nos conducirá a Dios. Estamos en tiempo de balance…ojalá sepamos aprovecharlo.

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