Reflexionar sobre el 9 Julio para repensar la compleja coyuntura…

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela. Esta fecha patria debiera servir para estudiar la historia argentina y la actuación que tuvieron los próceres, pensando en el bien común de la Argentina.

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Por Emilio Grande (h.).- Este domingo 9 de Julio se cumplen 207 años de la Declaración de la Independencia, siendo una jornada para repensar nuestra historia y la coyuntura nacional, que por momentos se torna difícil de comprender sobre la compleja y grave crisis institucional, política, económica y social.

“Recuperar los derechos de que fueran despojadas las provincias”, dice uno de los puntos del Congreso de Tucumán del 9 de julio de 1816, que proclamó la independencia nacional, con la participación de 29 congresales (de los cuales 11 eran sacerdotes) de distintos lugares del país en una casa prestada de la ciudad San Miguel de Tucumán.

Al respecto, Joaquín V. González había señalado: “es justo decir que el Congreso de Tucumán ha sido la asamblea más nacional, más argentina y más representativa que haya existido jamás en nuestra historia”.

En la sesión del 9 de Julio de 1816 se acordó tratar la declaración de independencia. El secretario Juan José Paso leyó al Congreso la propuesta para el voto: “Si querían que las Provincias de la Unión fuesen una nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópolis…”.

Así se había concretado el primer y principal objetivo del Congreso: la independencia nacional. A través de su fórmula la asamblea subrayaba el triunfo de la idea americana de la revolución.

No se declararon emancipadas las Provincias Unidas del Río de la Plata sino las de Sud América, en un gesto de amplitud, que importaba un compromiso hacia el resto del continente y una vocación de unidad. También representaba el Congreso el ideal de la unidad nacional frente a un localismo disolvente.

Hoy como hace más de dos siglos de aquella gesta histórica argentina, el espíritu independizador vuelve a cobrar vigencia. Más allá de aquel histórico Congreso de Tucumán, todavía no se materializó totalmente el sueño emancipador de nuestros próceres.

Las actuales autoridades y dirigentes en general, sumado a los ciudadanos, debiéramos reflexionar sobre el sentido de esta fecha patria, estudiar la historia argentina y la actuación que tuvieron aquellos próceres, pensando más en el bien común de la Argentina, dejando de lado los intereses particulares, sectoriales y corporativos.

La Argentina viene arrastrando en los últimos años graves problemas institucionales crónicos sin resolver: inflación, corrupción generalizada, aumento de la pobreza, inseguridad, infraestructua, entre otros, lo que genera incertidumbre en la población y no son pocos los que emigran del país, buscando nuevos horizontes.

En casi 4 años asistimos a peleas interminables en el Gobierno entre Alberto y Cristina, que repercuten en la economía, produciendo falta de confianza, donde se emite descontroladamente lo que genera el aumento del déficit fiscal y de la inflación, más la disparada del dólar…  Urge hacer grandes consensos entre los principales actores sociales, de lo contrario no tendremos futuro nacional y estamos caminando por una frágil cornisa.

A pesar de los problemas actuales de cada sector y del país en general, el 9 de Julio es una fecha para reflexionar sobre nuestra historia para no repetir los errores del pasado y proyectar un futuro mejor para nuestra querida Argentina. El papa Francisco había manifestado en el Bicentenario en 2016 su solidaridad con los “hijos más llagados” del país, «a la madre patria no se la puede vender»…

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