Los jubilados y los niños no son tenidos en cuenta por el Gobierno

Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela.

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Por Emilio Grande (h.).- Lamentablemente, las autoridades nacionales, provinciales y municipales, y los legisladores nacionales y provinciales todavía no cayeron en la cuenta sobre la gravedad institucional en la que se encuentra la Argentina.

En esta oportunidad, me voy a centrar en dos aspectos puntuales. La “cultura del descarte”, como viene denunciado el papa Francisco, se evidencia claramente con los jubilados, los niños y adolescentes.

Históricamente, el sector pasivo fue siempre olvidado por todos los gobiernos nacionales, dándoles migajas de aumentos cuando aportó durante años como activo para tener un merecido descanso al llegar a la edad jubilatoria.

El Gobierno anunció por decreto que a partir de diciembre los ingresos de los jubilados y pensionados subirán un 5%, con lo cual el haber mínimo (el 63% de las prestaciones está en ese nivel) pasará de $18.129 a $19.035 (mientras que la fórmula de 2017 sería de $ 19.981) y el máximo de $121.990 a $128.089 (pero con la fórmula anterior llegaría a $ 146.386).

Con este 5%, en el año las jubilaciones acumularán un aumento de entre el 24% y 35%, según los haberes. La suba del año es inferior a la que hubiera resultado de la fórmula de movilidad que estuvo vigente en 2018 y 2019, y le sirvió al Gobierno para reducir el nivel de gasto en jubilaciones. Con la modalidad de reajustes aprobada durante el macrismo en diciembre de 2017, la suba de las jubilaciones en 2020 habría llegado al 42%, unos puntos por arriba de la inflación proyectada para el año de 36%, según las estimaciones de los economistas que participaban del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) difundido por el Banco Central.

La líder de la Coalición Cívica Elisa Carrió criticó con dureza el irrisorio incremento: «El aumento a los jubilados es una vergüenza nacional porque la canasta básica se duplicó. Dan un 5% y la inflación interanual será de un 40%».

¿Dónde quedaron los miles de militantes del peronismo y de la izquierda que salieron a la calle a protestar el ajuste del gobierno de Macri y tiraron 14 toneladas de piedras en la plaza del Congreso en diciembre de 2017? Parece que no es ajuste lo que está haciendo el gobierno de Alberto Fernández. Por este motivo, este lunes 23 de noviembre a las 17 horas se realizará otro banderazo en el país, también en Rafaela, en defensa de los jubilados.

El otro aspecto a analizar es la grave crisis educativa que genera la no presencialidad debido a la eterna cuarentena. A 8 meses del decreto presidencial y cuando faltan pocas semanas para que finalice el ciclo lectivo, solamente el 1% de los alumnos (casi 127.000) de 9 provincias está habilitado para asistir a clases presenciales y a determinadas actividades educativas.

¿Cuánto aprendieron los estudiantes de manera virtual? ¿Se pudieron dar todos los contenidos? ¿Cuántos alumnos abandonaron el sistema educativo? ¿Cuáles fueron las desigualdades entre quienes estuvieron conectados a las clases y aquellos que tuvieron problemas de conectividad? ¿Cuáles son los daños psicológicos por la pérdida de socialización de los niños y adolescentes con sus pares? ¿Cuánto estrés generó entre los docentes y los padres?

Al respecto, Alejandra Cardini (directora del Programa de Educación de CIPPEC) opinó que “la presencialidad es una herramienta clave para que el Estado mitigue las desigualdades que la pandemia profundiza. Cerrando el año y de cara al ciclo 2021, es clave planificar un retorno a las aulas montado sobre los pilares de la seguridad, la justicia educativa, la flexibilidad, la creatividad y la búsqueda de consensos sólidos entre todos los integrantes de la comunidad educativa”.

A decir verdad, este 2020 fue casi un año perdido en educación porque no había motivos valederos para aislar a todo el sistema educativo, en todo caso haber aislado a los lugares más conflictivos por los contagios y, al mismo tiempo, la aplicación de protocolos con una presencialidad segura en las aulas mezclada con clases virtuales. La OMS y la Unicef advirtieron sobre los efectos negativos de no reabrir las escuelas, siendo la Argentina el único país del mundo sin clases presenciales durante este año. Pero es más importante abrir bares, casinos y teatros, y permitir que la gente viaje parada en los colectivos urbanos. Las contradicciones de nuestra sociedad argentina enferma y sin horizontes claros a la vista.

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