La pobreza es un escándalo social

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela. No tenemos que acostumbrarnos con esta realidad sino que debe mover las “estanterías” de nuestros corazones para trabajar en consecuencia, teniendo mayores responsabilidades la dirigencia política en todos los niveles.

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Por Emilio Grande (h.).- En el primer semestre del año bajó levemente la pobreza, pero subió la indigencia, según informó el Indec. Un 36,5% de la población es pobre, 0,8 puntos porcentuales menos que en el semestre anterior. Estos porcentajes implican que en la Argentina hay 10,6 millones de personas (2,7 millones de hogares) en situación de pobreza. Si se proyecta al total del país, la cantidad de pobres asciende a 17 millones de personas.

Es indigente el 8,8% de los argentinos (2,6 millones), es decir, 0,6 puntos porcentuales más que en la medición de hace 6 meses. Proyectado a nivel país, son 4,1 millones de personas.

Otro dato preocupante es que un poco más de la mitad de los niños en todo el país son pobres: al analizar por grupos de edad, se observa que 50,9% de las personas de 0 a 14 años son pobres. El porcentaje total de pobres para los grupos de 15 a 29 años es de 43,3% y de 30 a 64 años es del 32%.

Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), explicó por qué se dio este contraste entre baja de la pobreza y suba de la indigencia, señalando que “el hecho de que una baje y otra suba se debe a que las changas son cada vez menos y ha habido un empobrecimiento de los ingresos de los trabajadores informales precarios. Hay más trabajadores, pero con menor remuneración y las ayudas sociales no han sido suficientes. Creo que en el segundo semestre van a crecer tanto la pobreza como la indigencia”.

Salvia advirtió respecto de la pobreza que el hecho de que tienda a la baja no implica que el problema estructural haya mejorado: “Este leve descenso responde a que hay gente que se ha incorporado a las actividades informales, a trabajos por cuenta propia y no registrados, y a un poco de recuperación de la construcción. En el primer trimestre eso ayudó en los ingresos de los hogares, pero ya en el segundo trimestre la inflación se devoró ese alivio e hizo que esa leve recuperación no fuera sostenible”.

En este contexto, solo el 5% de los niños, niñas y adolescentes (NNyA) consumen de manera simultánea alimentos recomendados por las Guías Alimentarias (GAPA) en cantidad frecuente (aceptable o adecuada). En el extremo opuesto, el 38% los consume, también simultáneamente, en forma regular o inadecuada. El resto (57%) tiene una alimentación de calidad media, en la que alguno o varios de los grupos de alimentos protectores o saludables se consumen en cantidades inferiores a las recomendadas. Cuando alguno de esos grupos de alimentos -verduras, frutas, legumbres, cereales integrales, lácteos, carnes- registran bajas frecuencias de consumo la alimentación pierde calidad, variedad o ambas cosas a la vez. 

Los datos corresponden al análisis de la alimentación de NNyA de la Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) 2021, un trabajo conjunto entre el Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) y el Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (CEPEA), en el marco del Proyecto PISAC-COVID-19 de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.  

Este estudio revela una preocupante situación de la alimentación infantil en 2021. La mayoría de los NNyA muestra un patrón de consumo inconsistente con las recomendaciones nutricionales, en especial por la frecuencia inadecuada de tres grupos alimentarios habitualmente deficitarios y de origen vegetal: verduras, frutas y legumbres (junto a cereales integrales). El déficit es mucho menor en lácteos y aún más bajo en carnes (grupo en el que incluso las recomendaciones de las GAPA locales son mayores que las recomendaciones internacionales). Los consumos poco frecuentes de alimentos protectores terminan siendo los de mayor incidencia en la baja calidad que caracteriza a la dieta infantil. 

Finalmente, en esta tierra bendita con variedad de climas y suelos constituye un escándalo social semejante cantidad de hermanos pobres. No tenemos que acostumbrarnos con esta realidad sino que debe mover las “estanterías” de nuestros corazones para trabajar en consecuencia, teniendo mayores responsabilidades la dirigencia política en todos los niveles… 

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