Emocionante audiencia con el papa Francisco

Por Emilio Grande.- Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela FM 90,9. Aprovechando unos días de descanso en Italia, participamos en familia de la audiencia general de Francisco en la Plaza San Pedro el miércoles 5 de febrero, en medio de una torrencial lluvia y frío que mermó la cantidad de asistentes de otros encuentros similares, pero hubo unos 25.000 peregrinos provenientes de distintos lugares del mundo.

A decir verdad, se mezclaron las emociones de alegría, lágrimas en algunos casos, gritos, canciones de los presentes, porque compartimos una experiencia única e irrepetible con el Papa argentino, quien es muy querido y respetado al interno de la Iglesia, por otras confesiones religiosas, por líderes mundiales e inclusive por el común de la gente, ya sean creyentes y no creyentes.

Mientras aguardábamos ansiosos el inicio de la ceremonia, escuchamos algunos gritos de alegría desde un costado de la histórica plaza vaticana que indicaban la aparición en público de Bergoglio montado en su tradicional jeep blanco, transitando por las “calles” internas mientras se detuvo a saludar y bendecir a los fieles, especialmente a los niños y enfermos.

Su Santidad aprovechó para hacer una catequesis, en esta oportunidad sobre la Eucaristía, dirigiéndose en varios idiomas. «Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía, realiza el memorial de la Pascua del Señor, en el que Cristo se hace misteriosamente presente y nosotros podemos participar, decimos comulgar, en su pasión, muerte y resurrección. Así, la Eucaristía nos configura de modo único y profundo con Jesús, renovando nuestro corazón, nuestra existencia y nuestra relación con El y con los hermanos, y nos hace pregustar la comunión con el Padre en el banquete del Reino de los cielos».

Al final de la audiencia, el sucesor de Pedro aprovechó para saludar a los que estaban cerca del estrado principal. Estuvimos muy bien ubicados en uno de los costados en primera fila gracias a los buenos oficios de mi hermano Antonio -quien nos acompañó a la audiencia- y también por la presencia de mis hijos -Juan Manuel y Valentina Belén-, ya que los niños tienen prioridad como dice el Evangelio, y mi esposa Claudia Baronetti estuvo emocionada.

A medida que fue saludando en forma lenta, Francisco se detuvo a charlar y bendecir a cada uno, mientras se escuchaban gritos desde las filas de atrás, uno tenía pensando qué decirle, pero en ese momento la emoción fue más fuerte que las palabras previamente imaginadas. Aproveché para expresarle que éramos de Rafaela, saludando con un beso y un apretón de manos a los integrantes de mi familia, entregándole varias cartas de rafaelinos con pedidos y oraciones, y también una camiseta del club 9 de Julio con la firma de los jugadores del Argentino B y de dirigentes incluida la del presidente Franco Moroni.

Fue una experiencia emocionante e histórica porque se conjugaron las intenciones y oraciones personales, familiares y en comunidad con miles de peregrinos de diversas lenguas, culturas, costumbres y vestimentas del mundo.

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