Destacan valores que trajeron los inmigrantes piemonteses

En la “Semana de la inmigración piemontesa”, Norma Brarda abordó la inmigración piemontesa en Rafaela, destacando el legado con los valores de la cultura del trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, el ahorro, el espíritu emprendedor y la unidad familiar. Italo Cassina presentó el proyecto de los primeros inmigrantes piemonteses con la llegada de las 11 familias que poblaron la colonia.

Compartir:

Por Emilio Grande (h.).- En el marco de la “Semana de la inmigración piemontesa”, se realizó un acto en la galería del Museo Histórico Municipal colmada de público, organizado por el Municipio, la Asociación Cultural Piemontesa de Rafaela y el citado Museo. En un salón adyacente, se colocó una mesa con las actas de las primeras 11 familias (ahora son 12) que poblaron Rafaela al principio de 1880, algunos libros y bolsas con tierra de las comunas donde nacieron.

Se colocó una mesa con las actas de las primeras 11 familias que poblaron Rafaela.

La conducción del encuentro estuvo a cargo de Anabella Battistini, coordinadora del área de Relaciones Internacionales del Municipio, quien se encargó de destacar la importancia que tiene esta semana del 4 al 10 de julio para los descendientes piemonteses, recordando que se instituyó en la provincia de Santa Fe a través de la ley 14.100 del 8 de setiembre de 2022, como así también presentar a los dos expositores.

En la oportunidad, estuvieron presentes el intendente de Sunchales Gonzalo Toselli, Rosana Alemandi (presidente de la Asociación Cultural Piemontesa de Rafaela), Edelvio Sandrone (integrante de FAPA), miembros de la comisión de la hermandad Rafaela-Fossano, descendientes de las primeras 11 familias que poblaron la colonia Rafaela, visitantes de las localidades de Humberto I, Ataliva y Zenón Pereyra, entre otros.

A su turno, la profesora Norma Brarda abordó la inmigración piemontesa en Rafaela, destacando el legado que nos dejaron con los valores de la cultura del trabajo, el esfuerzo, el sacrificio, el ahorro, el espíritu emprendedor y la unidad familiar, combinando los factores económico, social y cultural.

La mayoría provenía de clase baja que dejaron su país de origen para buscar mejores condiciones de vida en medio de la crisis política, guerras, unificación de Italia, sobrepoblación, falta de tierras para el cultivo, revolución industrial. La Argentina los albergó, en el marco de la expansión agropecuaria que ofrecía la pampa húmeda.

Estas 11 familias fueron comprando las tierras de los terratenientes porteños a través de la Empresa Colonizadora de Guillermo Lehmann. Muchos eran analfabetos, pero tenían los valores de la esperanza y ser emprendedores, trabajando la tierra en medio de las contingencias de la naturaleza (sequías, lluvias, granizos, mangas de langostas).

También valoró el rol de las mujeres como esposas, madres y colaboradoras de las tareas rurales juntos a sus numerosos hijos. Construyeron sus casas con los ladrillos hechos por ellos, en cuyos generosos patios tenían gallineros, chiqueros, árboles frutales, huertas.

Los esparcimientos consistían en encuentros sociales con parientes y amigos, religiosos con las fiestas patronales y las misas, las compras en los almacenes y los hombres en los boliches. Los inmigrantes impusieron su lengua de origen para comunicarse en los distintos ámbitos sociales, pero que se fue mechando con el paso del tiempo con el español, citando algunos ejemplos de frases que todavía hoy perduran: “altro che”, “ma no”, “ma va”, “anduma”, “partuma”, “badola”, “magún”, entre otros, dejando huellas profundas y marcadas.

Para cerrar su exposición valoró las costumbres y tradiciones de la identidad de los descendientes de los inmigrantes, que fueron las bases en la formación de las familias, agradeciendo a los abuelos (“i nonni”) y bisabuelos, enviando un beso al cielo.

Primeros inmigrantes

Luego estuvo la presentación del proyecto de los primeros inmigrantes piemonteses en Rafaela a cargo del “cavaliere” Italo Cassina, agente consular de Italia en Rafaela, sobre sobre las primeras familias que habitaron Rafaela entre los años 1881-1882, mencionando que el 26 de diciembre de 2022 fueron recibidos con su esposa Juana por el intendente Luis Castellano.

Esta inquietud nació en 2020 durante una charla sobre la industria láctea en el edificio municipal con un panel de fotos, surgiendo el interrogante de qué pueblos habían venido los primeros inmigrantes. Así empezaron a trabajar con los descendientes pioneros de los Podio, Olivero, Operto, que tenían ciudadanía, la investigación de Adelina Bianchi de Terragni con su obra “Historia de Rafaela” (1970) tomando como fuentes de transmisión oral de la tercera generación; están los lugares de las 11 familias de donde partieron, pero no de donde nacieron.

Recordó que el 3 de junio pasado se celebró el Día del Inmigrante Italiano en el Salón Verde del palacio municipal con la disertación del historiador Luis Sigl sobre “El rol de la mujer en el proceso migratorio 1876-1914”.

Mencionó el aporte de las ordenanzas municipales sobre las calles de la ciudad, colectadas en el libro “Rafaela y sus calles” de Graciela Mendoza Rubiolo, el informe de la Sociedad Italiana de Rafaela de 1938, aconsejando reconocer a los primeros inmigrantes con la designación de calles.

Aclaró que hoy es más accesible la búsqueda de información a través de internet, el aporte de actas y datos del cementerio municipal de Rafaela (de 1892 a 1948) cuyo responsable es Iván Chianalino, el censo nacional de 1895, la parroquia de Pilar (de la que dependía Rafaela en aquel entonces) y el Arzobispado de Torino.

Citó a los descendientes y los lugares de donde vinieron: Beltramino, Storero y Chiaraviglio (Piscina), Podio (Moretta), Olivero (Villanova Solaro), Buffa (Envie), Lorenzatti (Barge), Grande (Scarnafigi), Geuna y Mainardi (Cavour), contando ocurrentes anécdotas de los recientes viajes a Italia. Para conseguir la información es necesario el nombre, fecha de nacimiento, el lugar, nombres y apellidos de los padres que figuran en las actas de nacimiento.

En los tramos finales sostuvo que la idea es continuar en la búsqueda de la información, sobre cómo vivían en Italia antes de venir a la Argentina, alentando a realizar investigaciones los estudiantes de historia del Instituto del Profesorado. Cerró con la frase “pregare e lavorare” (rezar y trabajar) inculcado por la orden religiosa “cisterciense” de los siglos XI y XII, quienes trabajaron las tierras y realizaron los canales en Francia e Italia.

Finalmente, estuvo la actuación del coro «Piemont ant ël Cheur» de la Asociación Cultural Piemontesa de Rafaela, concluyendo con la desgustación de unas bebidas típicas de la Región del Piemonte.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *