¿Cuáles son los frutos del Sínodo de los obispos?

Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela (FM 90,0) que conduce Emilio Grande (h.).- La III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos, convocada por el papa Francisco bajo el lema “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización” se desarrolló en la Ciudad del Vaticano entre el 5 y el 19 de octubre últimos. Se la conoce como el Sínodo extraordinario de obispos sobre la familia, se lo ha considerado uno de los hechos más significativos del pontificado de Francisco, y un momento decisivo en su papado. Se trata de una de las reuniones de obispos que suscitó mayor interés mediático previo y polémicas más encendidas desde el Concilio Vaticano II; distintos participantes lo compararon con aquel histórico Concilio convocado 50 años antes y el arzobispo de Manila, cardenal Luis Antonio Tagle señaló que varios prelados “sintieron el espíritu del Vaticano II en este sínodo”. Además de la no utilización del latín como idioma oficial, sustituido por primera vez por el italiano, este sínodo se caracterizó por constituir la preparación de otro más largo y más extenso, la XIV Asamblea General Ordinaria del sínodo de obispos (2015), que tratará un tema similar (“Jesucristo revela el misterio y la vocación de la familia”). Recién al finalizar ese otro sínodo el Papa presentará una exhortación apostólica postsinodal conclusiva sobre el tema. Desde los contenidos, los dos sínodos conforman una unidad en dos etapas, con un período en medio de casi un año. El teólogo y arzobispo de Chieti-Vasto, Bruno Forte, secretario especial del sínodo, señaló que ese período intermedio podría resultar determinante: “La gran novedad de la metodología del sínodo, que antes aparecía encorsetado, es este período entre los dos sínodos, porque va a involucrar a la base de la Iglesia, a los demás obispos y a los fieles”. Según el canon 342 del Código de Derecho Canónico, el sínodo de los Obispos es una asamblea de obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha entre el Romano Pontífice y los obispos. El sínodo de los obispos es una institución eclesial antigua, que fue revitalizada por el Concilio Vaticano II. A diferencia de los concilios, que tienen capacidad para definir dogmas y legislar, los sínodos son solo consultivos y tienen por misión primaria asesorar al papa en el tema propuesto. Fueron abordadas las dificultades que afrontan las familias y el papel de la Iglesia en su evangelización, entre ellas las personas que se casaron por segunda vez y no pueden comulgar, y las parejas homosexuales. En el cierre del sínodo, el papa Francisco beatificó a su predecesor Pablo VI en una multitudinaria ceremonia en la plaza de San Pedro.

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