«Argentina es un país que está enfermo»

Por Emilio Grande (h.).- El sacerdote Alcides Suppo con su equipo de colaboradores (padres y chicos en recuperación) brindaron hace unos días una charla titulada «La fuerza de la vida» en el Club Peñarol, organizada por la Asociación Civil «Vistiéndonos de sol» y el citado club, a la que asistieron unas 400 personas (entre padres y jóvenes). «El problema crece, esa es la novedad; cada vez hay más chicos desde muy temprana edad y otros que vienen arrastrando desde hace bastante tiempo la adicción, se acercan a las instituciones que están al servicio de ellos para pedir ayuda. El proceso de recuperación empieza el día que dicen: ‘ayúdenme porque yo no puedo salir de esto'», expresa Suppo -asesor de «Vistiéndonos de Sol»- en una entrevista con este cronista en el programa «Sábado 100» por radio Sol (FM 90,9). -¿Cuáles son las causas (familiares, sociales, comunitarias) del crecimiento de adicciones? -Me puse a pensar mucho a partir de las propias experiencias de vida, ¿por qué apareció esto?, antes estaba el alcohol solamente pero no de una manera tan masiva. Ahora toda esta masividad del problema con el agregado de drogas de todo tipo. Todo eso tiene un comienzo, a mi juicio, con el final de la Segunda Guerra Mundial, viniendo un gran desarrollo tecnológico, las familias se desintegran porque la gente entra en el consumismo de vivir para consumir y todo es más descartable. Empiezan a trabajar cada vez más padres y madres, y no había tiempo para atender y educar a los hijos, que es la tarea primera. Así comienza este drama que va creciendo en todo el mundo occidental. -De alguna manera aparecen fuertemente el consumismo y la falta de afectos. -El consumismo llevó a la falta de afectos porque cuando uno se dedica a las cosas deja de lado las personas, porque son los padres los que nos quitan el miedo: «cuidate de tales cosas», «animate a hacer lo otro», ayudando a manejar nuestra parte afectiva y emocional. Cuando esto no se da se produce un vacío en los chicos que después se llena con drogas y alcohol. -¿En qué contribuirá el proyecto de crear un centro de adicciones desde el Estado? -Se va constituyendo una red donde están todos los que trabajan: las iglesias, la pastoral diocesana, alcohólicos anónimos y ahora la Municipalidad que hizo contactos con la SEDRONAR. Entonces construirían uno de esos centros preventivos en un predio cercano al barrio 2 de Abril, zona donde también nosotros vamos a tener otra casa que pasará a nuestra Asociación porque va creciendo la cantidad de chicos y necesitamos tener más lugares. -Los obispos emitieron la declaración «Felices los que trabajan por la paz» el viernes pasado, expresando que la Argentina está «enferma de violencia» sumado a lo que había dicho el año pasado el obispo emérito de Viedma Miguel Hesayne que «la sociedad argentina está enferma». ¿Cuál es su punto de vista? -Es un país que está enfermo y la enfermedad se nota cada vez más en todos los aspectos de la población. En el contacto diario que tenemos los sacerdotes nos encontramos con gente que expresa miedos; me impresiona en los chicos, jóvenes y gente grande que están como excitados, con miedos, agresivos, así se manifiestan las enfermedades, ese combo de malestares que viene creciendo desde hace mucho tiempo con la bulimia, la anorexia, el pánico, la fobia, que forman parte de las adicciones, drogas, alcohol, juego. Es gente que se siente violenta y ha perdido la paz, entonces hay muertes, esposos que matan a esposas. -Esta perdida de paz personal y familiar, ¿se debe a que no se le da lugar a Dios? -Con este volcarnos al consumismo hemos perdido dos fuentes de espiritualidad y serenidad: la inserción en la familia y la relación con Dios. La gente y los jóvenes buscan sed de verdad y justicia, que haya amor, pero todo eso se evaporó con la exaltación de los antivalores, con impunidad total de los que cometen toda clase de atropellos como deshonestidades, robos y demás cosas; es escandaloso el país, todos los días tomamos una gotita más del veneno y nos vamos como dividiendo y no nos damos cuenta porque es tremendo.

Números

Actualmente, la Asociación Civil «Vistiéndonos de sol» cuenta con 4 casas (3 en Rafaela y 1 en Susana) para atender a unos 75 jóvenes entre ambulatorios e internados, como señaló José Luis Pettinatti -presidente de la entidad- al diario La Opinión. El padre Alcides Suppo adelantó que dispondrán de otra casa ubicada entre los barrios 2 de Abril y Villa Podio.

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