Argentina atraviesa una grave crisis de valores

Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela.

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Por Emilio Grande (h.).- El problema no es de ahora sino que viene de larga data, podríamos arriesgar de más de 40 años, en el que se fueron perdiendo los valores en los distintos ambientes en un contexto de relativismo moral, en las distintas realidades actuales: la familia, la educación, la cultura, la política, el trabajo, la religión, y se pueden agregar más ambientes.

Veamos algunos ejemplos. El más reciente en materia política es el obsceno escándalo en la provincia de Formosa con el autoritarismo de Gildo Insfrán, atornillado desde hace 25 años en la Gobernación, que con la pandemia avasalló los más elementales derechos humanos, confinando a los contagiados y los que tenían síntomas de Covid en centros de aislamientos. Ahora ante la presión de los formoseños, de la oposición local y nacional, de las distintas iglesias cristianas, organismos internacionales, entre otros, flexibilizó la cuarentena en los domicilios. Lo más grave es la complicidad del gobierno nacional, entre ellos el presidente Alberto Fernández y sus funcionarios.

Al respecto, el senador nacional José Mayans afirmó que “en pandemia no hay derechos” y comparó a Insfrán con Angela Merkel de Alemania…, pero es el mismo legislador que estuvo en contra de la legalización del aborto. En la oposición, el diputado nacional Mario Negri criticó el accionar del secretario de Derechos Humanos de la Nación Horacio Pietragalla, quien minimizó la gravedad institucional de Formosa, pero hay que recordar que el legislador cordobés votó a favor del aborto.

Justamente, otro caso emblemático fue la aprobación de la ley del aborto en el Congreso Nacional, que habilita a las mujeres a matar a su hijo en su propio cuerpo, sin importar en lo más mínimo que hay vida desde la concepción, la que está probada por la medicina y está amparada legalmente en la Constitución Nacional y en los tratados internacionales incorporados en la reforma de 1994. La novedad de los últimos días es que la jueza de Chaco en lo civil Marta Aucar de Trotti dio lugar a una medida cautelar presentada por Hilda Beatriz Dellamea, entre otros referentes de Fasta (Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino), por considerar que la ley sancionada es inconstitucional. Esta jueza fue criticada por un sector de la dirigencia política y denunciada por una ONG pro-aborto. También la ONG Amor en Acción presentó una medida cautelar que busca frenar a nivel nacional la aplicación de la ley 27.610 y se hicieron presentaciones similares en distintas provincias.

Podemos citar otro caso el de la pérdida de valores en la vía pública con frecuentes peleas y choques en las ciudades y en las rutas con miles de muertes y accidentados, especialmente jóvenes motociclistas, como así también no respetamos al de menor porte, como ocurre en las esquinas cuando tienen prioridad los peatones existiendo sendas peatonales demarcadas, pero la mayoría de los automovilistas y motociclistas no cede el paso, mientras que en otros lugares del mundo es al revés, siendo multado el que infringe las normas de tránsito.

Además, hay que mencionar los problemas en las aulas, habiendo perdido autoridad los maestros y docentes al ser cuestionados por los alumnos y los padres, sobre todo cuando a los educandos le ponen una mala nota o le llaman la atención por la mala conducta. En el contexto de pandemia y la eterna cuarentena, en 2020 no hubo clases presenciales en la Argentina, el único país en el mundo, con la pérdida de contenidos, saberes y aprendizajes prácticos, con graves problemas psicológicos para niños y adolescentes al perderse la socialización. Después del reclamo de padres convocados, dirigentes de la sociedad civil y políticos opositores, parece haberles caído las fichas a las autoridades nacionales y provinciales para que vuelva la presencialidad. Todavía tiene que aterrizar la dirigencia sindical. ¿La educación es una actividad esencial o no?

Las relaciones familiares se fueron mutando desde el patriarcalismo verticalista al otro extremo con la pérdida de autoridad de los padres frente a los hijos, quienes cuestionan las decisiones de los adultos, produciéndose en muchos casos graves conflictos, en el marco de diferentes realidades de familias.

Podríamos seguir profundizando sobre la grave crisis de valores de nuestro deteriorado país en hechos de corrupción con el triste emblema de Cristina de Kirchner, injusticias entre los sueldos de autoridades de los tres poderes comparado con los trabajadores, abusos sexuales en distintos ambientes, que no escapa a las iglesias. Para no caer en una mirada pesimista, sigamos sembrando los valores fundamentales por una comunidad mejor en base a la fraternidad y la amistad social, como insiste el papa Francisco en su reciente encíclica “Fratelli tutti”.

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