Vuelven las actividades en la capilla del Hospital

A partir de setiembre se abrirá el templo todos los días de 9 a 18 horas y desde el 3 de setiembre se rezará el rosario los viernes a las 17.

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Luego de la celebración de la fiesta de santa María Magdalena realizada el 22 de julio pasado, el grupo de los “Amigos de la capilla del Hospital Santa María Magdalena” se reunió recientemente y decidió volver con las actividades que se realizaban previamente a la pandemia-cuarentena decretada el 20 de marzo de 2020.
A partir del viernes 3 de setiembre se rezará el rosario a las 17:00 horas, ingresando por el portón principal. También desde setiembre se abrirá este templo casi centenario todos los días de 9 a 18 horas por la puerta del fondo desde dentro del Hospital, especialmente para los enfermos internados, sus familiares y el personal de la salud. Seguramente, a partir del mes de octubre volverán también las misas mensuales.
Por otro lado, ante la presencia de humedad en algunas paredes interiores se decidió realizar una venta a beneficio de un combo a 420 pesos para el 10 de setiembre, que incluye paquete de tallarines, prepizza, pascualinas x 2 y tapas de empanadas x12. Los interesados en colaborar se pueden comunicar a los teléfonos: 504584, 15647450, 15625235, 15523633, 15614482 y 15339555.

Un poco de historia

Conviene recordar que luego de estar 14 años cerrada, el 11 de mayo de 2019 fue realizado el acto de reinauguración de la capilla del Hospital de Rafaela al que asistieron más de 300 personas entre autoridades y vecinos, organizado por los “Amigos de la capilla del Hospital, Santa María Magdalena”.
Haciendo un poco de historia, esta capilla fue inaugurada el 24 de octubre de 1926, dedicada a santa María Magdalena, en un terreno provincial, que fuera donada por Magdalena Grotter de Lorenzi. La piedra fundamental había sido colocada el 15 de octubre de 1925.
Por qué fue construida y que propósitos perseguía Magdalena Grotter de Lorenzi al donarla. En primer término, fue la siembra de la simiente de la espiritualidad en un barrio que recién nacía.
A ello se sumó su profundo amor al prójimo desvalido, su desinterés por los bienes materiales que puso al servicio de las obras de bien que llevó a cabo siguiendo los principios del evangelio y a la convicción que todos somos hermanos y que servir, es el gran propósito de los cristianos.
Y así edificó el templo que es un exponente de la historia de Rafaela. Su propósito fue dotar al Hospital del lugar donde se pudiera encontrar consuelo al dolor, donde orar por las necesidades físicas y espirituales de los internados y de sus familias, mitigando de esta forma angustias y dolores.
Transcribimos sus palabras en una entrevista periodística en 1962, reflejando los objetivos: “He sentido la inclinación de ayudar al inválido, al desvalido, al enfermo y al necesitado dándoles no solo ayuda material sino también el necesario apoyo moral y la fuerza espiritual que se requiere para restaurar las heridas infligidas por la miseria y el desamparo, a las esperanzas puestas en un futuro mejor.”
Eligió a María Magdalena para honrar a una discípula de Jesús de Nazaret y por considerarla el claro ejemplo de la misericordia del Señor. María Magdalena había nacido en Magdala, una localidad de Israel situada en la costa occidental del lago de Tiberíades, vecina a la aldea de Cafarnaúm.

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