Valoran el regreso de las celebraciones religiosas presenciales en esta ciudad

“La espiritualidad es lo más esencial y es como el alma de los pueblos”, opinó el obispo diocesano Luis Fernández. “Esta situación ha afectado mucho emocional y psicológicamente a las familias”, agregó el presidente del Consejo de Pastores de Rafaela Carlos Terranova.

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Por Emilio Grande (h.).- Luego de más de un mes con restricciones gubernamentales (en los niveles nacional, provincial y local) para las distintas actividades, entre ellas las religiosas, el gobierno provincial decretó hace unos días el regreso de las celebraciones, primero para 10 personas al aire libre y después hizo modificaciones sobre la marcha, cambiando por lugares cerrados y con un aforo del 30% de gente, seguramente por las bajas temperaturas.

En el nuevo decreto, el mandatario santafesino Omar Perotti autoriza en todo el territorio provincial “la realización de actividades religiosas en iglesias, templos y lugares de culto, correspondientes a la Iglesia Católica Apostólica Romana y entidades religiosas inscriptas en el Registro Nacional de Cultos, sujetas a la condición de la implementación y cumplimiento de los protocolos específicos oportunamente aprobados para el desarrollo de las actividades religiosas, el seguimiento de las recomendaciones e instrucciones de la autoridad sanitaria”.

Esta medida responde a la decisión adoptada en el ámbito nacional por el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación a pedido de la Secretaría de Culto del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

En la oportunidad, este cronista consultó la opinión de dos referentes cristianos de nuestra ciudad sobre el significado y la importancia de compartir la fe comunitariamente y cómo fue la respuesta de la gente en las distintas celebraciones.

Al respecto, el obispo diocesano Luis Fernández expresó que “el regreso a la presencialidad es un gesto de respeto y cercanía a la fe del pueblo. No es algo más que los templos se hayan abierto. Si bien durante el 2020 y parte de 2021 lo virtual ayudó y acompañó, también es cierto que como nunca se vio y sintió el dolor, la angustia y el desánimo en el aislamiento”.

Y agregó: “por eso es tan importante el regreso a que la gente se pueda acercar para rezar porque se necesita en el corazón del hombre y la mujer la presencia de Dios para salir mejores de esta pandemia, es decir más humanos, solidarios y, sobre todo, como hermanos era una necesidad esencial atender la religiosidad del pueblo”.

“Se regresa -continuó- con la posibilidad de ocupar el 30% del templo, es decir del espacio sagrado con el compromiso de activar todos los recaudos pedidos por la autoridad sanitaria, que es bueno respetar para continuar dando pasos hacia una presencialidad plena y libre como debe ser”.

Finalmente, el titular de la diócesis de Rafaela, que abarca los departamentos Castellanos, San Cristóbal y 9 de Julio, dijo que “no dudamos que la espiritualidad es lo más esencial, es como el alma de los pueblos para comenzar a vivir un tiempo nuevo post pandemia que nos ayude a todos ser una verdadera nación argentina con trabajo y fraterna”.

La misa celebrada en la tarde de este domingo en la Catedral San Rafael (foto Nicolás Gramaglia).

Practicar la fe

El restante entrevistado fue Carlos Terranova, presidente del Consejo de Pastores de Rafaela: “tenemos una gran alegría por la decisión de permitir que a partir de esta semana tener nuestros cultos presenciales con un aforo del 30% de la capacidad de los templos y las parroquias; con todas las medidas que tiene que ver con los protocolos que las iglesias la cumplen de una manera estricta porque Dios nos ha llamado a predicar el evangelio para amar y cuidar al prójimo”.

“En todo este tiempo -añadió- en que no hemos podido tener la presencialidad esto ha afectado mucho emocional y psicológicamente a las familias, a los creyentes, a los niños y a los jóvenes porque entendemos que la Iglesia es una comunidad terapéutica, es un lugar donde la persona viene a encontrarse con Dios, a practicar su fe, que es un derecho constitucional y aún un mandato de Dios a congregarse, como dice en la carta a los hebreos (10,25), más ahora que son tiempos difíciles, de prueba, de angustia y dolor”.

En otro momento, señaló que “como pastores hemos comprobado que participar del culto o de una misa o de la actividad espiritual de la Iglesia o de la parroquia, hacerlo en forma comunitaria le hace mucho bien a la gente, es sanadora al alma y al espíritu, luego de soportar muchos meses de encierro, a esto hay que sumarle una nueva realidad a su economía y limitaciones”.

Para cerrar su mensaje, Terranova mencionó “el hecho de quedarse en casa ha traído algunos problemas de desencuentros familiares, tener los chicos sin escuela lo que hizo tener un rol diferente de los padres y aprender en esta nueva normalidad que los chicos estudien en casa y en algunos les pudo haber acabado la paciencia porque es un nuevo aprendizaje que llevamos cada familia. Hemos notado que la gente no pudo congregarse y volvió para ser atendida por los ministerios que tiene la Iglesia de contención espiritual y emocional”.

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