Sin república en el horizonte

La de Javier Milei es una forma atípica de gestión política y de gestión gubernamental o pública, donde impulsa la desorganización, al igual que la concentración de la toma de decisiones.

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Por María Herminia Grande.- Ante la inminencia de la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso Nacional, esta cronista habló con diferentes legisladores. Carolina Losada: “Voy a estar allí y siempre defenderé lo que creo mejor para mi país”. Diego Giuliano: “Creo que en vez de discutir el atril, debemos aprovechar el envión de los gobernadores y trabajar en consecuencia”. Naidenoff, Cobos, Mirabella, etc., todos analizan al discurso del Presidente desde la lógica política. Pero el presidente Milei tiene otra lógica proclamada por él hasta el hartazgo: “Soy anarcocapitalista”. Ergo: no cree en la democracia, sólo es un medio para lograr su fin. Le molesta el Congreso y todo lo que implique ceder y conceder. No hay República en su horizonte. Con el agravante de su personalidad, que no tolera ser contrariado.

Argentina tiene dirigentes políticos, pero carece de líderes. Sólo hay oposiciones y no sólidas. Ante esto, el Gobierno, que no logró aún la sanción de una ley (perdió la Ley Ómnibus y corre serio riesgo de perder el DNU), muestra corrupción, desvíos de fondos, ñoquis, etc. Esto opaca el ajuste y extiende la tolerancia en la sociedad. A esta altura la pregunta es: ¿aceptación o tolerancia?

Otro interrogante que se impone ante semejante carencia política: ¿no pueden las oposiciones encontrar puntos de común acuerdo y legislar para construir una alternativa hoy inexistente? El Legislativo cogobierna.

A hoy se miden 15 puntos de caída real por la recesión. Si hay un ejemplo que lo grafica, es ACINDAR. Años que no ocurre algo así. Esta empresa decidió vacacionar a todo su personal durante un mes. Está absolutamente estoqueada. Por ahora no se habla de suspender personal. Pero el mundo ACINDAR vive con el mundo contratista, en el cual sí ya hay reducción de personal, etc. El principal destinatario de su producción es la obra pública. Este es un ejemplo irrebatible de que el camino económico elegido por el Presidente es erróneo.

Un país no tolera un plan económico cuya ruta principal provoque desempleo, pérdida del valor agregado, pérdida de mercados, maquinarias ociosas. En definitiva, la destrucción del aparato productivo. La pregunta que cabe es: cuando la economía se destruye ¿cuánto cuesta volver a ponerla en pie? Entonces, ¿qué país tendremos al finalizar el gobierno de Milei? Un país más endeudado, con menos trabajo. Igual que en el 2007 en adelante, pero todo más rápido. Con 12 años de acumulación de no crecimiento. A hoy, el plan económico del Gobierno se encamina a una economía financiera, no productiva.

Esta cronista se pregunta en qué momento (político) estamos. Retomando el concepto inicial en cuanto a que el Presidente se maneja con otra lógica política, todo indica que Javier Milei ha perfilado su forma de trabajo. Es una forma atípica de gestión política y de gestión gubernamental o pública, donde impulsa la desorganización, al igual que la concentración de la toma de decisiones. Promueve la ausencia de respaldo a su partido político. Otra característica a destacar es la antítesis del abc de la política: el consenso.

El Presidente cree en la lucha mediática, parece interpretar que la democracia argentina está dañada de tanto consenso, por lo que a través del disenso busca concretar la política económica que está desarrollando. Este escenario, ¿es táctico, temporal o llegó para quedarse durante todo su gobierno? Seguramente, en el discurso de esta noche encontraremos parte de la respuesta a este interrogante.

Infobae le trasladó la misma pregunta (en qué momento político estamos) a la politóloga Gabriela Ippólito O´Donnell: “Si somos pesimistas, estamos en un momento de erosión democrática por parte del Poder Ejecutivo. Si somos optimistas, estamos en un momento de construcción de una nueva oposición democrática. Por ahora sólo hay oposiciones en plural”.

Entre el conflicto de gobernadores y el Presidente, quedó momentáneamente de lado el tema no menor de las obras sociales. El Dr. Benjamín Surace, gerente de Planeamiento de OSUTHGRA, le dijo a este medio: “el Estado nacional debería ocuparse de la salud pública creando una Agencia de Evaluación de Tecnologías en Salud, como lo hacen los países desarrollados. Esas tecnologías de muy alto costo están en sostenido crecimiento, provienen generalmente de monopolios que fijan el precio. En los países desarrollados se los controla y negocia como dicen las leyes del mercado, con un monopsonio que regula y compra. Esto puede acompañarse por un seguro con aportes del sistema para que tampoco se desfinancie el Estado. Está bien claro que la medicina de precisión está incrementando con las innovaciones en tecnologías y en medicamentos, el costo y el gasto de la salud”.

El papa Francisco, con su fina percepción humana, trató al presidente Milei con afecto, con cariño, pero sostiene con firmeza la Doctrina Social de la Iglesia. Envió un mensaje en video a jueces argentinos en el que se destacan dos puntos centrales: “No alcanza con la legitimidad de origen, el ejercicio del poder también tiene que ser legítimo”. Y se pregunta: “¿De qué sirve tener el poder si se aleja de la construcción de sociedades justas?”.

Fuente: https://www.infobae.com/

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