¿Qué se puede hacer frente al caótico tránsito rafaelino?

Se trata del editorial del programa “Sábado 100” por radio “El Espectador” (FM 100,1) de Rafaela.

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Por Emilio Grande (h.).- No es un problema nuevo sino que viene desde hace muchos años. El problemático y complejo tránsito rafaelino se viene agravando no solamente en el microcentro sino también en distintos barrios de la ciudad durante gran parte del día, con el triste saldo de cientos de accidentes y 6 fallecidos en 2021.

A decir verdad, las mayores responsabilidades son de las gestiones municipales (el mismo signo político está en el poder desde 1991), que no pueden o no quieren resolver este grave problema, sumado a los ciudadanos que conducen los diferentes tipos de vehículos y cometen todo tipo de infracciones: no usar el casco, no tener licencia para conducir ni seguro, mal estacionamiento, cruce de semáforos en rojo, circular en contramano, entre otras.

Con el paso el tiempo el problema empeora con el agravante que aumenta la población, estimada en más de 100.000 habitantes, y también el parque automotor en casi 100.000 vehículos (el 80% son autos y motos, más furgones/pick-up y camiones).

La cantidad de personal en el área de Protección Vial y Comunitaria municipal es de 65 agentes, quienes trabajan en cuatro turnos por día, debiendo controlar el tránsito, salida de las escuelas, licencia de conducir, acompañar los camiones, inspecciones las chacaritas, autos abandonados, boliches, ruidos molestos y otras actividades o necesidades del Juzgado Nº 3, según informaron fuentes confiables.

Hasta no hace mucho tiempo se hacían rigurosos controles en distintos lugares sobre el uso obligatorio del casco y del cinturón de seguridad, aplicándose sanciones, pero se desconoce por qué no tuvieron continuidad en el tiempo, ¿será por la falta de personal o porque estamos en campaña política?

Otro de los problemas es conseguir estacionamiento. Se amplió la ZEC (zona de estacionamiento controlado) en el microcentro, pero en las calles donde no se cobra no hay lugar para estacionar, dando un mal ejemplo algunos funcionarios y concejales, quienes evitan pagar. Las ciudades de Santa Fe y Rosario tienen playas de estacionamiento  privadas, pero en Rafaela no se dieron cuenta de esta necesidad.

La mayoría de los automovilistas y motociclistas no respeta al peatón en las esquinas, como establece la ordenanza de 1997, inclusive con la presencia de sendas peatonales pintadas. Hubo algunos atisbos con el arreglo del empedrado, pero es necesario seguir marcando las sendas, especialmente alrededor de la plaza 25 de Mayo, ya que circula mucha gente. Hace 20 años vinieron pasantes americanas al Instituto del Profesorado y una ironizó: “acá fabrican los autos sin frenos porque nadie para en las esquinas”…

Al mismo tiempo, están los “cuellos de botella” que se producen en los semáforos ubicados en bulevar Lehmann y las calles Maipú y Pellegrini, permitiéndose el estacionamiento en ambos costados de Sarmiento y Alem, y cuando se da luz verde del semáforo se congestiona el tránsito.

Otro tanto con la circulación de algunas calles que resulta inexplicable: no tiene continuidad de la calle Antonio Cossettini porque se opone al llegar a avenida Fanti entre los barrios Juan de Garay e Ilolay; Sáenz Díaz a la altura de avenida Suipacha se gira a la izquierda o a la derecha. Urge onda verde en avenida Suipacha.

Se construyeron ciclovías y bicisendas, pero hay que incentivar el mayor uso de las bicicletas con campañas de concientización, sumado a que la gente debe caminar más porque hace bien para la salud.

El servicio del transporte público de minibuses es deficiente por varios motivos: pasan cada media hora o 40 minutos cuando en otras ciudades las frecuencias son de 5 a 10 minutos; los recorridos son laberintos cuando debieran ser directos desde los barrios al centro. Si se incentivara el mayor uso de los minibuses, seguramente se usaría menos los autos y las motos.

Hablando de motos, la mayoría de los conductores son jóvenes y constituyen un peligro social, no solamente porque muchos no usan el casco, sino porque circulan a gran velocidad y haciendo zigzag, que a veces terminan en accidentes.

Entre las propuestas está aumentar la cantidad de personal municipal, intensificar controles y aplicar más sanciones porque somos hijos del rigor, continuar con las campañas de educación vial, incentivar el uso de la bicicleta y mejorar el servicio de minibuses, prohibir el giro a la izquierda en las avenidas, entre otras.

El Municipio no le encontró la vuelta en 30 años en el poder, tanto de los que toman las decisiones políticas como los ingenieros de tránsito que tienen una mirada técnica.

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