Por Emilio Grande (h.).- La última encuesta realizada por el Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina arrojó que al finalizar el 2012 la pobreza en nuestro país era del 27% de la población, casi once millones de argentinos, y se encontraba en crecimiento. La magnitud debe mover a la reflexión y a la acción porque constituye un verdadero escándalo. Según las cifras que produce el INDEC, la pobreza se ha reducido a sólo el 5,4% de la población, equivalente a 2,2 millones de personas. Casi 9 millones de pobres han sido ocultados por las estadísticas oficiales. ¿Puede una misma realidad socioeconómica ofrecer dos versiones antagónicas? ¿Pueden las mediciones de un mismo universo poblacional diferir en 9 millones de habitantes? A menos que los datos del INDEC no surjan de mediciones objetivas, sin la menor apoyatura en la realidad y elaborados para sostener el relato gubernamental de un descenso de la pobreza. El INDEC parte de una Canasta Básica Total para una familia tipo de sólo 1588 pesos mensuales, mientras que para el Observatorio Social de la UCA ese costo es de 3226 pesos. Esta disparidad obedece a que hace 6 años que el INDEC, que supo gozar de prestigio nacional e internacional, se ha dedicado a elaborar aberraciones estadísticas en las que nadie cree y que le han acarreado sanciones y serias advertencias desde el exterior. El FMI le aplicó a nuestro país una moción de censura por brindar información no creíble sobre estadísticas de inflación y crecimiento. El Instituto Internacional de Estadística había denunciado al INDEC ante la sección Promoción y Protección del Derecho a la Libertad de Opinión y Expresión de las Naciones Unidas por las represalias gubernamentales contra las consultoras privadas que difundían cifras de inflación contrarias al organismo oficial, según publicó diario La Nación. El INDEC le permite al Gobierno festejar un descenso de la pobreza, cuando en verdad ésta habría aumentado en dos millones de personas al trepar del 21,9 por ciento en 2011 al 26,9 el año pasado, según el informe del Observatorio de la UCA. En el INDEC, la pobreza ha disminuido del 6,5 al 5,4% y 400.000 argentinos habrían dejado de ser pobres. La pobreza es un drama para quien la vive y su combate debería ser una de las máximas prioridades del Gobierno. Ignorarla y deformarla hasta borrarla de las estadísticas muestra que poco les importa a las autoridades modificar esa realidad y qué contradictorio es su discurso.
