Norberto Besaccia, el árbol para ver el bosque

Por Alcides Castagno.- Sombra, pájaros, senderos, cotorreo interminable y una arboleda intocable: el Bosquecito Educativo Norberto Américo Besaccia. En su momento, el enorme tanque de agua era una especie de mojón que indicaba el fin de la ciudad urbanizada; hoy, el mangrullo de cemento es sólo una referencia que se usa para indicar dónde queda el «bosquecito», ese predio que fue objeto de abandono, gestiones, proyectos y discusiones hasta su realidad en nuestros días.
Cuando la DIPOS (Dirección Provincial de Obras Sanitarias) dejó de proveer agua para la ciudad, quedaron instalaciones con una custodia muy limitada y un predio aledaño a merced de una población de árboles y arbustos, autóctonos o no, más un refugio para especies zoológicas que le daban al sector un clima extraño, una especie de ecosistema fuera del contexto de una ciudad que estaba en pleno crecimiento industrial y comercial. Ante el riesgo potencial que esto podía representar, en 1997 la Municipalidad formalizó un convenio con la ex DIPOS para una cesión en comodato por 27 años para ser utilizado como espacio verde. Las ideas diversas comenzaron a proponer destinos para este espacio; es ahí donde aparece en escena una entidad que desde tiempo antes venía manifestándose en defensa de la naturaleza, contra la tala indiscriminada, la conservación de especies, etc., bajo el nombre Amigos de la Vida. En ese momento, su presidente era un hombre tenaz y persistente, de barba tupida, voz clara y pensamiento convencido: Norberto Américo Besaccia.

Besaccia

Lo habíamos visitado unos años antes en su taller de artesano. Trabajaba en vidrio, en vitrales y estaba orgulloso de sus logros, con toda razón porque lo que mostraban sus estanterías colmadas con trozos multicolores, sus obras semiterminadas y otras a punto para ser entregadas, hablaban por sí mismas de un artesano meticuloso. Él nos decía:
«En este caso –nos muestra una mariposa multicolor- lo que juega es la combinación de pedacitos de colores del vidrio; para las líneas del dibujo creé unos perfiles que me permiten usar el plomo como líneas. En este vitral de 50 x 70 utilicé 167 pedacitos de vidrio. Este trabajo me ha demandado unas 600 horas y lo hice para mostrar a profesionales. No sé cómo me voy a sentir si tengo que desprenderme de él alguna vez; uno se siente parte de lo que hace y al entregar un trabajo parece que uno entrega parte de sí mismo, pero todavía no asumí esa posibilidad».
Este fragmento de la charla, que sirve para ilustrar la paciencia y la perseverancia de Besaccia en pos de un objetivo, derivó después en sus ideas de movilizar a personas e instituciones para la protección del medio ambiente. Imaginamos que si viviera en estos tiempos andaría con un ejemplar de «Laudato Si2 debajo del brazo.
Uno de los temas que ocupó a Besaccia fue la gestión por el tratamiento de los efluentes industriales. Se transformó en una piedra en el zapato de autoridades e industriales al darle visualización al volcado de líquidos que ciertas industrias realizaban en canales y zanjones. La contaminación de las napas por el filtrado de los efluentes, agregada a la contaminación del aire cercano a los zanjones a cielo abierto forzaron una nueva toma de conciencia ambiental, cuyo protagonismo asumió «Amigos de la Vida» encabezados por su presidente. Una ordenanza impedía acceder a la composición química de los efluentes; Besaccia encabezó un recurso de amparo por el cual dicha ordenanza quedó sin efecto y redundó en la obligatoriedad de realizar un tratamiento primario de líquidos dentro de la empresa que los originaba, hasta que el volcado sea totalmente inocuo.
Lo que signó la gestión de Besaccia en sus últimos tiempos fue el destino que debía darse al predio de la ex DIPOS, cuya cesión en comodato por 27 años se convino, como ha quedado dicho, el 17 de agosto de 1997, después de largas gestiones. Producido el traspaso, la Municipalidad comenzó con tareas de limpieza y desmalezado, lo cual alertó a Besaccia, que logró que los trabajos se detengan hasta determinar un destino acorde con el ecosistema. Así comenzó una serie de consultas con organismos técnicos provinciales, los que sugirieron un inventario de especies vegetales y zoológicas. Amigos de la Vida, con Norberto como presidente, presentaron un petitorio para dar al bosquecito un destino educativo para niños y jóvenes estudiantes. Apoyada la gestión por diversas entidades, se decidió la preservación y uso del bosquecito de la ex DIPOS para fines educativos.
Norberto no logró ver totalmente plasmada la gestión por la que tanto había luchado. Murió el 11 de noviembre de 1998. En su memoria y homenaje, el bosquecito lleva hoy el nombre de Norberto Américo Besaccia, el vitralista, el luchador de larga barba, uno de sus ojos con limitaciones, pero un empeño por el bien común que lo ha identificado. A Norberto el cuidado del árbol le permitió ver un destino de bosque.

Fuente: https://diariocastellanos.com.ar/

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