Museo Rocsen: tiene 60.000 piezas y fue visitado por 2.120.000 personas en 53 años

Está ubicado en Nono (Córdoba). Fue inaugurado en 1969 por el francés Juan Bouchon y ahora es continuado por su hijo Pedro, quien es el presidente de la «Fundación M. Rocsen». Actualmente son 116 temas distribuidos en 13 salas que ocupan 2.700 m2. “La idea de este museo fue de mi padre, quien se interesaba de todos los temas porque consideraba que todo tiene que ver con todo”, destacó.

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Por Emilio Grande (h.).- A cinco kilómetros de la localidad de Nono, en el valle de Traslasierra, al oeste de la provincia de Córdoba, se encuentra el novedoso museo polifacético Rocsen (hay pocos de su tipo en otros lugares mundo), que sorprende al visitante por la heterogeneidad al contar con 60.000 piezas en 13 salas y otras 5.000 que están en el depósito.

Fue fundado el 6 de enero de 1969 por el francés Juan Santiago Bouchon (falleció en 2019 a los 90 años), quien había realizado estudios de antropología, bellas artes superior y artes aplicadas a la industria en París, llegando a la Argentina en 1950 y luego se radicó en Nono en 1959. Al final de la recorrida hay una frase para reflexionar de su fundador: “Creo que únicamente la cultura, la paz y el amor podrán acabar con el dolor humano”.

La «Fundación M. Rocsen», creada en 2018, tiene por objetivo contribuir a la educación cultural y científica de la comunidad, haciendo hincapié en el acrecentamiento y divulgación del patrimonio tangible e intangible, de característica polifacética, a través del recupero, restauración y conservación en el tiempo de obras, elementos de valor relacionados con la ciencia y/o arte y todo aquel objeto culturalmente importante para el desarrollo del conocimiento humano, y para que mediante su exhibición y comunicación a los visitantes se logre afianzar la identidad cultural como servicio a la comunidad.

Actualmente, este museo original está a cargo de su hijo Pedro Bouchon, quien es el presidente de la comisión directiva de la Fundación (accedió a ese cargo luego de la muerte de su padre), accediendo gentilmente a una entrevista con este cronista.

-¿Cómo surgió este museo polifacético?

-La idea de este museo fue de mi padre, quien se interesaba de todos los temas porque consideraba que todo tiene que ver con todo. En la gama de visitantes, hay un público que tiene preferencia por una temática determinada dentro del museo y, a la vez, descubre otros temas. Un ejemplo universalista es la parte de minerales; como decía mi padre cuántos minerales tenemos en nuestro cuerpo, toda esta materia fue procesada en las estrellas y representaría además de los gemas, minerales y rocas, que se encuentran en la Tierra, una visión sobre el universo. Cada tema lo empezó con una pieza y con el tiempo algunas temáticas llegaron a tener miles de piezas relacionadas, lo que obligó a agrandar el museo y diversificar aún más la temática; actualmente son 116 temas. Además del público específico, tiene una finalidad educativa y los establecimientos educativos de todos los niveles ingresan en forma gratuita con una visión universalista. La fachada tiene 49 estatuas y cada personaje representa una disciplina humana, que está dentro del museo, No solamente es el objeto sino también lo que se puede extraer del mismo, la historia de dónde viene, quien lo hizo, la acumulación de técnicas para llegar a una máquina determinada, observándose la evolución de un tema. Por ejemplo, en la telecomunicación con la primera radio a galena hasta las radios a transistores, pasando por las radios de válvulas, donde es presentada la evolución de una idea. Una de sus frases, con una mirada antropológica, “desearía que mi museo se encuentra todo el hombre para todos los hombres”, lo que significa el bagaje cultural plasmado en los objetos tridimensionales, tanto lo tangible como lo intangible.

-¿Cuántos objetos hay aproximadamente y de qué lugares provienen?

-Una parte fue traída por mi abuelo y mi padre de Europa, que constituyó la primera sala del museo, pero en la actualidad en exposición hay más de 60.000 piezas, sumado a lo que hay de relevamiento en el depósito, que no está en la exposición, que son más 5.000 piezas. En la mayor parte hay objetos en todos los temas de América, Europa, Asia, Africa y de otros lugares.

-¿Los objetos fueron donados y comprados?

-Dentro de la familia de mi padre hay varias generaciones que trajeron cosas de Europa en la década de 1950 y también de otros países. Además, mi padre intercambió mucho con otros coleccionistas y, sobre todo, tuvo una gran gama de donantes, que son unos 1.600, en algunos casos con colecciones completas en entomología, minerales y mecánica. 

-¿Cuántos visitantes hubo en más de 53 años?

-Calculando los 53 años del museo estamos llegamos a una cifra con menores y las escuelas de alrededor de 2.120.000 personas, con un promedio anual de unos 40.000 visitantes en las épocas fuertes; no podemos tener en cuenta el período del covid, pero hubo años con contingentes de muchos colegios que venían diariamente.

-¿Cuánto m2 tiene el museo?

-Lo que está expuesto en la actualidad en las 13 salas más los ambientes particulares de cada sala suma 2.700 m2, más el taller, un depósito y 2 galpones que suman 800 m2, totalizando 3.500 m2.

-En su tipo polifacético, ¿hay pocos en el mundo?

-Cada museo tiene su ADN particular, el Rocsen tiene el suyo como museo polifacético más su fachada con su mensaje de paz con las 49 estatuas, teniendo su propia marca registrada con la creación de la palabra polifacética acuñada por mi padre. Pero hay grandes museos en el mundo, a veces son más orientados a las ciencias naturales, a la antropología o a la arqueología, que abarcan varios temas; está el museo Bisogna en Estados Unidos, que también es muy abarcativo en su temática, el museo del hombre en París, el museo británico, el gran museo en El Cairo (Egipto), en Alemania también hay un museo con una exposición muy amplia en su temática, el museo en La Plata orientado hacia las ciencias naturales, entre otros.

-¿La Fundación recibe algún subsidio o se sostiene solamente con el ingreso de las entradas?

-La Fundación se creó a partir de 2018, donde mi padre trasladó todo lo que es el patrimonio cultural del museo, el edifico y las tierras; la que percibe los ingresos para afrontar los gastos es la Fundación. No recibimos ningún subsidio, tampoco es una cuestión de filantropía, mi padre no tenía ninguna empresa grande por detrás que solvente la Fundación. El visitante es el gran protagonista con la contribución de la entrada (hoy de $ 900 la general y $ 600 los jubilados), que ayudó al crecimiento y mantenimiento de la obra y, sobre todo, en su aspecto social con mano de obra de la localidad de Nono y alrededores, siendo importante como fuente laboral.

-¿Cómo viviste tu relación familiar con el museo?

-Yo ya estaba presente con 7 años cuando se cavó el primer cimiento en 1968 tenía y también cuando se creó la primera sala de 100 m2, donde se expusieron cosas que le habían regalado en el país a mi padre y las que trajo con mi abuelo de Europa; conozco el museo desde su nacimiento físico, a pesar de todo lo que había pasado con la guerra y el traslado de los objetos a otro país. Soy el segundo hijo de Santiago, en total somos 6 hermanos. Con su muerte producida el 1 de febrero de 2019 nos tocó con 4 hermanos más y su última mujer manejar el museo, teniendo casi 40 años ininterrumpidos de trabajo en el mismo.

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