Muerte del obispo Carlos Franzini: luces y sombras en 12 años en Rafaela

En más de 12 años de su ministerio episcopal, le imprimió su impronta personal en su trabajo pastoral, haciendo hincapié en el celo sacerdotal y las vocaciones, la familia, la juventud y los pobres. Era muy egocéntrico y se llevó mejor con los curas jóvenes que con los mayores

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Por Emilio Grande (h.).- Carlos María Franzini fue el quinto obispo de la diócesis de Rafaela, ordenado el 19 de junio de 2000 frente a la Catedral San Rafael de nuestra ciudad y el 1 de febrero de 2013 se desarrolló la despedida con una misa emotiva en el mismo templo, en ambos casos ante una multitudes, para asumir el 9 de febrero como arzobispo de Mendoza.

En más de 12 años de su ministerio episcopal, Franzini le imprimió su impronta personal en su trabajo pastoral, haciendo hincapié en el celo sacerdotal y las vocaciones que están en el corazón del pastor, la familia porque está siendo amenazada, la juventud porque son el futuro de la Iglesia y del mundo, y los pobres que son los preferidos de Dios.

Promovió a algunos sacerdotes como Hugo Santiago (obispo de Santo Tomé, ahora en San Nicolás), Gustavo Zurbriggen (obispo de Deán Funes), Gustavo Montini (obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, actualmente en Santo Tomé), Antonio Grande (rector del Colegio Sacerdotal Argentino en Roma), entre otros.

También tuvo un fuerte compromiso social, participando en distintas instancias con organismos del Estado y las ONGs sobre asistencialismo, promoción social e inseguridad. Una de las transformaciones sociales en Cáritas fue el cambio de los comedores parroquiales en cocinas comunitarias, con el objetivo que los chicos comieran en sus casas.

En lo personal tengo sensaciones encontradas. Cuando tuve el problema del levantamiento del programa «Sábado 100» en radio Mitre en 2011 se comunicó personalmente y habló con el cuestionado presidente de la Corte de Justicia. También se solidarizó con la experiencia dolorosa producida por la muerte de mi primer hijo Sebastián Aarón en 2003.

Pero lo vi molesto en la conferencia de prensa del 2012 para presentar la carta pastoral de Cuaresma al preguntarle sobre la Virgen que supuestamente lloraba en el barrio Villa Dominga, contestándome de manera descortés que leyera un editorial de diario Castellanos… Este tema lo minimizó y nunca tuvo un encuentro personal con Raquel Benítez, quien tuvo un proceso de conversión.

Otras materias pendientes fueron la Pastoral de las Comunicaciones que al inicio de su ministerio tuvo encontronazos con Alcides Castagno y después de la muerte de Amílcar Torres (era su coordinador), esta pastoral vagó por la casi inexistencia actuación similar a lo que ocurrió con la oficina de prensa que emitió comunicados en cuenta gotas, restándole importancia a la comunicación.

Algo parecido sucedió con la Comisión de Justicia y Paz que en otras diócesis suelen tener un protagonismo relevante en la vida de una comunidad, pero acá la mandó casi al freezer. Franzini era muy egocéntrico y se llevó mejor con los curas jóvenes que con los mayores, según me confiaron en su momento fuentes confiables.

Se trata de luces y sombras, fortalezas y debilidades que tiene toda persona humana, en este caso un hombre de Dios, quien partió a la casa del Padre…

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 9 de diciembre de 2017.

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