Las responsabilidades de ser padre hoy

Se trata del editorial del programa de radio “Sábado 100” por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela.

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Por Emilio Grande (h.).- Este domingo de junio se celebra el Día del Padre y es la fecha señalada para esta celebración en la mayoría de los países del continente americano. Más allá de lo comercial, ¿cuál es el significado de ser padres hoy en medio de una sociedad conflictiva y en no pocos casos parejas monoparentales o entre personas del mismo sexo, en el contexto de la pandemia y cuarentena eterna en la Argentina?

El Día del Padre es una fecha para reflexionar sobre lo que significa ser padre en la actualidad y sus responsabilidades. El “buen padre”, imagen ampliamente difundida por las sociedades de consumo, es la de “proveedor”: aquel que satisface todas las necesidades materiales del hogar. Para que no les falte nada a los hijos trabaja jornadas dobles y aún los fines de semana. Pero produce un desgaste y estrés, sin darse un respiro para disfrutar lo más importante de la vida: la experiencia única de ver crecer a los hijos.

Tampoco podemos dejar de lado el rol de los padres en la educación escolar de los hijos. Desde hace más de un año y medio con la suspensión de clases, reemplazadas por la cuestionada virtualidad, los padres tenemos que acompañarlos desde el nuevo rol de “docentes-tutores” hogareños porque tenemos que salvar las dudas escolares.

Esto se suma al nuevo lenguaje “inclusivo” en Argentina con la novedad de una enseñanza distorsionada por la pérdida sustancial de las palabras, por ejemplo utilizar “chiques”, perdiéndose la diferencia de género entre masculino y femenino cuando debería sigue siendo chicos o chicas…

Al mismo tiempo, los padres han logrado vencer las tradiciones de ser meros proveedores, comparten el gozo en la crianza de los hijos y hablan de “una nueva dimensión en la convivencia familiar”.

Cada día son más los padres presentes en el quirófano en el momento del nacimiento de sus hijos, en los cursos prenatales y de posparto para capacitarse en el cuidado del bebé.
Más allá del discutible “alquiler de vientres”, se necesitan de una mujer y un hombre para engendrar un hijo/a. También se necesitan dos para su desarrollo en una complementariedad de roles paternos.

La intuición femenina permite a la madre establecer una comunicación vital con el hijo desde el momento de la concepción y que se profundiza con el nacimiento. Interpreta las señales de temor en el bebé y con mimos lo tranquiliza y conduce suavemente.
La voz del padre es de importancia: da seguridad, confianza en el porvenir, establece los límites de la conducta infantil y cierra el círculo del amor que debe rodear al niño. El padre proporciona un elemento único y esencial en la crianza del hijo y su influencia es poderosa en la salud emocional.
El padre de hoy se abre a las necesidades más sutiles del hijo: las emocionales y las psíquicas. Propicia el ambiente que le permita el desarrollo integral de su potencial en un marco de libertad responsable, no de dominación.
El contexto es complejo: padres que sufren por la separación matrimonial y también los hijos, las excesivas cargas laborales, familias monoparentales y la nueva ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo, que es un retroceso cultural.

Frente a estos problemas, tenemos como modelo a San José, el padre adoptivo de Jesús, quien supo acompañarlo, pero en varias ocasiones no entendió lo que pasaba.

Feliz Día del Padre para quienes lo tenemos y un recuerdo especial para los que ya partieron de este mundo…

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