La interminable falta de agua en Rafaela

Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por Mitre Rafaela (FM 91,9) que conduce Emilio Grande (h.). La solución de fondo es la construcción de nuevo acueducto como está programado pero que inexplicablemente no se lleva acabo hace varios años. ¿Cuáles fueron las razones que determinaron la caída de la licitación para construir un nuevo acueducto: cuestiones políticas económicas o la falta de seriedad de los funcionarios de turno? ¿No puede intervenir la Justicia o la Defensora del Pueblo?

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Hace muchos años que nuestra ciudad padece los problemas que ocasionan la falta de agua, un elemento vital para la vida: el consumo personal, la higiene, la cocina, el lavado de todo tipo, el regado de plantas, entre otros. A decir verdad, Rafaela creció exponencialmente en términos de población y las autoridades municipales y provinciales no estuvieron a la altura de las circunstancias: en 1980 había casi 54.000 habitantes y al año siguiente se inauguró el acueducto y actualmente se calcula que ronda las 100.000, es decir que en 30 años casi se duplicó la cantidad de habitantes. Ahora comenzará a reunirse en la ciudad una comisión multisectorial encargada de buscar soluciones de coyuntura a los problemas de agua que sufre Rafaela. La comisión estará formada por directivos de Aguas Santafesinas S.A., del Ente Regulador de Servicios Sanitarios, funcionarios del Municipio local, integrantes del Concejo, de la Defensoría del Pueblo y de la Federación de Entidades Vecinales. Esta comisión se reunirá a fin de mes y tendrá como objetivo discutir la posibilidad de incrementar nuevos medidores domiciliarios, la aplicación de controles más severos para evitar derroches, la incorporación de más camiones cisternas para la atención de clientes sensibles, la calidad del agua que se está distribuyendo en la ciudad, el programa de obras contemplado para la construcción del acueducto y la organización de programas de concientización para incentivar el consumo responsable. Estos temas surgieron durante una reunión que se prolongó por más de dos horas el lunes último en el Municipio, donde hubo muchos reclamos de los vecinos y, lamentablemente, pocas promesas. ¿Hubo previsibilidad y planificación urbana respecto a los servicios esenciales como el agua o en realidad el modelo de la “ciudad isla” de los noventa hizo aguas? Pasaron gobiernos de distintos signos políticos con la empresa de Aguas que era pública, luego privatizada en la gobernación de Reutemann y ahora otra vez del Estado, pero el problema de fondo no se solucionó. ¿Qué responsabilidad le cabe al ENRESS para realizar los controles serios y no acomodaticios con la empresa? ¿Por qué no se colocaron mas micro-medidores ya que se estima un 35% en los hogares rafaelinos con lo cual se derrocharía menos agua y sería más justo lo que se paga por consumo y no por metros cuadrado de la casa? La solución de fondo es la construcción de nuevo acueducto como está programado pero que inexplicablemente no se lleva acabo hace varios años. ¿Cuáles fueron las razones que determinaron la caída de la licitación para construir un nuevo acueducto: cuestiones políticas económicas o la falta de seriedad de los funcionarios de turno? ¿No puede intervenir la Justicia o la Defensora del Pueblo?

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