La importancia de la amistad

Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela (FM 90,) que conduce Emilio Grande (h.). Los verdaderos amigos los encuentra en distintas situaciones que se presentan en la vida, pero especialmente en las más difíciles de dolor, enfermedad o pérdidas de seres queridos.

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Por Emilio Grande (h.).- El día del amigo es un día propuesto para celebrar la amistad. Tiene como antecedente la cruzada mundial de la amistad que se había instaurado en Paraguay el 30 de julio de 1958. Es festejado en otros países latinoamericanos en diferentes fechas. En Brasil, Uruguay y Argentina la propuesta más difundida es la del día que el hombre llegó a la Luna (20 de julio de 1969). El 27 de abril de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas resolvió finalmente invitar a todos los países miembros a celebrar el Día Internacional de la Amistad el 30 de julio de cada año, siguiendo la propuesta original promovida por la Cruzada mundial de la amistad. En la Argentina, el doctor Enrique Ernesto Febbraro, oriundo de la ciudad bonaerense de Lomas de Zamora (que en mérito a su iniciativa es la capital provincial de la amistad por decreto municipal y además sede de la Asociación Mundial para el Entendimiento), profesor de psicología, filosofía, historia, músico, masón y odontólogo y socio fundador del Rotary Club del barrio San Cristóbal y del barrio Once de la ciudad de Buenos Aires, creó el Día del Amigo después de enviar mil cartas a cien países de todo el mundo (de las cuales recibió 700 respuestas) luego de ver que, al alunizar el Apolo XI el 20 de julio de 1969, por una vez en la vida toda la especie humana estaba unida. Seguramente, en estos días y especialmente este sábado se multiplican los encuentros de camaradería entre amigos y amigas de distintos niveles sociales, etarios y culturales, con el objetivo puesto en celebrar la amistad. A decir verdad, no solamente debe recordarse este 20 de julio el día del amigo sino durante todo el año porque se puede caer en la tentación de olvidarse de practicar la amistad, una virtud a sembrar todos los días. Porque al final de cuentas los verdaderos amigos -no los circunstanciales u ocasionales que se mueven por algún interés particular- uno los encuentra en distintas situaciones que se presentan en la vida, pero especialmente en las más difíciles de dolor, enfermedad o pérdidas de seres queridos. Alcemos las copas imaginariamente para practicar la concordia y la amistad social en un mundo dividido por los odios, los egoísmos, los enfrentamientos, las guerras, las locuras de la humanidad. Hay muchos ejemplos de buenos amigos a lo largo de la historia, pero para los creyentes el mejor amigo de todos es Jesús, quien dio la vida en la cruz por los pecados de hace 2.000 años y los de la actualidad, a quien se puede confiar y no nos defrauda…

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