Gestión, honestidad y confianza

¿De qué manera el vicepresidente Amado Boudou podría solicitar a los trabajadores de Gendarmería y Prefectura, quienes esta semana vieron reducidos sus sueldos aproximadamente en un 40%, que desistan de su posición? ¿Desde qué valor ético republicano podría solicitarles tal actitud? Y a propósito del conflicto de estas fuerzas, fuerzas garantes del orden público; el problema que eclosionó esta semana es de vieja data. Comienza en realidad como comienzan todos los problemas cuando se incumple la ley.

Por María Herminia Grande (Rosario)

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Por María Herminia Grande.- La dinámica de una sociedad implica multiplicidad de problemas. La función de un gobierno es prever la presencia de los mismos e ir articulando las respuestas políticas, es decir las posibles soluciones. Churchill decía “El político debe ser capaz de predecir lo que va a ocurrir mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido”. Para lograr este cometido se necesita que los engranajes de la República, es decir sus instituciones, funcionen respetando el rol que les cabe en el sistema democrático. Hoy, lamentablemente, el enorme problema de gestión del gobierno nacional (y también de los gobiernos provinciales) permite sólo acumular a diario situaciones que estallan pero a diferencia de las estrellas fugaces, no desaparecen en el aire, se consolidan conformando una masa crítica negativa. . Así es como la sociedad percibe su soledad y exterioriza sus problemas públicamente. Algunos son coincidentes y mayoritarios, por ejemplo: la inseguridad. Inseguridad que se expresa a través de sus distintas aristas en lo personal físico, en lo personal de empleo, en lo personal de salud, educación. Es decir el problema de gestión se lleva puesto el futuro de cada uno de los ciudadanos; incluida la necesidad de soñar. Sin sueños no hay futuro, ni hay vuelo ni desarrollo. Sin políticas claras no hay previsibilidad y sí, aparece la necesidad de estar a la defensiva. Una sociedad a la defensiva es una sociedad gris. Es una sociedad que genera el peor de los sentimientos: el resentimiento. También genera otro gran problema: la desconfianza. Los gobiernos que no concitan confianza tienen un grave problema de gestión porque aún dando respuestas en tiempo y forma a las demandas, la palabra devaluada actúa entorpeciendo la solución de un conflicto.

El gobierno central y muchos gobiernos provinciales no sólo tienen problemas de gestión sino también problemas de honestidad. Gestión y honestidad son indispensables para generar confianza. Gestión, honestidad y confianza son indispensables para que las políticas solucionen los problemas que surgen. ¿De qué manera el vicepresidente Amado Boudou podría solicitar a los trabajadores de Gendarmería y Prefectura, quienes esta semana vieron reducidos sus sueldos aproximadamente en un 40%, que desistan de su posición? ¿Desde qué valor ético republicano podría solicitarles tal actitud? Y a propósito del conflicto de estas fuerzas, fuerzas garantes del orden público; el problema que eclosionó esta semana es de vieja data. Comienza en realidad como comienzan todos los problemas cuando se incumple la ley. Existe una ley por la cual se prevé la liquidación de los haberes de las Fuerzas Armadas. A partir de haber dejado de lado la minuciosidad de su aplicación, comienza el verdadero problema cual es el hecho de tener la mayoría del sueldo en negro. Cuando un miembro de cualquiera de las Fuerzas aludidas no obtenía la respuesta deseada en su petición salarial por las vías correspondientes, acudía a la justicia. Justicia que a lo largo y ancho de Argentina, dictaminó a su entender. Esto trajo como consecuencia que hoy prácticamente no exista un solo salario igual. Ante esto, el camino es volver a aplicar la ley y así, eliminar la maquinaria del juicio. Claro que el blanqueo de esta situación también dispara otras variables (por ejemplo en los jubilados). Ahora, quienes arriesgan su vida para cuidar la nuestra, ¿no merecen tener la tranquilidad de un salario digno? El conflicto puso en evidencia la falta de autoridad del área correspondiente en el gobierno. El conflicto apareció, se expuso, el gobierno dio una respuesta, y en general la ciudadanía lo apoyó. Los actores debiesen tener flexibilidad, en el caso de las fuerzas de seguridad deberían volver a su normalidad, dando lugar a que las gestiones se canalicen por otras vías. Perdurar en estado de asamblea da lugar a interpretaciones que no son justamente las reivindicaciones salariales.

No solucionado el conflicto recién descripto, otros nuevos problemas aparecieron a la luz pública. El caso Julio López así como también el de Jerez, volvieron con fuerza a la memoria de muchos. La buena noticia fue la aparición con vida de Alfonso Severo. Luego, todo es poco claro. Por otro lado, el radicalismo se vio sorprendido ante el intento de destitución de Leandro Despouy al frente de la Auditoría General de la Nación. Al cierre de este análisis el silencio del gobierno se confunde con autismo.

Política en Santa Fe

Jorge Henn, a cargo de la gobernación de Santa Fe, pasó su prueba de fuego en momentos turbulentos. El conflicto que tuvo en vilo a gran parte de la población provocado por el comando radioeléctrico, se superó. Las negociaciones siguen por las vías correspondientes. Henn asegura que la política resolvió el problema. Que la seguridad es un tema de Estado en Santa Fe y que el gobierno hará un esfuerzo presupuestario destinado a la fuerza policial.

Fuente: diario La Capital, Rosario, 6/10/12.

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