El narcotráfico vino para quedarse en la Argentina

Por Emilio Grande (h.).- Se trata del editorial del programa «Sábado 100» por radio Sol Rafaela (FM 90,9). Mientras la dirigencia en nuestro país se tira la pelota sobre los graves problemas de la inseguridad y el narcotráfico, con declaraciones de distintos actores sociales, políticos, judiciales, inclusive el pronunciamiento de la Iglesia Católica, no hace nada al respecto.

Pero lamentablemente, la violencia social va in crescendo a tal punto que constituye una de las preocupaciones de la gente de a pie, produciéndose todo tipo de ilícitos en la vía pública y en propiedades particulares en pequeñas, medianas y grandes poblaciones.

Ciertamente, una mirada simplista buscaría solamente una sola causa a esta problemática, pero acá -como en tantas situaciones de la vida- aparece la complejidad, con múltiples causas que operan en esta situación en particular.

Uno de los mayores responsables es el gobierno nacional que con su pasividad ha permitido  el ingreso de cargamentos de droga por vía terrestre y aérea en las zonas fronterizas de Salta, Jujuy, Misiones, Formosa, entre otras provincias, ya que los controles de radares son casi inexistentes, como así también en las aduanas ubicadas frente a Bolivia y Paraguay.

Conviene recordar que el 19 de diciembre de 2013, en la sede de la Conferencia Episcopal Argentina y alentada por la Comisión Episcopal de Pastoral Social, se concretó la firma del acta de compromiso acerca de lineamientos básicos para la implementación de políticas públicas sobre el consumo de drogas y lucha contra el narcotráfico.

Asumieron este compromiso los presidentes de agrupaciones políticas nacionales: Hermes  Binner (Partido Socialista), Víctor De Gennaro (Unidad Popular), Pablo Javkin (Coalición Cívica-ARI), Mauricio Macri (Unión-PRO), Sergio Massa (Frente Renovador), Ernesto  Sanz (Unión Cívica Radical), Fernando «Pino» Solanas (UNEN), Margarita Stolbitzer (Partido GEN Generación para el Encuentro Nacional), Humberto Tumini (Movimiento Libres del Sur), y nadie del gobierno nacional.

Al respecto, monseñor Jorge Lozano expresó: «Nos pareció muy valioso que quienes expresan voces políticas diversas puedan manifestar su coincidencia ante el problema de la droga que nos afecta a todos. En un 19 de diciembre, fecha que nos evoca situaciones de dolor en nuestro país, juntarnos y tener gestos de amistad social nos parece que es un hecho significativo».

En algunas provincias están pidiendo ayuda y asesoramiento externo, especialmente a los Estados Unidos para trabajar con mayor ímpetu sobre este problema que crece diariamente.

Es hora que las autoridades nacionales, provinciales y municipales no solamente asuman lo complejo de esta grave lacra social sino que empiecen a trabajar mancomunadamente más allá de las banderías políticas o sectoriales, teniendo como objetivo el bien común de la sociedad porque está en juego la vida de nuestros adolescentes y jóvenes.

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