Duelemos a Morena…

Hay muchas Morenas invisibilizadas en largas barriadas del país. Acaban de matar en Quito a un candidato presidencial, periodista de 59 años, para las próximas elecciones en el país hermano Ecuador.

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Por Adán Costa.- Personalmente siempre he creído en el valor de lo simbólico, sus interpretaciones y proyecciones en las historias de las sociedades. La interpretación de los sueños, siempre es un camino.

El corte de una campaña electoral, o, incluso la posibilidad de suspender de una elección, aparecen, casi como una gestualidad ante la espesura de los problemas.

Porque si eventualmente no se suspenden, la abstención electoral será una práctica generalizada. Penosamente, muy penosamente, hay muchas Morenas invisibilizadas en largas barriadas del país, de la Puna a la Tierra de los Fuegos y más allá.

Aunque una candidata a la presidencia argentina haya elegido, paradójicamente, Lanús, para su acto de cierre de campaña. Todo es paradojal, sistémico, complejo e histórico.

La política, los intereses, con sus buenas y malas intenciones, el mismo estado, muchas veces llega tarde, aunque el patrullero haya tardado apenas 8 minutos según las cartas de reportes policiales después del luctuoso y condenable hecho.

Si todo ya no es suficientemente complejo, acaban de matar en Quito a un candidato presidencial, periodista de 59 años, para las próximas elecciones en el país hermano Ecuador el 20 de agosto. Lo político seguirá llegando tarde si no se va a fondo con la desigualdad social.

Duelemos a Morena, y en ella, a todas, y, si cabe, a un modo crepitante de sociabilidad.

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