Domingo de Ramos: “Convirtamos el concepto de autoridad para que sea servicio”

Expresó el obispo Torres en la plaza 25 de Mayo, previo a la procesión hacia la Catedral. En la ceremonia en el templo, también habló de las recurrentes crisis de nuestro país: “estamos con un drama frente a la identidad”. Sobre esta semana santa con el misterio de la pasión y la muerte del hijo de Dios, preguntó en voz alta: “¿quién es Jesús y quien soy yo?”.

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Por Emilio Grande (h.).- El obispo diocesano Pedro Torres presidió la ceremonia del Domingo de Ramos, que nos introduce a la Semana Santa para vivir el triduo pascual: la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús, siendo concelebrada por el vicario parroquial Ariel Botto.

Hubo dos momentos centrales: primero la bendición de los ramos frente al monumento al General San Martín para continuar la procesión por la plaza 25 de Mayo hasta la Catedral San Rafael, ante una multitud de fieles, y luego la celebración de la misa dentro del templo mayor de la diócesis de Rafaela.

“El evangelista insiste dos veces en que Jesús necesita una burra que está con su cría. Yo soy de la tierra de los burros. En la antigüedad ese animal era signo negativo de vagancia ´no te hagas el burro, no querés trabajar´, signo de testarudez, pero también de humildad. Que entre Jesús a Jerusalén en un burro y no en un caballo de reyes o de guerra nos muestra quien es Jesús; es un rey distinto, de la humildad, del servicio y viene a dar la vida por nosotros”, destacó el obispo en la plaza.

Y agregó: “El Señor necesita que no nos hagamos los burros y convirtamos nuestro concepto de autoridad para que sea servicio, para que nos demos la vida unos por otros por amor porque nos hace dignos. Vamos a entrar con Jesús, aclamándolo y diciendo Hosanna, Señor sálvanos, caminando juntos. Todo un signo en este momento en que la Iglesia habla con una palabra difícil sinodalidad. ¿Qué es sinodalidad? Caminar juntos: ‘odos’ significa camino y ‘sin’ significa con otros. Hagamos caminos con otros”.

“Y entremos a la Semana Santa para conocer a Jesús, para amar a Jesús, para fascinarnos con Jesús, para agradecer a Jesús, para decirle como tantas veces en la oración: Señor te necesitamos, queremos conocerte, gracias porque me amaste hasta dar la vida por mí. Estos ramos de olivos, que después tenemos que poner en casa detrás de una cruz, que son un signo de oración, de bendición, son el signo de que hoy hemos querido decir Señor te recibimos y no nos vamos a hacer los burros, queremos aprender a ser mansos y humildes de corazón”, concluyó en la plaza 25.

Celebración en el templo

Después de la proclamación del evangelio de la pasión, según san Mateo, Torres remarcó que “son días de oración, contemplación y reestrenar la fe que dialoga con nuestra historia. Cuando era chico aparecían los discursos de Alvaro Alsogaray (ex ministro de Economía en los gobiernos de Frondizi y de Guido), tratando de explicar las crisis económicas y decía ´hay que pasar el invierno´, todavía estamos pasando el invierno… y decía también ´usted es el país´. Jugábamos en casa con una frase del General San Martín: ´será lo que deba ser y sino no será nada´. Han pasado 60 años y estamos con un drama frente a la identidad, el país no es una institución somos nosotros. En mi oración de la mañana recordaba a los que murieron por las Malvinas. Hay gente que ha dado la vida por la patria, es la tierra de nuestros padres, no de los que la gobiernan”.

“El evangelio de hoy comienza con una pregunta ´¿tú eres el rey de los judíos?´ y la respuesta era mucho más grande: verdaderamente este es más que el rey de los judíos, es el hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí, el que vence la muerte y el pecado. Hoy es un drama la identidad, a veces creemos que es lo que yo me auto-percibo, si creo que soy rico voy a estar lleno de deudas y voy a gastar más de lo que tengo. Para ser nosotros, tenemos que tatuarnos y ponernos cosas, pero pasa por el corazón”.

Y preguntó en voz alta: “¿Quién es Jesús? Sólo quien conoce a Cristo conoce verdaderamente el misterio del hombre, lo que fue enseñado por el Concilio Vaticano II (1962-1965). Esta semana no contemplamos solamente hechos del pasado, nos situamos ante el misterio de la pasión y nos preguntamos ¿quién es Jesús y quien soy yo? Pedro lo reconoció como el Mesías, el hijo del Dios vio; Jesús le dijo Simón tú eres Pedro. Vamos a encontrar nuestra identidad en lo que Dios pensó, imaginó y soñó para nosotros; nos quiere santos y seguidores de Jesús; él es el camino, la verdad y la vida”.

Más adelante, Torres dijo que “buscamos conocer a Jesús para hacernos cargo de su amor y su perdón, para entrar en el misterio del amor hasta la muerte. En los tiempos de Jesús, la cruz era la muerte para los no ciudadanos romanos, la muerte ignominiosa y bochornosa; murió y se abajó hasta lo más bajo que puede abajarse alguien para rescatarnos de ahí”.

“Jesús es el preso al que lo apresaron -continuó-, es el acusado, es el que comparece ante la acusación, es el que hace silencio, es lo que asombra a Pilato, Jesús callaba, tenemos que aprender a hacer silencio en nuestra cultura; es el que el mundo no elige porque lo eligieron a Barrabás, hoy elegimos otras cosas. Es el condenado, es el crucificado, quien sabe la cruz lo sabe todo, quien no sabe la cruz no sabe nada. Es el entregado a los verdugos, el ultrajado, en sus ultrajes ha hecho suyo todos nuestros ultrajes”.

Finalmente, el obispo diocesano sostuvo que “Jesús se ha hecho uno con el dolor humano, nos amó cuando todavía nosotros somos pecadores; es el que se ubica entre los ladrones y también los salva, es el provocado, el tentado, el que está solo… Qué importante en esta semana acompañarlo, no dejarlo solo. Jesús es el que clama y este clamor del evangelio de hoy es desgarrador: ´Elí, Elí, lemá sabactaní´ (´Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?´), son las únicas palabras en arameo que conserva el evangelio; clama a Dios por el desgarro del corazón, clama haciendo suyo todas las soledades, abandonos, las angustias del corazón humano y entrega su espíritu. Jesús dio todo lo que había recibido del Padre: la vida. Nos está dando ese espíritu de vida a nosotros porque él es el hijo de Dios y nosotros somos hijos en el hijo, somos salvados”.

Programación prevista

Las celebraciones del triduo pascual en la Catedral San Rafael serán las siguientes:

* Jueves Santo: a las 20:00 horas con la institución de la eucaristía y del sacerdocio y el lavatorio de los pies.

* Viernes Santo: a las 17:00 celebración de la pasión del Señor y a las 20:00 el vía crucis de la ciudad alrededor de plaza 25 de Mayo

* Sábado Santo: a las 20:00 la vigilia pascual

* Domingo de Pascua: las misas serán a las 8:30, 11:00 y 20:00 horas.

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