Debaten sobre el país

Por Emilio Grande (h.).- El disparador del encuentro de ayer en el microcine en el Colegio San José fue el documento “Hacia un bicentenario en justicia y solidaridad 2010-2016: nosotros como ciudadanos, nosotros como pueblo” del entonces arzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, organizado por la Comisión Justicia y Paz del Obispado de Rafaela, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa delegación Rafaela-Sunchales y el obispo diocesano Luis Fernández, quien fue uno de los 38 presentes (faltaron autoridades políticas del oficialismo y la oposición) para debatir durante tres horas sobre el pasado, presente y futuro del país con sus luces y sombras… En la apertura Oscar Parra recordó la misión de los obispos del Litoral en nuestra ciudad y la de Sunchales en el mes de setiembre último, mencionando la presencia de los dirigentes Mario Matanzo (secretario gremial de ASIMRA e integrantes de la Comisión Nacional de Justicia y Paz), Juan Carlos Sagardoyburu (consultor de Bitx SA e integrante de la comisión directiva de ACDE nacional), ambos de Buenos Aires, y Leandro Simeoni (titular de Nomines y miembro de ACDE Rosario). A su turno, Alejandro Bonet contó que Bergoglio escribió este documento casi al final de su mandato como cardenal, retomando las homilías de los Tedeum durante los gobiernos de Carlos Menem, Néstor y Cristina Kirchner, con las preocupaciones del país, la herencia y las dificultades profundas. Luego la profesora de Historia Cecilia Pairola tuvo a su cargo la lectura del contenido del documento, haciendo una apretada síntesis de las 24 páginas. Rescato los 4 ejes vertebradores que planteaba Bergoglio y que sigue teniendo vigencia: privilegiar el tiempo al espacio, la unidad al conflicto, el todo a la parte y la realidad a la idea. Apela en varias oportunidades a los conceptos de ciudadano, pueblo y bien común. «El liderazgo centrado en el servicio es la respuesta a la incertidumbre de un país dañado por los privilegios, por los que utilizan el poder en su provecho, por quienes exigen sacrificios incalculables mientras evaden responsabilidad social y lavan las riquezas que el esfuerzo de todos producen. El verdadero liderazgo y la fuente de su autoridad es una experiencia fuertemente existencial. Todo líder, para llegar a ser un verdadero dirigente, ha de ser ante todo un testigo. Es la ejemplaridad de la vida personal y el testimonio de la coherencia existencial», expresa Bergoglio. Después de las exposiciones de diferentes actores sociales, Rodolfo Zehnder hizo un cierre con las opiniones más importantes, mencionando algunas de ellas. El obispo Fernández señaló que la historia común de los argentinos está marcada por un fuerte individualismo que conspira para un país en serio. Sagardoyburu insistió en la amistad social que es imperiosa a través del diálogo entre empresarios y trabajadores, una de las claves del éxito, destacando que unos 60 abogados ganaron 600 millones de dólares en acuerdos laborales durante el 2016 sin llegar a los afectados. Marcelo Lombardo (secretario general de SOIVA y concejal) reflexionó sobre la crítica injusta al sector sindical como si fuera culpable de todos los males del país. Sobre el proyecto de reforma laboral que impulsa el Gobierno pidió a los empresarios que también estén presentes en el debate. Daniel Bartomioli y María Luisa Ronchi remarcaron la pobreza estructural del país estimada en un 32%: en 1974 había un 4% y en 43 años creció un 28%, denunció Jorge Ghiano. En lo personal expuse dos cuestiones: la incapacidad de la dirigencia en su conjunto para resolver los problemas con un retroceso en distintos ámbitos sociales y la menor exigencia en la educación, poniendo como ejemplo el reciente sorteo para ingresar en dos escuelas de nuestra ciudad…

Fuente: diario La Opinión, Rafaela, 26/11/2017.

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