Un cónclave de los líderes de la oposición

Que el paso firme sea sortear obstáculos como lograron hace varias décadas sus pares en España y recientemente en el Vaticano, únanse y acepten mediante consenso o con una interna abierta que la oposición proclame el candidato a Presidente en 2015 y los demás colaboren patrióticamente.

Por Emilio J. Grande (Rafaela)

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Por Emilio J. Grande.- En la edición del lunes 18 de marzo, el diario La Nación de Buenos Aires publicó una carta titulada “Cónclave opositor” -firmada por Enrique Munilla DNI 4.433.538- con este texto: “Nuestros políticos de la oposición deben recoger la lección del cónclave realizado en el Vaticano, que en medio de una grave situación institucional por la que atraviesa la Iglesia supo elegir al mejor, tal como lo reconocen todos los hombres y países del mundo, sin importar su credo. Ese ejemplo debe llevar a todos los políticos opositores al Gobierno a la convocatoria de un cónclave al que deberían ingresar despojados de todo egoísmo para, en un nuevo hecho histórico, elegir al mejor de entre ellos que los represente en esta gesta”. Ya hace años que después de aciertos se llegó al desgobierno que empezó El y después continuó acentuado Ella. En los corrillos de la esquina, en mesas de café y colas de servicios para mitigar las aburridas esperas se comenta que en la Argentina se debería imitar al llamado Pacto de la Moncloa que salvó la crítica situación de España en el siglo anterior. Aquel hecho ejemplar consumado en Madrid, aunque de otra naturaleza, se emparenta con lo sugerido en la carta citada del lector del colega La Nación, que también coincide con lo comentado por quien esto escribe en más de una ocasión, con el señalamiento que tal propósito nunca se logrará en nuestro país mientras persista la mezquindad y la falta absoluta de patriotismo de parte de la gran mayoría de los principales líderes políticos, que critican con variados matices a la gestión kirchnerista que ya se extiende por 10 años. Pero esos críticos nada hacen para presentar una alternativa conjunta con fuerza suficiente para producir un cambio, democráticamente a través de las urnas. En el horizonte político se otea cada vez más cercana la elección legislativa de octubre y los líderes opositores no logran pergeñar planes concretos y creíbles. Lamentablemente pierden el tiempo en discusiones sin proponer metas a alcanzar; no pasan de aprontes. Hagamos un breve repaso de lo que es noticia en estas últimas semanas, confirmándose las propuestas de ambiciones presidenciales de siempre, con intentos de buscar socios por parte de Binner, De la Sota, De Narvaez, Lavagna, Stolbizer, Moyano, en la trastienda Scioli, Carrió, Alfonsín y últimamente se sumó nada menos que Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete de los Kirchner. Lo curioso que muestran esos dirigentes es que quien formula el intento de formar un frente no disimula la firme pretensión de ser el candidato a Presidente. De ahí la necesidad imperiosa y urgente de que en la Argentina la oposición aprenda la lección del cónclave de cardenales que proclamó al mejor como nuevo Papa, Jorge Bergoglio, quien de inmediato con sorpresivos gestos y palabras claras marcó el camino correcto de la Iglesia, extensible a todos los órdenes de la vida, cuando dijo “el verdadero poder es el servicio”, a lo que yo agregaría y “no servirse”, atento a lo generalizado de los gobernantes de ayer y muy acentuado hoy con una corrupción e impunidad que espantan. Qué cambio de conducta. En el pasado muchos ciudadanos adinerados con vocación política para acceder a los altos cargos hasta dilapidaron estancias; en la actualidad muchos gobernantes que empiezan con débil posición económica al cabo de pocos años hasta compran estancias. Líderes políticos despójense de ambiciones desmedidas, pierdan la mezquindad y el egoísmo, actúen patrióticamente, aunque de distintas ideas e ideologías coincidan en priorizar la necesidad de un cambio. Que el paso firme sea sortear obstáculos como lograron hace varias décadas sus pares en España y recientemente en el Vaticano, únanse y acepten mediante consenso o con una interna abierta que la oposición proclame el candidato a Presidente en 2015 y los demás colaboren patrióticamente. Para empezar demuestren unidad para integrar las listas legislativas de octubre. De una vez por todas, líderes de la oposición den una muestra de grandeza y de verdadera vocación para servir a la patria; el país se lo agradecerá.

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