«La Navidad es una invitación a la esperanza»

Expresa el sacerdote Carmelo Greco. Estuvo unos días en Rafaela para volver a su Salerno natal en Italia. Destaca la importancia de los 15 años de la UCSE DAR y cómo es el proceso para elegir el nuevo obispo de Rafaela.

Por Emilio Grande (h.)

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Por Emilio Grande (h.).- «Estamos viviendo momentos que son muy particulares y difíciles. La palabra que más se emplea en Italia y Argentina es crisis, hay una cantidad de cosas que desestabilizan la persona. La Navidad es una vida que se abre ante nosotros, Dios quiere vivir en medio nuestro, recordarnos el misterio de la encarnación, nos viene a decir que tenemos que seguir caminando y la Navidad es una invitación a la esperanza y con la base de fe seguir creciendo, hacer presente ese Dios que nos ama y nos va a dar los medios para poder confrontarnos con la dificultad, la adversidad, la crisis. La nueva Navidad es un llamado a que nos demos la mano todos porque de las cosas difíciles se sale adelante cuando uno está unido, consciente de que todos remamos para el mismo lado. Los grandes desastres en la humanidad se producen cuando hay confrontación, enemistad, guerra, desconfianza de unos con otros, entonces no se construye, no se consigue hacer ninguna cosa buena». Esta reflexión pertenece al sacerdote Carmelo Greco, de 67 años, a este cronista. Estuvo de visita en Rafaela para volver a su Salerno natal en Italia. Fue hermano marista en Buenos Aires, San Rafael, Pilar y Rafaela (director del San José). Luego de ser admitido seminarista, estudió Teología en Roma, ordenado diácono en esa ciudad y sacerdote en Rafaela junto a Enrique Engler, en 1981, en una ceremonia presidida por el entonces obispo Jorge Casaretto. Luego fue canciller en el Obispado, vicario en Catedral mientras atendía la capilla de Lourdes, en Zenón Pereyra, párroco en Ceres hasta que fue a estudiar Derecho Canónico (licenciatura y doctorado) en la Pontificia Universidad Lateranense. Volvió a nuestra ciudad para asumir la parroquia de San Antonio (1995-2006) para después retornar a Salerno hasta el presente, integrando el tribunal interdiocesano y responsable de 7 iglesias del centro histórico (la más antigua es del 850) de las cuales en 3 hay afluencia de fieles y las restantes como monumento histórico. -En 2012 se cumplieron 15 años de la creación de la Universidad Católica de Santiago del Estero en esta ciudad, ¿fue algo profético del obispo Héctor Romero? -Además de la persona buena, monseñor Romero tenía iniciativas y proyectos, muchas cosas que hacía a las necesidades del hombre las percibía perfectamente. Cuando volví a Rafaela en 1995 me dijo que los pueblos quedaban vacíos, que los jóvenes se iban a estudiar a otros lados y si tenían trabajo y se casaban quedaban en el lugar y no volvían más. Era necesario crear una estructura de tercer nivel universitario en esta ciudad. Algunas personas apoyaban el proyecto, muchas otras desconfiaban o eran indiferentes y también había un grupo considerable opuesto en los medios (de comunicación), en el ámbito profesional, en la parte política, porque a nivel político se pensaba en algo totalmente laico y no con una connotación católica. Se fueron superando los obstáculos y se pudo concretar esta iniciativa de Santiago del Estero, después aparecieron otras. Todo esto fue un bien para la ciudad de Rafaela y estoy contento de haber colaborado, de haber recepcionado el pedido de Romero e hicimos lo posible para que fuera adelante. La universidad tiene que hacer otras cosas en relación a su personalidad en medio de la comunidad. -¿Por ejemplo? -La identidad tiene que ser un poco más viva, la Iglesia nos pide al ámbito educativo una presencia más fuerte para una nueva evangelización y tendrá que estar al servicio en eso, siendo eficiente en el ámbito de la ciencia pero buscando nuevos horizontes donde se haga presente. Lo que hace a la ciencia, a la búsqueda de la verdad. Tiene que haber espacios para que las personas que no viven con la fe tengan la posibilidad en el diálogo de esclarecer la actitud de vida y llevar adelante un cambio, un crecimiento o identificarse para que se le presente de un modo más claro y fuerte. -Monseñor Franzini fue nombrado arzobispo de Mendoza, ¿cómo es el proceso de la nueva designación y cuánto tiempo va a pasar para tener nuevo obispo? -Tenemos la diócesis de San Francisco que hace un año que espera el obispo y está con un administrador diocesano. Los tiempos los hemos vivido en Rafaela cuando el padre Idelso Re fue dos veces administrador y tuvo que llevar adelante la Diócesis durante casi un año. Es para bien porque un nuevo pastor tiene que ir preparando el corazón porque la espera se mueve con un ámbito de amor. Después que se vaya Franzini (el 1 de febrero) tendrán que elegir el administrador diocesano, luego comenzará el proceso de consultas y búsquedas de identidad del nuevo pastor, y lleva un tiempo hasta que el Nuncio tenga claro las carpetas a mandar a la «Congregación de obispos» que hará su propia investigación sobre los candidatos y después el Papa tomará la decisión en relación a quién de los tres que le presenten será el nuevo obispo de Rafaela.

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