«El conflicto de poderes produce un alto costo social»

El ex obispo de Rafaela Jorge Casaretto afirmó que el principal problema del país sigue siendo la pobreza y la exclusión.

Por Mariano De Vedia (Buenos Aires)

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«La construcción del camino para salir de la crisis pasa por la calidad institucional. En la Argentina hay aspectos positivos: instituciones fundamentales, como los poderes Legislativo y Judicial, han ganado autonomía. Pero esa autonomía no debe ser usada para impedir encontrar caminos de salida.» El obispo de San Isidro y presidente de la Comisión de Pastoral Social, monseñor Jorge Casaretto (ex obispo de Rafaela), no olvida que «la deuda sigue vigente y el gran problema de la Argentina es la pobreza y la exclusión». Y, en sintonía con la reciente declaración de la comisión permanente del Episcopado, en cuyo espíritu y redacción intervino, advierte que la principal demanda por una mayor calidad institucional proviene, precisamente, de los sectores más postergados. «La falta de salud de las instituciones provoca un alto costo social. El tema de la pobreza merece un paquete de leyes que garanticen políticas de Estado y pongan en marcha políticas sociales, educativas y de empleo. Es un reclamo que se lee en los rostros de hombres, mujeres y niños que no viven con dignidad», dijo el obispo. Casaretto transmitió su preocupación por la situación social luego de que el Episcopado, que preside el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, aprobara la declaración «La patria es un don; la nación, una tarea». Allí, los obispos advirtieron que «la celebración del Bicentenario merece un clima social y espiritual distinto» del actual. Frente al alto costo social que produce el conflicto de poderes planteado a raíz de la crisis institucional, monseñor Casaretto dijo que el Poder Legislativo constituye un camino importante para el logro de esos objetivos. «No tiene solamente el papel de confrontar con el Gobierno, sino de hacer aportes y ofrecer una mirada propositiva», señaló. Al respecto, los obispos dijeron en la declaración: «Es el momento de privilegiar la sanción de leyes que respondan a las necesidades reales de nuestro pueblo». Casaretto explicó que el objetivo de los pedidos de audiencia a la presidenta Cristina Kirchner y a las cabezas de los poderes Legislativo y Judicial es «manifestar la disposición de la Iglesia para ponerse al servicio de un diálogo constructivo». El titular del área de Pastoral Social insistió, además, en los desafíos del Bicentenario, que no se agotan este año, sino que se extienden hasta 2016, período propicio para «la búsqueda de diálogos y consensos que se puedan expresar en políticas públicas». -¿Hay condiciones para la búsqueda de acuerdos permanentes? -Hay que recrearlas. La confrontación no ayuda a la búsqueda del bien común. Por eso, la Iglesia pide a toda la dirigencia actos de grandeza para superar los conflictos y encontrar una mayor calidad institucional. Cuanto mayor es la calidad institucional, mayores son las posibilidades de ocuparse de la pobreza. -¿Las políticas sociales son suficientes para atender la pobreza? -El programa de asignación universal para la niñez es una muy buena política social y uno de los planes menos clientelísticos. Pero no basta. La pobreza no se soluciona con los planes sociales. Depende de políticas que tengan una calidad ética y planes efectivos de educación y de empleo. Hay que encarar problemas graves que son generadores de pobreza, como la droga, el narcotráfico y la multiplicación del juego. -¿Las prioridades hoy son otras? -No corresponde hacer un juicio de valor. La Iglesia no juzga. Nuestra misión es alertar, crear conciencia en la sociedad civil y en la dirigencia para que el país no pierda la brújula. -¿No son necesarias leyes como la del matrimonio gay o el aborto? -Nosotros tenemos una clara posición principista: siempre a favor de la vida. Habría que preguntarse si estos son los temas fundamentales para la Argentina.

INTERESES SECTORIALES «Los distintos sectores de la sociedad (y la propia Iglesia se siente interpelada por esta situación) deben tomar conciencia de que los intereses sectoriales no pueden crecer más allá del bien común», dijo monseñor Jorge Casaretto, al recordar que con mucha frecuencia las conveniencias particulares impidieron la construcción de caminos para alcanzar ese bien común. El presidente de la Comisión de Pastoral Social señaló que esa finalidad debe animar no sólo a los tres poderes del Estado, sino también a los grupos empresariales, sindicales, profesionales y organizaciones de la sociedad civil. «Todos somos responsables», concluyó.

Fuente: Mariano De Vedia en diario Laa Nación, Buenos Aires, 13 de marzo de 2010.

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