Cristina bailaba mientras eran velados 8 muertos

Por Emilio J. Grande.- Sin palabras. O según los opinantes, unos abundan en calificativos descalificadores o los obsecuentes se llenan la boca con términos laudatorios. Tal escenario aparecía coincidente mientras se realizan los funerales de Nelson Mandela, ese héroe de incontables luces brillantes, de quien basta y sobra con citar un gesto para medir su estatura moral: tras 27 años de estar encarcelado y obligado a trabajos forzosos, al asumir la presidencia de Sudáfrica rechazó rotundamente las insinuaciones para que castigara a quienes lo habían maltratado cruelmente por defender la libertad y derrotar el flagelo de la discriminación racial. Había dicho: “El país necesita que miremos hacia adelante”. Hay personas que al sobrevivir enfermedades graves comienzan un nuevo capítulo en sus vidas, cambiando bondad por encono, perdón y comprensión por resentimiento y odio. Por lo visto, el día de la celebración de los 30 años de la democracia la presidenta Cristina demostró mantener inalterables por la insensibilidad, el odio, la soberbia y el autoritarismo que destilaba antes de enfermar. Bailó mientras en varias provincias del país eran velados 8 muertos, víctimas de los sucesos naturales, lamentablemente, propios de la crisis social instalada en el país en los últimos 10 años gobernados por el matrimonio Kirchner. Mientras Cristina danzaba desde Resistencia Juan Carlos Bacileff -el sucesor de Capitanich- desencajado por lo que sucedía en el Chaco, decía con referencia a la celebración de los 30 años de democracia que “no estoy con ánimo para ningún tipo de festejo”.

INDIGNACION SUPREMA Además del baile presidencial, en tanto se velaban 8 muertos argentinos, otra tremenda falta de respeto provocó que el diario La Nación publicara una carta firmada por Juan José Taranco, cuyo texto interpreta el pensamiento de los millones de ciudadanos que el domingo 27 de octubre expresaran su sentir en las urnas. Dice esa carta: “Me causó desazón el nombramiento del vicepresidente como nuestro representante en las ceremonias fúnebres de Nelson Mandela. Resulta seguramente vergonzante e irritante, además de provocativo para y con gran parte de la ciudadanía argentina, tal designación para concurrir a los homenajes póstumos a una persona de tan elevada estatura moral y política. Aunque no pese condena judicial aún, las pruebas existentes son abrumadoras e inexcusables”.

LESA HUMANIDAD En nota de pocos meses atrás calificamos de “delito de lesa humanidad” el tratamiento dado por la Presidenta a los 4.700.000 jubilados que padecen la asignación mínima, apenas superior a los 2.400 pesos, situación inconcebible que ahora sobresale más con los aumentos logrados por las policías de varias provincias con el sueldo básico de unos 8.000 pesos. Cristina Kirchner además de haber impedido mediante veto la aplicación del 82% que por ley había sancionado el Congreso que establece la Constitución, descaradamente y sin compasión permite que la ANSES sea el organismo que cubre necesidades del Tesoro nacional y también financie a entidades públicas y empresas privadas, dilapidando así miles y miles de millones de pesos que aportaron los pasivos durante 30 y 40 años de vida útil. Cuesta entender que las entidades que representan a la clase pasiva no organicen en conjunto o separadamente manifestaciones públicas en Plaza de Mayo o cacerolazos, única forma efectiva de que el gobierno nacional termine su actitud criminal de especular con la edad de los jubilados, no cumpliendo con el pago de retroactivos por juicios ganados y no duplique cuanto menos la actual asignación mínima.

 

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *