Ya no se respetan a nuestros muertos…

Sobre la puesta teatral “Nada de carne sobre nosotras” en el cementerio municipal en el marco del FTR22, la autora de esta columna opina: “hasta cuándo dejaremos que se nos burlen y el error nuestro es dejar que lo sigan haciendo…”

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Por María Inés Adorni.- El teatro es un género literario constituido por obras, generalmente dialogadas, destinadas a ser representadas ante un público en un escenario.

La obra de teatro “Nada de carne sobre nosotras” es un género de terror, siendo la escritora Mariana Enríquez.

El porqué  del escenario: Analía Couceyro en declaraciones explica el porqué de ese lugar. “Hay algo de la inmersión del espacio, que es muy distinto”.

Además dijo que fue una experiencia única convivir con el espacio.

Mi opinión como artista plástica, yo sé muy bien que el arte debe salir de los museos y llevarse a las calles, el montaje de una obra se realiza en un ámbito escénico, o sea consta de un escenario donde actúan los actores y el espacio  en que se sitúan los espectadores. Es evidente que ni el escenario tiene por qué ser del tipo convencional, o sea un espacio elevado cerrado por tres lados y abierto por la embocadura con su telón, ni el sitio  destinado a los espectadores tiene que ser una sala con su patio de butacas y sus palcos.

Una obra puede tener montaje realista-naturalista o un montaje irrealista, pero aun siendo fiel a estos principios, el escenógrafo tiene que comunicarle al público la sensación de novedad o sorpresa, propias de las obras de arte.

¡Oh sorpresa!…

En un campo santo ya se pasó de la raya, es el colmo, que la cultura ya está en decadencia es cierto, son los representantes nuestros que permiten que una obra de teatro sea autorizada en el cementerio.

Ya no se respetan a nuestros muertos, porque dejamos que nos manejen como títeres y hagan lo que se les plazca.

Muchos de nosotros venimos de momentos muy dolorosos, con ese plan pandémico que se llevaron a nuestros familiares y amigos, y no pudimos despedirlos.

Hasta cuándo dejaremos que se nos burlen y, además, el error nuestro es dejar que lo sigan haciendo, no lo puedo creer diríamos muchos de nosotros, pero yo si lo creo.

Irrumpen un lugar sagrado, irrumpen con Dios y nuestros sentimientos, ¿y seguimos dejando que lo hagan?

Nuestros familiares que no están con nosotros en este plano merecen respeto.

¿Cómo podemos honrar a nuestros difuntos de verdad señor Intendente?

Las personas ya no existen pero las palabras y pensamientos prevalecen.

Las raíces de nuestra identidad.

Es que honrar significa precisamente que esa persona que ha abandonado esta existencia, se convierta en alguien: mostrándole respeto y consideración, ofreciéndole reconocimiento y un lugar en la sociedad.

Sea uno o no creyente, aquellos que le han precedido, son las raíces sobre la que ha edificado su identidad.

Por ello exijo como ciudadana respeto por mis antepasados, porque ese lugar sagrado no es ni será un escenario para la política, y no me diga que no hay que mezclar la política con la cultura como bien dijo, pues así de esta forma está sacando las hilachas de que no tienen valores y ni les importa al prójimo, solo quedar bien con algunos.

Y es lo que siento y es la verdad.

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