Vivir por Dios

“Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura” (Mt. 6, 33). Si tú también buscas el reino del Padre, experimentarás que Dios es Providencia para todas las exigencias de tu vida. Descubrirás lo extraordinario que es normalmente el Evangelio.

Por Chiara Lubich

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“Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura”
(Mt. 6, 33)1

Todo el Evangelio es una revolución. No hay palabra de Cristo que se parezca a la de los hombres. Escuchen ésta: “Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura”. La primera preocupación del hombre, en general, es la búsqueda ansiosa de lo necesario para dar seguridad a su existencia. Quizás sea así también para ti. Y bien, Jesús te pone de frente a “su” modo de ver y te ofrece un modo de actuar suyo. Te pide un comportamiento totalmente diferente al usual, y no para tener una única vez, sino siempre. Es éste: buscar primero el reino de Dios. Cuando estés orientado con todo tu ser hacia Dios y hagas de todo para que Él reine (es decir, gobierne tu vida con sus leyes) dentro de ti y en los otros, el Padre te dará aquello de lo cual tienes necesidad día por día. En cambio, si te preocupas antes que nada por ti mismo, terminas con cuidar principalmente las cosas de este mundo y caes víctima de éstas. Terminas con ver en los bienes de esta tierra “tu” verdadero problema, el “fin” de todos tus esfuerzos. Y te nace adentro la grave tentación de contar únicamente con tus fuerzas y de hacer a menos de Dios.

“Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.”

Jesús da vuelta la situación. Si tu preocupación primera es Él, vivir por Él, entonces el resto ya no constituirá el problema principal de tu existencia, sino un “agregado” o una “añadidura”. ¿Utopía? ¿Palabra irrealizable para ti, hombre moderno, hoy, en un mundo industrializado donde rige la competencia y que a menudo está en crisis económica? Te recuerdo simplemente que las dificultades concretas de subsistencia para la gente de Galilea, no eran mucho menores cuando Jesús pronunció estas palabras. No es cuestión de utopía o menos, Jesús te pone delante de la impostación fundamental de tu vida: o vives para ti, o vives para Dios.

Pero tratemos ahora de comprender bien esta palabra: “Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.” Jesús no te exhorta a la inmovilidad, a la pasividad por las cosas terrenas, a una conducta irresponsable o superficial en el trabajo. Jesús quiere cambiar la “preocupación” en “ocupación”, quitándote la ansiedad, el miedo, la inquietud.

Él, de hecho, dice: “Busquen ‘primero’ el Reino…”. El sentido de “primero” es “por encima de todo”. La búsqueda del reino de Dios es puesta en el primer lugar y no excluye que el cristiano deba también ocuparse de las necesidades de su vida. “Busquen el Reino y su justicia” significa, además, tener una conducta conforme a las exigencias de Dios manifestadas por Jesús en su Evangelio. Solamente buscando el reino de Dios, el cristiano experimentará la potencia maravillosa del Padre en su favor.

Te cuento un episodio. Es de hace un tiempo, sin embargo, es de una increíble actualidad. Conozco de hecho numerosos chicos y jóvenes que se comportan ahora como actuaba esa muchacha. Se llamaba Elvira. Iba a la escuela de magisterio. Era pobre. Sólo un promedio alto podía asegurar el proseguimiento de los estudios. Poseía una fe fuerte. Su profesor de filosofía era ateo, así que frecuentemente mostraba las verdades sobre Cristo y sobre la Iglesia descentradas, o deformadas. El corazón de la muchacha bullía. No por sí mismo, sino por el amor a Dios, a la verdad y a sus compañeras. Aún conciente que contradiciendo al profesor habría podido tener una mala nota, esto que sentía adentro era más fuerte que ella. Siempre levantaba la mano, pedía la palabra: “No es verdad, profesor”. Quizás alguna vez no habrá tenido todos los argumentos para refutar las disquisiciones del profesor, pero en ese “no es verdad” estaba su fe, que es don de verdad y hace pensar. Las compañeras, que la querían, trataban de convencerla de que dejara de intervenir para que no la perjudicaran. Pero no lo lograban. Pasan algunos meses. Es la hora de entrega de libretas. La muchacha la toma y tiembla. Después un golpe de alegría. ¡Diez! La nota más alta. Había buscado sobre todo que Dios y su verdad reinaran, y el resto vino de añadidura.

“Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.”

Si tú también buscas el reino del Padre, experimentarás que Dios es Providencia para todas las exigencias de tu vida. Descubrirás lo extraordinario que es normalmente el Evangelio.

Chiara Lubich (fundadora del Movimiento de los Focolares, fallecida).

Publicación mensual del Movimiento de los Focolares 1. Este texto fue publicado en mayo de 1979.

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