Viajero de un mundo ovalado

El jugador del Circulo Rafaelino de Rugby comienza hoy a vivir su décima experiencia en el exterior. Por cuatro meses integrará el equipo de la ciudad de Alpago, en Italia, donde también será asistente del entrenador. Acompáñenos, vamos a recorrer el pensamiento de un hombre que mantiene vivo su amor por la libertad que asegura el jugar.

Por Oscar A. Martínez

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El tiempo no parece pasar para él, aunque el pasaporte asegure que ya ha superado la barrera de los treinta y seis años, es una vida que se esfuerza por disfrutar a pleno. Es que Alejandro Chiavon, el mismo que descubrió el amor por el rugby de casualidad, “ocurrió que dejé de jugar tenis porque mi entrenador, Rafael González Bosch, se había ido a Italia. Recién tenía 14 años y era tal la afinidad que tenía con él que me quedé sin saber qué hacer. Entonces un amigo, Carlos Valenti, me llevó a ver un seven y me impactó. Apenas toqué la pelota me enamoré de este juego. Sí, creo que fue un amor a primera vista” -hace un culto del cuidado por el físico, aunque ser jugador de rugby parezca desmentirlo. “Este es un juego de contacto, una batalla deportiva. Es uno de los deportes más completos en la parte física y mental. Hay que estar muy preparado para poder practicarlo bien. Pero ese espíritu del que se habla tanto es real. Y es también una enseñanza de vida. Yo soy muy temperamental y me enojo mucho. De chico, terminaba partidos de fútbol llorando de bronca o peleándome con cualquiera. El rugby me ha enseñado a controlarme, a medir mis emociones”, dice sin dudarlo. – En este último tiempo recibiste varias distinciones. ¿Es, a los 36 años, tu mejor momento deportivo? – No, creo que mi mejor momento en el rugby ya pasó, lo que ocurre es que estoy aprovechando toda la experiencia que he sumado a lo largo de los años. Eso, más el hecho de no haber sufrido lesiones importantes y estar muy bien físicamente me permite seguir rindiendo en un nivel competitivo, a pesar de que entiendo que está llegando el tiempo de dejar de jugar de este modo. Pero hay muchas cosas que me llenan de alegría. Recientemente me convocaron para el Seleccionado Santafesino de Seven a Side, pero como el torneo se suspendió me integraron al Seleccionado de 15 que debía jugar el Argentino, algo que no me pasaba desde 1995, el año que regresé de mi primera experiencia en Italia. Además, recibí el premio que entrega aquí la Municipalidad y otro en Paraná, donde me distinguieron como jugador revelación del Torneo Ascenso. – Este lunes comenzás a vivir una nueva experiencia internacional, ¿de qué se trata? – Voy a la ciudad de Alpago, que está al pie de las Dolomitis, al norte de Venecia, en Italia. El club de ese lugar está complicado con el descenso, entonces me llamaron para sumarme como refuerzo. He vivido una experiencia similar la temporada anterior y todo salió perfecto porque pudimos mantener la categoría. Cada vez que llego a otra institución siento que es mi club y juego como si defendiera la camiseta del CRAR, por eso creo que también esta vez vamos a conseguir el objetivo. – ¿Con qué nivel de juego te vas a encontrar? – Es la “B”, una segunda categoría, algo muy bueno teniendo en cuenta el crecimiento que ha mostrado el rugby en Italia. Los clubes están muy fuertes económicamente y, si bien las reglas se han modificado, pueden seguir convocando extranjeros para continuar con el crecimiento del deporte. – ¿Te vas porque te sirve desde lo económico, porque es un desafío deportivo o porque se trata de una nueva posibilidad de seguir conociendo el mundo? – Un poco de cada cosa. Me encanta viajar y conocer, pero también me apasionan los desafíos deportivos, ver hasta donde puedo llegar, cómo me encuentro en este momento. Y, en lo económico, también me sirve porque es un tiempo corto que me permite retomar mi trabajo en el gimnasio, apenas regrese, sin ningún tipo de problemas. – ¿Por qué no te quedaste a vivir en Europa? – Me encanta viajar, recorrer, conocer y Europa es fantástica, pero siempre mis pasajes tuvieron fecha de regreso. Rafaela es mi lugar en el mundo, aquí están mis seres queridos, mis amigos, mi club, mis raíces. No puedo estar mucho tiempo fuera de este lugar. – ¿Por cuánto tiempo más vas a seguir viviendo este tipo de experiencias? – No sé, es probable que esta sea la última, pero si todo sale bien volveré a dejar una puerta abierta. Y en una de esas me vuelven a llamar. Hace un tiempo que me propongo dejar de jugar y dedicarme solo a entrenar, pero después veo que estoy jugando bien y sigo. Es que este deporte me apasiona y me resulta muy difícil colgar los botines. – ¿Vas a Italia solo como jugador? – No, también seré ayudante del entrenador. Además, el club me ha ofrecido participar de cursos de perfeccionamiento porque quieren que me quede a trabajar con ellos. Pero como dije antes, yo quiero construir una familia en esta ciudad, por eso me vuelvo en abril. – ¿Cuánto interfiere en tu decisión de viajar el lugar geográfico en que vas a vivir? – Yo lo conozco por haber jugado allí en años anteriores. Pero soy muy curioso y, apenas me hablaron, comencé a buscar información sobre la zona, el clima, la ciudad. Todo incide. – ¿Que hacés cuando estás fuera del país, en tus ratos libres? – No tengo tanto tiempo para recorrer, por ejemplo, que es algo que me gusta mucho, pero igual lo hago cada vez que puedo. Cuando arreglo para jugar fuera, pido tener un tiempo para entrenarme de forma particular, o sea que suelo dedicarme a eso en buena parte de las tardes. Y después leo, escucho música o voy al cine. Me encanta esto último porque siento que cuando entro a una sala me evado del mundo, es como estar en ningún sitio en particular. Y en cuanto a la comida soy muy estructurado, me cuido de comer sano y me gusta cocinar, así que no me cambia mucho el estar en otro país. – ¿Te quedan sueños de rugby? – Sí, seguro. Pero son realizables. Ahora quiero darle todo a mi nuevo equipo, mantener la categoría y volver para jugar con mis amigos.

Documento de identidad

Nombre completo: Alejandro Fabián Chiavon. Lugar y fecha de nacimiento: Rafaela, 28 de junio de 1969. Familia: Hijo de Elida Esther Gómez y Olinto Federico Chiavon, tiene una hermana: Graciela María.

Fuente: diario Castellanos, Rafaela, 23 de enero de 2006.

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