Un milagro abre las puertas de la santidad a Juan Pablo II

Investigan la inexplicable curación de una monja.

Por Elisabetta Piqué

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ROMA.- Una monja enferma de cáncer en fase terminal, curada inexplicablemente en Francia, será el milagro que le abrirá a Juan Pablo II el camino a la beatificación y, después, a la santidad. Así lo sugirió a la prensa italiana don Estanislao Dziwisz, el fiel secretario privado de Karol Wojtyla durante más de 30 años, que, si bien no quiso dar detalles sobre el hecho en sí, indicó que tuvo lugar en Francia, en octubre último. A partir de estas declaraciones –formuladas en esta capital, donde don Estanislao se encuentra en estos días para la “visita ad limina” de obispos polacos–, la agencia francesa católica I-Media aseguró ayer que se trata de un episodio ocurrido en Francia, cuando la religiosa pudo curarse sin explicaciones científicas de un cáncer fulminante. La curación milagrosa ocurrió luego de que un grupo de monjas amigas, que la acompañaban en su lecho de enferma, le rezaron al difunto Juan Pablo II por su intercesión. Si bien hay centenares de testimonios en todo el mundo de personas que claman haber obtenido un milagro gracias al papa polaco fallecido el 2 de abril último, para que sea válido como prueba de un proceso de canonización, éste debe haber ocurrido tras la muerte del candidato. En este sentido, el caso de la monja, ocurrido en octubre pasado, resultaría válido. I-Media no dio más detalles debido al estricto secreto necesario para que quienes analizan la causa, y en especial, el milagro, puedan trabajar en serenidad y sin condicionamientos. “Prometí no decir nada sobre el milagro”, dijo Dziwisz, hoy arzobispo de Cracovia, que destacó que “hay muchos testimonios de diversas naciones y debemos seleccionar los más precisos para demostrar la personalidad de Juan Pablo II”. Cuando apuntó que para allanar el camino a la santidad para el hombre que él consideraba un padre y cuidó hasta el último respiro había sido elegido un caso en Francia, don Estanislao explicó que esto era “quizá porque es un país que nadie se espera”.

Próximos pasos

La presunta curación sin explicaciones científicas de una monja enferma de cáncer, de todos modos, deberá ser analizada minuciosamente por una comisión de médicos y de teólogos que sentenciarán si se trata, o no, de un milagro. Al margen de esto, lo que todo el mundo se pregunta ahora es cómo serán los tiempos del proceso de beatificación, que muchos creen que serán rápidos. No hay que olvidar, al respecto, que el 8 de abril último, durante sus impactantes y conmovedores funerales solemnes, Juan Pablo II fue aclamado santo por el fervor de la gente reunida en la Plaza de San Pedro, que exclamaba “¡Santo ya!”. Atento a este clamor, como en su momento Juan Pablo II hizo con la Madre Teresa de Calcuta, Benedicto XVI ya derogó la norma del derecho canónico que indica que deben pasar cinco años de la muerte para abrir una causa de beatificación. Un tribunal eclesiástico, de hecho, está analizando la causa tanto en Cracovia -donde Karol Wojtyla pasó 40 años de su vida, como estudiante, actor, sacerdote, profesor universitario, arzobispo y cardenal-, como en Roma, donde Juan Pablo II fue jefe de la Iglesia por casi 27 años y donde murió. Según don Estanislao, en Polonia las cosas marchan viento en popa. “Esperemos que termine en marzo. Hay muchos testimonios, hay que elegir los más exactos, y provienen de diversas naciones, porque el Pontífice pertenece a toda la Iglesia universal, y no a una sola nación.” Lo cierto es que muchos polacos esperan que Benedicto XVI -que públicamente suele decir que su amado predecesor está en el cielo- beatifique a Juan Pablo II “el Grande” en junio del año que viene, cuando viajará a Polonia, tierra natal de su antecesor. Algo que parece difícil porque, con inmensas montañas de informes para analizar, se presume que el tribunal eclesiástico de la diócesis de Roma para entonces no habría terminado su trabajo. Fuentes informadas del Vaticano, sin embargo, creen que el papa Ratzinger podría decidir que la información que se ha recopilado ya es suficiente como para tomar la decisión de beatificar a su predecesor. El Pontífice, si quiere, tiene la autoridad para elevar en cualquier momento a Juan Pablo II al honor de los altares, salteándose las etapas canónicas.

Ratzinger en Alemania

Mientras queda por verse si Benedicto XVI querrá seguir este camino, la prensa popular alemana informó hace unos días que el papa alemán habría hecho un milagro durante su visita a Colonia para la Jornada Mundial de la Juventud, en agosto pasado. Los diarios Bild y Express consignaron la curación inexplicable de Victor, un chico de 6 años, de Duesseldorf, enfermo de cáncer, que en Colonia fue abrazado por el actual pontífice. El encuentro entre el ex custodio de la ortodoxia católica y el niño enfermo de cáncer fue uno de los momentos más conmovedores de ese primer viaje al exterior del Santo Padre, que fue transmitido en vivo por todos los canales alemanes. Entonces, Benedicto XVI, de 78 años, abrazó al pequeño y lo bendijo. Después de este encuentro, que los padres del chico habían pedido encarecidamente tras contactar a la Iglesia local, Victor fue sometido a nuevas sesiones de quimioterapia. Ahora, los estudios indican que el tumor ha desaparecido, y hasta los más escépticos en Alemania creen que la alegría de ese encuentro, y su efecto psicológico, en el marco del entusiasmo de la Jornada Mundial de la Juventud, han ayudado al pequeño a hacer frente a la terapia.

Fuente: diario La Nación, 1 de diciembre de 2005.

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