Tres estilos diferentes

Por Jorge Rouillon

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La frase que en febrero usó el obispo castrense, Antonio Baseotto, suscitó gran revuelo, y que el domingo volvió a emplear el administrador apostólico de Resistencia, Carmelo Giaquinta, fue leída ayer en todas las iglesias del país. El texto leído dice: “Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasione! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar antes que escandalizar a uno de estos pequeños.” En realidad, el autor no es el obispo castrense ni el hasta ahora titular de Pastoral Social del Episcopado, y la lectura se hizo en todo el mundo. El copyright de esa frase le corresponde al autor original: Jesucristo, y en todo caso, si algo puede cuestionarse es la prudencia, la oportunidad o la justicia de su aplicación a una cuestión determinada. En el caso de Baseotto, a declaraciones del ministro Ginés González García favorables al aborto. En el caso de Giaquinta, a su vez, aludiendo a ese caso y refiriéndose de modo expreso a la entrega de anticonceptivos a niñas de 11 años, denunciada por el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer. En sede judicial, en julio, Baseotto fue absuelto de la acusación de apología del crimen, al no hallarse un nexo causal en la frase evangélica citada.


Aunque coincidan en la crítica del enfoque oficial sobre la instrucción sexual, los tres hombres de Iglesia trazan trayectorias diferentes. Monseñor Aguer tiene 62 años. Enseñó en el seminario de San Miguel y fue hecho obispo auxiliar del cardenal Antonio Quarracino en Buenos Aires en 1992. En 1998, fue nombrado coadjutor del Arzobispado de La Plata, que asumió en 2000. Ortodoxo en la doctrina, culto, en el orden internacional integra en Roma la Comisión Pontificia para los Bienes Culturales de la Iglesia. De trato algo distante, reconcentrado, a veces se ha desmarcado en algunos temas del Episcopado cuando juzgaba adecuado salir a la palestra. Suele aparecer en televisión con definiciones fuertes. En su momento, accedió a ordenar a unos 50 sacerdotes del Verbo Encarnado, congregación de tinte tradicionalista, que el resto del Episcopado resistía y cuyos miembros actúan en diversos países, con la aprobación de Roma. Tenido por conservador en lo político, ha sido, sin embargo, un duro cuestionador de la deuda externa, que considera ilegítima. El presidente Néstor Kirchner le replicó con dureza cuando dijo que, en lo social, las cosas “se estaban saliendo de madre”. En esa ocasión, no se oyeron voces entre los obispos que salieran a respaldar su posición. El obispo Baseotto, de 73 años, pertenece a una congregación: la redentorista. Acompañó al recordado obispo Jorge Gottau, en Añatuya, el territorio eclesiástico más pobre del país, y lo sucedió al frente del obispado. Durante años, recorrió pueblos de miseria extrema, levantando dispensarios y salas de primeros auxilios. En su momento, se atribuyó a su influencia la designación de un legislador justicialista de Santiago del Estero, Juan José Laprovita, en la Secretaría de Culto, que acompañó y poco después reemplazó a Angel Centeno, durante el gobierno de Carlos Menem. Se lo considera amigo de su sucesor, Esteban Caselli. Fue en la gestión de éste en Culto, en el gobierno de Duhalde, cuando se dio la conformidad para que asumiera el obispado castrense. En más de una ocasión mostró su inquietud por los juicios a militares e insistió en la reconciliación. En el Episcopado, su acción se centró en la colecta Más por Menos. Monseñor Giaquinta, de 75 años, es considerado uno de los prelados de más altura intelectual. Ex decano de Teología de la UCA, colabora en publicaciones culturales y teológicas. Fue auxiliar en Río Negro del obispo Miguel Hesayne, caracterizado por su prédica por los derechos humanos, y se lo suele considerar un progresista moderado. Giaquinta ha tenido más eco en el Episcopado, donde presidió la comisión económica buscando involucrar a los fieles en el financiamiento de la Iglesia y despegar a ésta de cualquier indicio de dependencia del Estado; con cualquier gobierno, más allá del signo que sea. Cuestionó duramente que el de Kirchner pretendiera poder desplazar a un obispo, Baseotto.

Jorge Rouillon

Fuente: diario La Nación, 8 de noviembre de 2005.

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