Tregua con Uruguay por las papeleras

Bielsa y Gargano llegaron al mismo acuerdo que Kirchner y Vázquez hace más de dos meses: hacer un informe binacional. Los ministros se reunieron en Pilar, donde se desarrollaba la reunión de sus pares. Bielsa se mostró esperanzado en que las plantas no sean riesgosas

Por Jorge Elías

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Bielsa y Gargano llegaron al mismo acuerdo que Kirchner y Vázquez hace más de dos meses: hacer un informe binacional. Los ministros se reunieron en Pilar, donde se desarrollaba la reunión de sus pares. Bielsa se mostró esperanzado en que las plantas no sean riesgosas

Por Jorge Elías

Todo ha vuelto a foja cero. O, en realidad, al estadio anterior. Es decir, al acuerdo entre Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez para que una comisión binacional se pronuncie en 180 días sobre el impacto ambiental que podría provocar la instalación de dos plantas de procesamiento de pasta celulosa (materia prima del papel) sobre la margen oriental del río Uruguay. En ello convinieron ayer los cancilleres Rafael Bielsa y Reinaldo Gargano tras una reunión que, “dentro del marco de las excelentes relaciones que ambos países mantienen”, recibió los adjetivos de “cuidadosa y amistosa” en un parte oficial argentino concertado con las autoridades uruguayas. Establece, además, que “las cancillerías son las únicas competentes para emitir comunicaciones sobre la cuestión en consideración”. Lo curioso es que ambos presidentes habían llegado al mismo acuerdo en ocasión de la última visita de Vázquez a Buenos Aires, el 5 de mayo. Más de dos meses después, con el intento de la Argentina de frenar préstamos destinados a la construcción de las plantas en la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, ambos cancilleres renovaron ayer, en un encuentro de más de una hora realizado durante la reunión de cancilleres del Grupo Río en el Sheraton Hotel de Pilar, el acuerdo original. La instalación de ambas plantas levantó polvareda tanto en Fray Bentos, Uruguay, como en Gualeguaychú, Entre Ríos, por el temor a un daño irreparable al medio ambiente. Fuentes de la Cancillería argentina habían confiado a LA NACION, antes del encuentro de Bielsa con Gargano, que “en realidad, la comisión debió reunirse primero en Montevideo, pero Uruguay no asistió, y después en Buenos Aires, pero Uruguay tampoco asistió”. ¿Entonces? Bielsa dijo en una rueda de prensa que tres técnicos de la Universidad del Litoral, por la Argentina, y tres de la Universidad de la República, por Uruguay, “se van a reunir a la brevedad” y, para ello, apeló a “la madurez de ambos lados, como sucedió cuando tuvimos problemas con Chile” por la provisión de gas.

Salida administrada

A una “salida administrada” se refirió entonces Bielsa, esperanzado “de corazón”, agregó, en que “el informe técnico diga que no hay ningún riesgo”. El dictamen de la comisión, de todos modos, no será vinculante (de carácter obligatorio), por más que se trate de uno de los preceptos establecidos en el Tratado del Río Uruguay, firmado en 1975, en defensa del medio ambiente. Del otro lado del río, el gobierno uruguayo dio vía libre a la instalación de las dos plantas, las cuales reportarán una inversión de 1800 millones de dólares (la más grande de los últimos tiempos) y la apertura de varias fuentes de trabajo. Vázquez nunca se mostró dubitativo con el proyecto rubricado por su antecesor, Jorge Batlle. “Problemas entre países vecinos hay siempre, pero cuando se solucionan demuestran la madurez en las relaciones”, dijo Bielsa, convencido de que “ha quedado atrás” la polémica desatada en las últimas semanas. Poco antes de su reunión con Bielsa, Gargano dijo en un diálogo telefónico con Víctor Hugo Morales, conductor del programa de televisión “Desayuno”, de Canal 7, que “el diferendo lo va a resolver el Banco Mundial y se va a acabar el problema”.

En el mejor de los mundos

En otro momento, antes de la foto oficial con los cancilleres y los vicecancilleres presentes, Gargano dijo que había un “99 por ciento de acuerdo y un uno por ciento de desacuerdo”. Con optimismo medido, acaso con cautela, Bielsa dijo después de la reunión: “Si no hay ningún riesgo estamos en el mejor de los mundos”. Antes, fuentes de la Cancillería habían dicho a La Nación que el gobierno argentino estaba dispuesto a llegar a las últimas consecuencias si no se hacía el estudio conjunto: no vacilaron en mencionar una corte internacional, como lo establece el Tratado del Río Uruguay, si no llegaban a un acuerdo. Apenas llegó a Pilar, anteayer, Gargano se encontró con reclamos de vecinos de Gualeguaychú, pero, según dijo, también recibió señales positivas desde Washington sobre los préstamos pedidos al Banco Mundial por “los beneficios económicos sustanciales que ambos proyectos pueden generar para la economía de Uruguay”. Más de dos meses después del acuerdo entre Kirchner y Vázquez, entonces, sus cancilleres llegaron al mismo acuerdo. Una tregua, en definitiva.

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 23 de julio de 2005.

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