Tiempo de balances y buenos deseos

Aunque demasiada violencia y demasiados conflictos turban y perturban nuestros diarios de vida, surge como de las cenizas el amor y el deseo, el deseo y la vida, la vida y la luz… y luce como tejiendo esperanza. Pienso que es Navidad en el corazón del hombre.

Por Víctor Corcoba Herrero (España)

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Estos días son tiempo de balances y buenos deseos. Así, por ejemplo, “Europa y usted en 2008” es una metáfora de la vida europeísta. En ocasiones una paradoja. Me explico. Por una parte, la Unión Europea dice que trabaja a destajo para garantizarnos una vida puesta a salvo: el suministro energético de Europa para el futuro, mejora en las condiciones laborales o refuerzo en la seguridad de los productos y en la salud de los ciudadanos. Sin embargo, la realidad es bien distinta y distante. Tan sólo unas vivas muestras: El medio ambiente está desbordado de productos tóxicos, habitualmente presentes en nuestra cotidianeidad. Con frecuencia, la nube de contaminantes atormenta los relojes de la vida e impide que el sol despunte con la belleza de los espacios abiertos. El desempleo, los trabajos indecentes, la inseguridad, todo ello y muchas más cruces volcánicas como pueden ser los maltratos, lejos de cesar, se incrementan en esta tierra de nadie, conquistada por unos pocos, que también se van a morir por muy dioses que se sientan.

Quizás por este aumento de inseguridades, los ministros españoles están concentrados, en la lucha contra la crisis económica y en generar empleo. ¿Será la inocentada del 2008? Al respecto, les va a exigir, -dice su jefe de filas, el presidente Zapatero-, cumplimiento y eficacia máxima. En un reciente repaso a los temas de actualidad, el susodicho jefe del Ejecutivo, con talante en mano y doctrina positiva en labios, volvió a insistir en que los planes puestos en marcha por el Gobierno y la fuerte inversión pública aprobada permitirán que, en marzo o abril de 2009, se cree empleo y el país vuelva a ser el paraíso de la siesta para todos, el de los sábados en centro comercial y domingos de gloria en el fútbol. Si no fuera porque ya no tenemos corazón para tantos desengaños, le creeríamos. Pero las situaciones son las que son y exorbitante esperanza le pone el pueblo para no tornarse reaccionario. Haría falta un aluvión de revueltas para poner estética en el poder. Por ejemplo, en aquellas políticas que reducen al ser humano a una esclavitud indigna al servicio de una economía inhumana. Si cada país tiene un genio y también sus demonios propios, ya está bien que las endemoniadas gestas destierren genialidades, en un mundo que precisa como nunca de los sabios. 

La verdad que los balances últimos impregnan un universo de contrariedades que habría que atajar. La actual crisis muestra que se puede y se debe hacer algo más por el desarrollo. Hay quien dice que será una catástrofe si sólo es gestionada por países ricos. Parece que es necesario un regreso decidido a la transparencia, a la coordinación y unión entre países, en la búsqueda de soluciones. Lo que es evidente, que ha de prevalecer el trabajo sobre el capital, las relaciones humanas sobre las meras transacciones financieras, la ética sobre los criterios de eficacia. Lo innegable es que la avaricia de unos pocos sigue dejando en la cuneta a una gran mayoría, sin un pan y sin un techo donde caerse vivo, porque muertos ya los deja este sistema excluyente, que pasa del itinerario ético global de los derechos humanos. 

También en la lucha contra el terrorismo, contra los kamikazes, ha de seguir vigente el derecho internacional humanitario. Se ha globalizado el terror y esto exige respuestas globales. No se puede obviar el diálogo interreligioso, cuestión considerada por muchos analistas internacionales como algo vital para la paz. En nuestro país la paz no acaba de llegar porque el terror sigue anclado en su faena de sesgar libertades. Grupos afines a ETA mantienen a un pueblo en vilo, a un país en permanente estado de recelo. Ahí está el dato: Más de 40.000 personas en el País Vasco y Navarra se sienten acosadas, según la revista de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Mil de ellas tienen que ir acompañadas por escolta a diario, lo que provoca graves consecuencias en su salud física y psíquica con trastornos como ansiedad, miedo o un aumento del consumo de sedantes. Otro de los látigos de las sociedades actuales es la eutanasia y el aborto. Por encima de creencias debe estar la persona  El aborto se ha duplicado en diez años en España. Por desgracia la vida, el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte, hace tiempo que se viene devaluando y desvirtuando su verdadero valor. 

Dicen que los deseos deben obedecer a la razón. Para ello, hay que dejar de vivir en el miedo. Tal vez haya que tomar juicio antes de tomar partido. La Navidad puede ser un buen momento. El portal de Belén nos invita a poner el oído en todas las familias que sufren. Para comprender es preciso saber escuchar. También la estrella de Belén nos pone en el camino de los niños que sufren y son explotados en el mundo, tanto los nacidos como los no nacidos. La propia vida es un camino hacia sí mismo y un caminar hacia los demás. Es cierto que, a veces, la brisa del dolor cabalga por entre los más débiles por culpa de los más fuertes. Aunque demasiada violencia y demasiados conflictos turban y perturban nuestros diarios de vida, surge como de las cenizas el amor y el deseo, el deseo y la vida, la vida y la luz… y luce como tejiendo esperanza. Pienso que es Navidad en el corazón del hombre. Remato el pensamiento: ¡Qué lo sea en verdad y en bondad!

Víctor Corcoba Herrero corcoba@telefonica.net

El autor vive en Granada (España).

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