Tambo rotativo en Suardi

Hay tres en el país, pero en Nueva Zelanda este sistema es del 40%. Tiene capacidad para ordeñar 44 vacas en forma simultánea. Produce 10.000 litros diarios de leche a través de unas 650 vacas y unos 300.000 mensuales. La inversión fue de 500.000 dólares en 1999.

por Emilio Grande (h.)

Compartir:

“Antes tenía un tambo común como hay en la zona para 12 bajadas. Fuimos pensando en incorporar nueva tecnología a través de un tambo rotativo para ganar en la rapidez de ordeñe y con menos personal”. Así expreso Hugo Boscarol, dueño del establecimiento “El Porvenir” y cuenta con unas 1.100 ha a 8 km al oeste de la localidad de Suardi, departamento San Cristóbal, en una entrevista con este cronista. Puso como ejemplo que antes para ordeñar 5.000 litros tenía 8 personas y la instalación estaba siempre con problemas de limpieza, porque demandaba 4 horas ordeñar 350 vacas. En 1999 construyó un tambo rotativo (similar a una calesita). Desde entonces en dos horas y media está ordeñando 650 vacas, el costo operativo de personal se redujo en un 50%. “El personal se agota mucho más trabajando 4 horas”, aclaró. Hay tres tambos de este tipo en la Argentina: además del de Suardi, en Vicuña Maquena (provincia de Córdoba) y Carlos Casares (provincia de Buenos Aires). Previo a la construcción, Boscarol estuvo visitando el de Buenos Aires y luego viajó con su familia e integrantes de la firma “De Laval” a Australia y Nueva Zelanda, para visitar una docena de tambos rotativos. “La idea era cómo se podía adaptar para nuestra realidad, con el objetivo de evitar problemas personales y mantener limpieza y orden”, señaló. La construcción del tambo llevó unos nueve meses, que incluyó preparación del suelo por el peso de 50.000 kg entre la máquina rotativa y las 44 vacas -es la capacidad que tiene el tambo-, con el asesoramiento de profesionales de Australia y el posterior control de técnicos de Suecia. La inversión fue de 500.000 dólares cuando la paridad estaba 1 a 1.

El funcionamiento

“Se está trabajando con cinco rodeos según la distinta producción de las vacas. Ingresan al corral de espera que las va empujando con una tranquera hacia adentro. Cuando ya están en el tambo se les lavan los pezones y luego se colocan las pezoneras. Ahí comienza el ordeñe, va girando y cuando termina el proceso salen por otra puerta, siendo controlado para que no haya problemas; si hay alguna vaca que sea más productora se le coloca una cadenita para que no salga cuando termina la vuelta y así dé una segunda”, explicó Boscarol, quien durante años fue corredor de motos. El promedio por vaca es de 22 a 26 litros y aparecen algunas de 32 litros, a través de los controles lecheros mensuales. La vuelta por este tambo dura entre 5 y 7 minutos, según la producción de las vacas. De promedio ordeñan 10.000 litros diarios y por mes entre 290.000 y 300.000 litros. En la zona el tambo común ordeña 1.800 litros por día con 200 vacas. El precio que le paga la láctea Verónica es de promedio 0,56 pesos por litro. En los otros tambos abonan 0,42 por litro de promedio, según las empresas. “Una vez que sale la leche de la vaca pasa por la garra de los pezones, se dirige a través de unos caños al centro de la rotativa; hay una bomba donde la tira a una placa que la refrigera a la temperatura del agua y luego pasa al tanque de frío de 4 grados. Después viene el camión de la empresa para retirar la leche, no teniendo contacto la leche con el exterior, ganando en calidad”, graficó. Los ordeñes se realizan a la 1 de la mañana y a las 13, horarios acordados con el personal. “En los meses de calor la vaca tiene que comer temprano porque a las 8 las temperaturas son altas”, destacó. Se alimentan con pastura común, alfalfa, avena y una ración de silo de maíz, sorgo forrajero, granos de maíz y minerales. Visitan este tambo modelo delegaciones de alumnos de escuelas agrotécnicas y también profesionales de otros países del mundo, inclusive Japón.

Una persona muy activa

Hugo Boscarol comentó que está estudiando la posibilidad de crear una pequeña empresa láctea para la fabricación de lácteos y quesos. Es la tercera generación después de su abuelo Antonio y su padre Enzo (fallecidos). La familia se completa con su esposa Alicia y dos hijos: Adrián y Noelia. La mañana arranca a las 6 para programar la actividad del tambo, el campo, la ferretería en Suardi y trabaja ad honorem en la comuna del pueblo. “La sequía pega fuerte, hace tres meses que no llueve y hace falta pasto, que repercute en una merma de producción en un 20%. Faltan unos 100 mm, lo que demoró la siembra de maíz. También es malo cuando hay exceso de lluvias”, opinó. En otros países la lechería tiene subsidios del Estado y acá se cobran retenciones (se pasaron del 5 al 15%). “En vez de mantenerse o aumentar hay una baja del precio hasta un 5%. El productor se tiene que adaptar a los gobiernos; si nos ponen retenciones tenemos que aguantarlas porque con gritar no hacemos nada, pero tuvimos que reducir los costos operativos y asegurar la producción”. En Nueva Zelanda trabajan 10 meses en el tambo y los otros dos meses descansan y hacen el mantenimiento al establecimiento, a las máquinas de ordeñe y rotativas. Centralizan las pariciones de las vacas al mismo tiempo. El 40% de la lechería dispone de este sistema de tambo rotativo.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *