¿Soñamos parecido?

Por Silvina L. Cassina.- La persona sin objetivos es como un barco sin rumbo. Escriba sus objetivos y metas. Existe una gama de sueños comunes a todas las personas y la mayoría de ellos exigen dinero. Algunos de los sueños más frecuentes son: “Establecer un negocio propio, lograr el éxito profesional, trabajar en una multinacional, ganar la lotería, viajar, comprar la casa propia, garantizar la educación de los hijos, comprar un auto nuevo, tener una casa de vacaciones o de fin de semana, no hacer nada y vivir de rentas, almorzar y cenar en restaurantes, leer buenos libros, estudiar afuera.”

Para poder llevar a la realidad los sueños deben ser transformados en objetivos y querer intentar lograrlos a pesar de las dificultades, lo que exige determinación y una voluntad férrea para sobrepasar los obstáculos. La gran mayoría de los sueños y objetivos exigen disponibilidad dineraria, lo que requiere la necesidad de una planificación financiera. Sin planeamiento y sin objetivos claramente definidos, no existirá la menor posibilidad de alcanzar lo que se desea. Una alternativa importante es hacer una planilla de objetivos, valorizarlos y fijar un plan para obtenerlos.

Algunos de los principios fundamentales de la planificación financiera son: 1- Dele un sentido al ahorro: Se debe realizar la planificación y el ahorro en función a los ideales, no de acuerdo al estilo de vida de otras personas. Para lograr los objetivos financieros no sólo es necesario ganar más dinero, sino tener un plan y metas concretas. 2- Solo tiene el que guarda: No existe una fórmula mágica para tener un patrimonio. Hay que ahorrar, se gane mucho o poco. Si no se dispone de mucho dinero, se necesitará mayor cantidad de tiempo para lograr la riqueza deseada. 3- Comience lo antes posible: Es elemental comenzar y diversificar las fuentes de renta inmediatamente. 4- Mire más allá de mañana: Mirar al mediano y corto plazo estimula y favorece el crecimiento patrimonial para toda la vida.

La planificación financiera está muy difundida en países desarrollados desde hace muchos años o décadas, en nuestro país es incipiente. La mayoría de los argentinos no planifica por la alta inestabilidad de la economía, y justamente por esta causa, la planificación en Argentina es aun más importante y necesaria. La mayoría de las personas, tengan riqueza o no, encuentran buenas excusas para no planificar y ahorrar; ya sea porque poseen poco dinero o porque tienen mucho. En ambos casos la subestimación de la planificación y la falta de reconocimiento de la realidad pueden ser destructivas.

Algunas cuestiones a tener en cuenta: – No ponga como excusa para NO ahorrar a la inflación o a la inestabilidad política-económica del país: los vaivenes locales siempre estarán presentes en Argentina, por lo cual, si tiene que esperar la estabilidad nunca podrá ahorrar. – No subestime a la inflación: éste es el mayor pecado que puede cometer un ahorrista a la hora de manejar su dinero. Opte por productos financieros con rentabilidades superiores a la inflación: ellos existen, sólo que la mayoría de los ahorristas tradicionales los desconocen. – La vida tiene muchas incertidumbres, conseguir objetivos requiere tiempo y paciencia: la planificación financiera personal requiere seguir una estrategia precisa, deliberada y dirigida a la acumulación de bienes y dinero que formarán el patrimonio de una persona o familia. Esta tarea puede estar dirigida al corto, mediano o largo plazo y no es tarea fácil lograrlo. ¿Por qué? Existen numerosos imprevistos e incertidumbres que hacen difícil planificar correctamente. Por otro lado, existe una propensión a satisfacer las necesidades del hoy. Esto incentiva a consumir y a gastar más de lo que se tiene, provocando que muy pocos individuos puedan alcanzar el objetivo supremo de la planificación financiera. – Posponga el consumo, ahorre hoy para consumir mañana: Si se decide postergar los deseos de consumir hoy, para consumirlos más adelante, ya sea para la compra de un bien futuro (casa, auto, viaje), o para complementar la jubilación estatal o para pagar la educación de un familiar, entre otros, logrará su objetivo: su sueño. No pierda de vista su objetivo.

No se engañe pensando que no puede ahorrar para su futuro, para su sueño. Empiece hoy mismo, porque si no comenzó hasta ahora ¿que provocará que lo haga mañana?

La autora es Contadora Pública Nacional. Máster en Finanzas Internacionales. Asesora financiera. silvina@cassinayasociados.com

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