“Sin memoria, perdemos nuestras raíces…”

Destacó el obispo Fernández en la oración por la patria durante el acto por la Independencia en Rafaela.

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Durante la celebración del aniversario de la Independencia ayer en la plaza 25 de Mayo de nuestra ciudad, el obispo de Rafaela Luis Alberto Fernández realizó una oración por patria, que a continuación se transcribe:

Oremos por nuestra patria, en la  celebración de este nuevo aniversario de la Independencia Argentina.

Dios nuestro, origen de todo bien, belleza y bondad, Padre todo poderoso y eterno, acudimos a vos en este día 9 de Julio, para hacer “memoria” del acontecimiento tan significativo de nuestra Independencia, realizada ya hace más de 200 años en la provincia de Tucumán cuando ese día, “representantes”, llegaron de casi todas las provincias, con un único deseo de unirse, para siempre, como una Nación libre y soberana, soñando una Patria de hermanos.

Reconocemos Señor, que hacer memoria, hace más fuertes a los pueblos, y que sin memoria, perdemos nuestras raíces, es decir el origen que sin él nuestra vida diaria se desorienta y los proyectos pierden sustentabilidad y eficacia, porque para nosotros el pasado no es simple historia que se recuerda, sino fundamentalmente, espíritu y vida que se lleva en la sangre haciendo que la realidad pueda ser transformada, para así dar pasos cada día hacia nuevos horizontes fecundos que ayudan a crecer y madurar como Nación.

En este día te rogamos por toda la Argentina, danos tu luz y sabiduría, para vivir con entereza y valentía los desafíos presentes, alienta nuestros buenos deseos, para asumirlos con responsabilidad, rechazando todo mal, y pudiendo renovar entre todos la nación que vamos construyendo cada día, con la alegría de sabernos pueblo argentino.

Danos la capacidad para que juntos podamos en medio de esta pandemia, devolver el bienestar a la gente, en la salud, en la familia, en el trabajo y la educación, libéranos del  miedo y la desesperación, que no se apague la alegría de vivir, ni cedamos ante la falta de respeto o la violencia. Con tu manera de ser Señor, trabajemos unidos, sin excluir a nadie, siendo humildes y compadeciéndonos de los que menos tienen. Ahuyenta todo individualismo que nos anestesia haciéndonos egoístas e incapaces de compadecernos de los clamores de los olvidados.

No te olvides de ese alma tan argentina que es la solidaridad, fortalece la fragilidad que a veces tienen nuestros vínculos en especial en nuestras familias, que sanemos las heridas y no dejemos de construir puentes de ternura y amor, que nos ayude a no perder el sentido de nuestra existencia, fundamentalmente la fe religiosa.

Gracias Dios nuestro por tantas mujeres y hombres, niños, jóvenes y ancianos, que ofrecen su vida y su tiempo con alegría y con amor. En estos tiempos difíciles ayúdanos a no bajar los brazos.

Que no escapemos del compromiso por los demás, obsesionándonos con nuestro tiempo personal, reconociendo que la cercanía al otro, es lo que más ayuda a madurar a la persona humana.

Los que firmaron aquella Acta de la Independencia Argentina habían llegado a Tucumán desde las futuras provincias, para participar de un momento inolvidable y “pactar y sellar” para siempre un compromiso de unidad con el sueño de un país nuevo, sin esclavitudes.

Señor, “en medio de la oscuridad siempre haces brotar algo nuevo”, por eso hoy nosotros queremos suplicarte que nos entregues el heroísmo para vivir con sencillez y humildad cada día, encontrándonos con los demás como un solo pueblo, que quiere vivir con trabajo, techo, tierra y pan, en esta bendita Argentina.

Encomendemos también a los queridos difuntos que por la pandemia del Covid-19, han partido a la Casa de Dios y digamos: “Dales Señor el descanso eterno y brille para ellos la luz que no tiene fin”. Amén.

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