Sin energía no hay producción

Argentina debió intentar comprar bajo acuerdo la mayoría de Repsol, presionando, negociando. Lo lamentable es que para el mundo Argentina le está robando su inversión a Repsol.

Por María Herminia Grande (Rosario)

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Por María Herminia Grande.- El tema YPF merece retrotraernos no ya como hiciéramos la semana pasada desde esta columna sobre su historia originaria, sino al momento de su venta en los ´90, cuando el gobierno de Menem decidió su privatización. Cabe recordar que por entonces el petróleo registraba su menor precio internacional­: U$S 10 el barril. YPF era una compañía modelo, con ventas de U$S 5.500 millones al año y una ganancia neta de U$S 580 millones. Tenía yacimientos en Bolivia, Perú, Ecuador, Estados Unidos, Indonesia y Rusia. Exportaba el 30% de su producción. Sus costos de extracción y refinación de crudo eran inferiores a los de las principales petroleras del mundo. Generaba ingresos de U$S 3200 millones al año por pago de impuestos, dividendos y regalías. La venta de YPF se efectuó en US$ 13 mil millones. Repsol como ya dijimos comparativamente con YPF, es una empresa muy pequeña de refinación, es decir sin petróleo ni gas natural, y se comportó en Argentina con la lógica de una pequeña empresa privada que es la de no ser un instrumento de desarrollo de nuestro país sino la de invertir los dividendos que obtenía de YPF en otros lugares del mundo según la conveniencia de sus accionistas españoles. El presidente Néstor Kirchner intentó crear una empresa petrolera, ENARSA, sin petróleo. Como sabemos su inviabilidad está en que es imposible tener una empresa petrolera sin comprar una empresa de petróleo. La recompra de YPF es conveniente y necesaria fundamentalmente porque Argentina tiene enormes recursos de shale gas y Repsol no tiene la capacidad ni la voluntad, ni la especialización técnica para este desarrollo que la Argentina necesita. Claro que la falta de inversión con la que Repsol dejó a YPF, prácticamente sin reservas de gas y petróleo, requerirá aproximadamente U$S 5 mil millones anuales en los próximos años para recuperar el autoabastecimiento. Recordar que este año Argentina va a importar combustible por un valor equivalente a U$S 12 mil millones. A esta altura debemos decir que YPF tiene un problema financiero pero no económico, el mayor desafío desde este punto de vista es conseguir préstamos y tecnología durante algunos años. Ahora bien, ¿cuáles son las sombras del proceso reciente? Se trata de las formas en que el gobierno de la Presidente Kirchner realiza la recompra. De una u otra manera tiene peligrosos rasgos de malvinización. Como todos sabemos el gobierno español de derecha con una enorme caída en la consideración pública, encuentra en “la incorregible Argentina” de Borges el elemento que le permite encolumnar a su población en defensa de lo que los argentinos le quieren “arrebatar”, y está logrando que Europa y Estados Unidos y especialmente el mundo de los negocios, se alineen tras España en esta cruzada. En lo que respecta a Latinoamérica nuestro país tiene el respaldo sincero de Venezuela y Uruguay y ficticias solidaridades del resto. Méjico respalda a Repsol no por lo intereses de Pemex sino por convicción de su gobierno. Y aquí vuelvo al principio, la forma de la recompra de YPF que utilizó Argentina la deja internacionalmente como un país no serio. Argentina debió intentar comprar bajo acuerdo la mayoría de Repsol, presionando, negociando. Lo lamentable es que para el mundo Argentina le está robando su inversión a Repsol. Ante este cuadro la pregunta es ¿qué debería hacer Argentina? Para ello recurrí a la opinión de un experto en la materia, el Dr. Ing. Raúl Bertero, quien me manifestó que Argentina debiese poner en la dirección de YPF a técnicos prestigiosos e irreprochables. Además de conseguir una asociación estratégica con las grandes productoras del mundo, las cuales cuentan con recursos técnicos y financieros, tales como la Exxon, Total, etc. A su entender, el asociativismo no debiese pasar ni por China ni por PDVSA. Además se debería capacitar a los recursos humanos de YPF en todas las áreas tecnológicas de los hidrocarburos no convencionales y las energías renovables, e iniciar una negociación seria con la empresa privada Repsol, no con el gobierno español que tiene sus propios intereses. Acordar rápidamente todas las cuestiones pendientes con el resto de las empresas privatizadas. Normalizar todas las tarifas de las empresas de transporte y distribución de gas y electricidad nacionales. Pagar los juicios del CIADI y los compromisos con el Club de París. Remata diciendo el Dr. Bertero “demostrar que la recompra a Repsol fue sólo un acto soberano necesario para el desarrollo de nuestro país y que Argentina está dispuesta a volver al sistema internacional de naciones como el país rico que es, no menos que Brasil por ejemplo”.

Política en Santa Fe Al cierre de este análisis el partido justicialista tenía dos pedidos de listas, una sola de ellas con el primer casillero ocupado, el venadense Freyre. El resto es incógnita. La dificultad mayor pasa porque nadie se atreve a arreglar hoy mirando la lista de diputados del 2013. Los acontecimientos políticos nacionales van muy rápido como para aventurar acuerdos a futuro. El próximo jueves la cámara de diputados podría tratar el proyecto de emisión de letras aunque por pedido de los intendentes se analizarían modificaciones, de ser así volvería al senado. El gobierno del Dr. Bonfatti está muy interesado en la reforma tributaria, hasta ahora con único sesgo recaudatorio. Para que esto obtenga los votos necesarios, su ministro de gobierno deberá demostrar cintura política. Por último ¿se viene una empresa provincial de gas en Santa Fe por un acuerdo entre el kirchnerismo y el socialismo?

Fuente: diario La Capital, Rosario, 21-04-12.

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