”Si entendemos al cerebro podemos entender a nuestra sociedad…”

El que opina es el Dr. Facundo Manes, presidente del Grupo de Investigación en Neurología Cognitiva de la Federación Mundial de Neurología y director del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco). “El conflicto del campo se puede entender más desde la neurociencias que desde la política”, sostiene.

Por María Herminia Grande (Rosario)

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MHG: Un estudio plantea que entender el cerebro ayuda a descifrar decisiones políticas. El debate es interdisciplinario, incluye a científicos, intelectuales y líderes de opinión… FM: Mi especialidad es entender el cerebro humano y los políticos lo tienen y realizan sus actos con el cerebro, por lo tanto la idea es que los cientistas políticos no dejen de lado lo que sabemos los neurobiólogos en cuanto a como el cerebro toma decisiones, cómo el cerebro analiza el riesgo, cómo actúa ante el largo plazo… En Estado Unidos ya funcionan estos comités científicos interdisciplinarios…

MHG: ¿A que conclusiones preliminares han llegado? FM: Ya hay algunos conceptos claros que pueden ayudar a entender las decisiones políticas. En primer lugar sabemos desde la neurociencias que no todas las decisiones, ni de los votantes ni de los políticos, son racionales. Aunque uno piensa que es así. Las decisiones humanas son guiadas por la emoción, aun las decisiones que uno considera racionales son guiadas por la emoción y no por el raciocinio. El ser humano vive tomando decisiones, incluso esta conversación esta guiada por la emoción… la extensión de esta entrevista depende mas de la emoción que de la razón, porque el cerebro humano no toma decisiones tan racionales como pensamos. La toma de decisiones humanas depende críticamente de las áreas cerebrales relacionadas con la emoción, porque como no tenemos tiempo sinceramente de analizar los pro y las contras de cada decisión, hay obviamente decisiones que llegan a la conciencia. Si voy a un shopping y compro una corbata voy a estar diez segundos pensando que color elegir, es una decisión que llega la conciencia… Pero la mayoría de las decisiones que tomamos en el día no llegan a la conciencia…

MHG: La mayoría de las grandes decisiones en la historia política del mundo y de nuestro país ¿son tomadas a través de la emoción? FM: Sin dudas. Yo siempre digo que el conflicto del campo se puede entender más desde la neurociencias que desde la política. A Kirchner le decían que iba a perder votos si enfrentaba a la gente que lo votó en las elecciones provenientes del sector rural, lo podía percibir, pero tenía que ganar la batalla… Es como cuando uno le dice a una persona que si sigue con la adicción a la cocaína va a perder en algunos años el trabajo, su familia, su prestigio social, seguramente lo va a racionalizar y va a decir, es cierto… pero no va a poder dejar de consumir al día siguiente la cocaína… Es un problema guiado por la emoción…

MHG: ¿A que otra conclusión han llegado? FM: Lo segundo que hemos descubierto es que desde las neurociencias podemos analizar lo que no dice el votante. Cuando en una encuesta se entrevista a una persona sabemos que por razones sociales puede decir que vota a alguien, pero luego en el cuarto oscuro cambia su voto. Con las neurociencias podemos predecir, con técnicas modernas, que es lo que no está diciendo el votante. En una encuesta no se puede detectar si lo que dice la persona es absolutamente cierto. Por ejemplo: en Estados Unidos, con anterioridad a Obama, había un candidato de origen negro que iba adelante en las encuestas, pero el día de las elecciones perdió. La gente por una cuestión social decía que lo iba a votar, porque quedaba bien… pero el día de la elección no lo votó porque había una tema racial… Esas cosas se pueden ver desde la neurociencias…

MHG: ¿De que manera pueden “verse” estos comportamientos? FM: Con técnicas modernas. Con neuroimágenes hoy podemos mapear el cerebro in vivo mientras tomas decisiones. Se utiliza la neurofisiología… Hay una tercera conclusión a la que hemos llegado: hay un concepto en neurociencias que es entender la mente del otro. Muchas veces nosotros pensamos que como vemos el mundo lo ven los demás. Las neurociencias han demostrado que como hablamos y tenemos memoria, hay un dominio intelectual que se llama funcionamiento cognitivo social que es saber que el otro puede pensar distinto a nosotros… y esto muchas veces no lo aplicamos. Hay datos y conceptos de la neurociencias que pueden ser aplicados, y ya son aplicados por los cientistas políticos… Y esto va a ser el futuro…

MHG: El científico, en su trabajo ¿toma decisiones no racionales? FM: Seguramente… Por ejemplo cuando tengo que seleccionar una secretaria no me guío mucho por los curriculums… En cuanto a los experimentos, como este debe ser replicado con los mismos datos en otro laboratorio, le diría que el científico cuando hace un experimento aunque sea emocional, como este debe ser replicado, se hace más racional…. Pero el científico es un ser humano y si estudia un aspecto u otro de la ciencia, si elige a uno u otro colaborador, seguramente es una decisión más emocional que racional…

MHG: ¿Cómo están trabajando interdisciplinariamente con los cientistas políticos? FM: Los cientistas políticos trabajan con mucha gente, con encuestas masivas. Muchas de esas preguntas las utilizamos los científicos para contestarlas en laboratorios, con grupos más chicos con tecnología. Una de las limitaciones de la ciencia es que no podemos tener tantos sujetos en un laboratorio como tienen los analistas políticos. Ellos pueden entrevistar a miles de personas, nosotros no podemos hacer un estudio de imágenes a miles de personas… Creo que lo que hay que hacer es que algunas preguntas que surgen del campo de los analistas científicos podemos mejorarlas o refinarlas con un estudio de pocas personas en un laboratorio, para hacerla en forma mucho mas precisa. Y a la inversa, preguntas que surgen del estudio de pocas personas con técnicas complejas del cerebro pueden ser testeadas a escala mayor por los cientistas políticos.

MHG: Ayudarían a que las encuestas, tan vapuleadas, vuelvan a su razón de ser, la ciencia… FM: Exacto. Creo que la ayuda es birideccional. La ciencia política se puede beneficiar de la neurociencia, y las preguntas de la ciencia política pueden ser beneficiosas para la neurociencias…

MHG: Las decisiones que se toman y como se van a tomar ¿tienen que ver con algo adquirido o con la estructura del cerebro? FM: Es una mezcla. Hay una predisposición genética, hay un cerebro que va a influir en nuestro destino, pero no va a ser el responsable de nuestro destino. Lo que vemos desde la neurociencias es que nuestra conducta es producto de nuestra genética, de nuestra biología, pero también de la interacción social y del ambiente… Si hay dos gemelos criados en ambientes diferentes, van a tener conductas similares por su estructura cerebral parecida, pero van a tener conductas disímiles por los diferentes ambientes que ha impactado en esos cerebros… El impacto del ambiente es clave y va a modelar el comportamiento sin ninguna duda…

MHG: Hace unos días hubo un debate sobre el cerebro con científicos e intelectuales… FM: Fue organizado por INECO (Instituto de Neurología Cognitiva) Estuvieron presentes expertos en toma de decisiones humanas, el libre albedrío, la neurobiología de la moral… Para mi era una lástima que estos científicos de renombre internacional solo hablen dentro del meeting. Por eso a la noche organizamos un debate con periodistas, empresarios, religiosos, economistas… Pudimos discutir las implicaciones de la neurociencia en la sociedad, más allá del laboratorio…

MHG: ¿A que conclusiones llegaron luego de este debate? FM: Creo que los empresarios, economistas, religiosos, los intelectuales, comprendieron el valor de la neurociencia para comprender a la sociedad. También entendieron que Argentina no puede estar detrás del mundo en aplicar los conocimientos del cerebro a problemas diarios de la sociedad. Si entendemos al cerebro podemos entender a nuestra sociedad, eso es claro… Creo que fue un avance a la altura de los países más centrales donde la ciencia ayuda a definir los problemas políticos del país…

MHG: ¿Va haber menos margen para las equivocaciones? FM: Las equivocaciones son naturales al ser humano. Lo que planteo tiene que ver con una anécdota relacionada con Bernardo Houssay… Cuando le preguntaron si Argentina no era un país demasiado pobre como para investigar, él contesto: “justamente, como somos pobres tenemos que investigar…” La única manera de salir del subdesarrollo es generar nuestro propio conocimiento…

MHG: Un discípulo del Dr. Houssay, el Dr. Marcelino Cereijido, dice: “el día que los políticos entiendan que deben apoyarse en la ciencia, y no apoyar a la ciencia, va a cambiar nuestra historia” FM: Por eso estamos luchando, por conceptos como el del Dr. Cereijido…

Fuente: www.mariaherminiagrande.com.ar, 11/11/2009.

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