Se va del país el operador francés de Aguas Argentinas

Es la firma Suez, que tras una larga negociación con el Gobierno no logró un alza de tarifas.

Por Joaquín Morales Solá

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La empresa Suez de France, concesionaria de Aguas Argentinas, anunciará en las próximas horas su decisión de dejar definitivamente el país. Suez, una de las principales empresas proveedoras de agua del mundo, resolvió dar por terminadas las largas negociaciones con el Gobierno cuando el presidente Néstor Kirchner rechazó, anteanoche, un proyecto de acuerdo que incluía un aumento escalonado de tarifas durante el próximo año. En rigor, el Gobierno no denegó los aumentos, sino el hecho de que éstos figuraran en un acuerdo previo a las elecciones de octubre. En una gestión desesperada de último momento, funcionarios de la administración le propusieron a la empresa suscribir un documento con los párrafos referidos a las tarifas en blanco, pero la iniciativa fue rechazada de plano por la firma. La situación de Suez de France fue planteada personalmente por el presidente Jacques Chirac a Kirchner en una reunión que mantuvieron en enero, en París. Kirchner tiene programado verse con Chirac la semana próxima en Nueva York, en la asamblea anual de las Naciones Unidas. Pero la repentina enfermedad del presidente francés, que lo mantiene internado desde hace casi una semana, ha puesto en duda su viaje a Estados Unidos. De todos modos, ya se habían producido síntomas de incertidumbre en el gobierno francés. Chirac programó una gira por América latina para la próxima primavera boreal, que incluía a Brasil y a Chile, pero no a la Argentina. “Un acuerdo previo con Suez habría hecho inevitable una escala del presidente en Buenos Aires”, dijeron ayer en París fuentes diplomáticas francesas. Un importante directivo de la sede central de la empresa notificó ayer de la novedad al ministro de Economía, Roberto Lavagna, quien se limitó a responder que lamentaba la decisión de Suez de France. Lavagna fue el funcionario que más bregó para un acuerdo, sobre todo porque advertía que la retirada de Suez de la Argentina se convertiría en una noticia de alcance internacional, que afectaría seriamente el clima de inversiones extranjeras en el país. Fuentes francesas dijeron ayer que habían notado, en los últimos tiempos, un cambio en Lavagna, y que éste había abandonado su anterior entusiasmo por el acuerdo. En Economía se ratificó que su titular había hecho todo lo posible para alcanzar una solución, pero que nunca estuvo de acuerdo con que el Estado se hiciera cargo de las deudas de las empresas privadas. “Suez pedía un virtual seguro de cambio por las deudas contraídas durante la convertibilidad, pero ése es un beneficio que no se lo dimos ni a las empresas argentinas”, subrayaron funcionarios de esa cartera. Economía no participó, aclararon, en las negociaciones tarifarias. Los voceros franceses, tanto diplomáticos como empresarios, ratificaron que el punto nodal del conflicto irresuelto fue el de las tarifas y que se había llegado a un acuerdo en casi todos los restantes contenciosos. “Pero no se puede firmar un compromiso de inversiones si no está claro cuál será el nivel de los ingresos”, destacaron. Puntualizaron que el precio del agua en la Argentina es menos del 10% de su valor en Europa y que el consumo por persona aquí duplica al de París. “La empresa tiene convocatorias para invertir en China, Argelia y los países del Golfo Pérsico. No puede seguir discutiendo por más tiempo con el gobierno argentino. Ya lo ha hecho durante dos años, sin resultados”, dijeron ayer. Funcionarios del gobierno francés agregaron ayer, en París, que la negociación fue ardua, cambiante y contradictoria por momentos, pero ellos habían confiado hasta último momento en una solución. “Esperamos hasta el final que el presidente Kirchner aceptara el consejo del presidente Chirac de una negociación rápida y feliz”, indicaron. Cerca del mediodía parisino, al concluir la presentación de los resultados del grupo en el primer semestre del año, el presidente de Suez, Gérard Mestrallet, mostró preocupación por la negociación por Aguas: “El final de los plazos se aproxima. Hay discusiones en curso y son muy difíciles. No soy exageradamente optimista”. Suez es una de las principales empresas francesas y su inversión en la Argentina es la más grande que había encarado hasta ahora en el exterior. La empresa decidió ahora continuar con el juicio por US$ 1700 millones iniciado contra el país en los tribunales internacionales del Ciadi. El juicio habría sido suspendido o retirado sólo si existía un acuerdo global y amplio entre el Gobierno y la compañía. “Las acciones de la empresa subirán cuando se conozca la decisión de retirarnos de la Argentina. La situación allí es demasiado imprevisible para los parámetros europeos”, adelantaron en París directivos de la empresa. La negociación de los últimos dos años incluyó de lleno al gobierno francés. El embajador de Francia en la Argentina, Francis Lott, participó personalmente de casi todas las reuniones y él mismo tuvo encuentros reservados con varios ministros argentinos por el caso de Aguas Argentinas. La representación diplomática francesa en Buenos Aires se negó ayer a formular declaraciones sobre la situación de Aguas Argentinas. Más accesibles, en París mostraron preocupación por la situación de las inversiones francesas en la Argentina. Francia fue el segundo inversor extranjero en el país durante los años 90, después de España. “Ya se fue France Telecom y Electricité de France redujo fuertemente su participación en Edenor. Ahora le toca el turno a Suez. Y Carrefour no está bien”, dijeron esas fuentes. Referían a las recientes y duras críticas del presidente Kirchner a los supermercados durante actos de campaña electoral. ¿Es posible aún una solución de último momento en el caso de Aguas?, se averiguó en distintas fuentes francesas. “Sólo si mediara un milagro, pero los milagros no abundan en la economía ni en la política internacional”, coincidieron en responder. La noticia del abrupto final de la negociación figurará, seguramente, en los principales diarios del mundo. El viejo temor de Lavagna se cumplirá, irremediable.

Joaquín Morales Solá

Fuente: diario La Nación, Buenos Aires, 9 de setiembre de 2005.

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