Se cumplen 70 años de la actual denominación del barrio San Martín

Su formación se remonta a 1891. Primero se llamó Di Coi, luego Recreo y la actual designación desde 1950. Por la extensa cuarentena, solamente funcionan el taller de zumba y el banco ortopédico en la sede vecinal.

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La tradicional Placita Honda fue inaugurada el 1º de Mayo de 1927.

Por Emilio Grande (h.).- El tradicional barrio San Martín tuvo varias denominaciones a través del tiempo desde su formación en 1891. La más antigua fue el barrio Di Coi o Di Coij, frase piemontesa, que se puede relacionar con las plantaciones de repollos que abundaban y el consumo de esta verdura fue uno de los factores que contribuyó a dar identidad a este sector.

Más adelante, el barrio se llamó Recreo. Según el testimonio oral de algunos vecinos aseguraron que el nombre tuvo íntima relación con la casona más antigua de la ciudad: el Pequeño Palermo Recreo de Italia, construida en 1891 por Pablo Travaini, pero su decrépito estado actual hace peligrar la estabilidad edilicia y sepultar uno de las edificios más culturales, ubicado en Dante Alighieri 668. Cumplió una función social dentro de la colonia, donde se juntaban los inmigrantes italianos del Piemonte para reuniones sociales. Hasta la década del 40 se lo usó para bailar y luego siguió funcionando como bar hasta la década de 1960.

“Desde el 17 de agosto del corriente año, el sector de la ciudad que actualmente lleva la denominación de barrio Recreo se designará con el nombre de barrio General San Martín”, según establece la ordenanza Nº 1000 del 24 de marzo de 1950.
Esta norma tuvo fundamento en la disposición de las autoridades de la Nación en el que se denominó “Año del Libertador Gral. San Martín”, donde se honró la memoria del prócer máximo de nuestra nacionalidad, llamado con justicia “El Libertador de América”. Según los considerandos de la mencionada ordenanza, “la denominación del barrio Recreo proviene de un modismo o costumbre de antaño que en sí no entraña significación alguna”.

En 1915 fue construida la recordada Casa Redonda por el citado Travaini, ubicada en Blas Olivero (se llamaba calle 4) y Juan B. Justo. Su original estilo arquitectónico era un motivo de curiosidad para los visitantes y fue escenario de muchos festejos populares de la época cuando todavía no contaba con su plaza propia. Después fue comprada por Abeden Ismail y su intención de demolerla se produjo en 1956 cuando era intendente Pero Aimaretti.

El terreno que ocupa la Placita Honda pertenecía a la concesión Nº 296 y fue adquirido por Bartolomé Podio (integró la comisión de Progreso Local), tierras que fueron vendidas por la empresa colonizadora de Guillermo Lehmann. Luego pasó a propiedad de Simón Chicco, de profesión ladrillero, a fines de la primera década del siglo XX. En el amplio terreno lindante con la residencia de Chicco se extraía tierra para ser trasladada y expuesta luego de un proceso a altas temperaturas con la intención de cocinar ladrillos en los terrenos de lo que hoy es el Club Juventud sobre avenida Fanti.

La creciente demanda que la actividad generaba tuvo sus efectos sobre el terreno de donde se sacaba la materia prima para la fabricación de los ladrillos. La extracción diaria de tierra lo había reducido en profundidad en unos 3 metros para transformarse en una cava de extensas dimensiones. Se empleaba para más de un millón de ladrillos mensuales, según una estadística de 1909.

Cuando se produjo el fallecimiento del propietario el 21 de mayo de 1922, el terreno quedó abandonado y empezaron a arrojar basura. En un verano, un grupo de adolescentes lo utilizó como un improvisado “natatorio”. Por temor a que se creara un basural, un grupo de vecinos entrevistó al entonces intendente Octavio Zóbboli, surgiendo la idea de transformarlo en una “placita honda”, que se concretó con la donación del terreno, efectuada por los cinco hijos de Chicco, al Municipio mediante la aprobación de la ordenanza Nº 304 en el Concejo durante la sesión del 15 de octubre de 1926.

El 22 de febrero de 1927 se llevó a cabo la escrituración del terreno a cargo del escribano Marcelino De Micheli (h.). Fue inaugurada el 1º de Mayo de ese año con la asistencia del gobernador Ricardo Aldao, el intendente Zóbboli, el presidente del Concejo Deliberante Juan Martegani y numerosos vecinos. Su primer placero fue Pedro Fontanetto. El nombre originario fue plaza 1º de Mayo establecido el 15 de octubre de 1927. En 1996 vecinos del barrio sugirieron el cambio de denominación por Placita Honda, en alusión a sus características arquitectónicas, solicitud que fue aprobada ese año por el Concejo Municipal.

Un dibujo de 1940 muestra casi su estructura actual: una fuente central adornada con esculturas, la traza de caminos, los bancos y escalinatas de acceso, la iluminación, una estatua y una caja acústica.

A lo largo de los últimos años se realizaron trabajos de restauración debido al paso del tiempo y a la acumulación de agua cuando llueve. Se agregaron dos nuevas escalinatas y una rampa para personas con capacidades diferentes, cambiaron su iluminación, transformaron la forma de los canteros, instalaron una placa recordativa, carteles con el nombre de la placita y frases del poeta Mario Vecchioli, pavimentaron sus veredas y construyeron la acera, y colocaron una bomba de extracción de agua por las repetidas inundaciones.

A decir verdad, uno de los personajes del sector fue Omar F. Luchini, quien ocupó la presidencia de la comisión vecinal durante más de 20 años: entre 1984 (hubo 3 listas) y 1986 y luego de 1988 a 2007, totalizando 20 años y cuatro meses. Dejó dos años para participar en política partidaria.

Uno de sus sueños fue la sede vecinal, ubicada en la esquina de Dante Alighieri y Juan B. Justo, a pocos metros de la Plaza Honda. Cuenta con un salón comunitario de usos múltiples, un entrepiso de madera, una sala de reuniones, un museo del barrio, banco ortopédico, biblioteca “Elda Massoni” con cientos de volúmenes y la sala cultural “Carmen Durando”.

Falleció el 4 de octubre de 2007. Escribió un libro sobre “Historias y personajes del barrio General San Martín”. Dejó su sello personal en la variedad de actividades culturales: el premio San Martín, la feria de artesanos, la maratón musical, la fiesta de los “Cappellettini”, entre otros.

La actualidad

El barrio San Martín es un tradicional sector de la ciudad y está delimitado por las siguientes arterias: bulevar Roca al norte, bulevar Hipólito Yrigoyen al este, Suipacha al oeste y avenida Luis Fanti al sur. El día del festejo del barrio es el 1º de Mayo, pero este año no se pudo realizar por la cuarentena.

Desde el 2015 la comisión vecinal es presidida por Eloísa Torreano. “Actualmente, la vecinal está funcionando solamente con zumba (con protocolo) los lunes y miércoles de 20 a 21 horas; es el único taller que pudimos abrir este año”, destacó ante la consulta de este cronista.

En el mes de marzo habían arrancado los talleres de memoria, computación, folklore, taichí, yoga, defensa personal, entre otros. “Debido a la pandemia tuvimos que suspenderlos y también el alquiler del salón. Sigue funcionando el banco ortopédico, donde tenemos para alquilar camas, sillas y bastones; los interesados se contactan con el Facebook de la Vecinal. Esto sirve para la mantención del edificio porque la situación está complicada”, agregó.

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