Se cumplen 30 años de la abadía benedictina

Los obispos Franzini y Casaretto e integrantes del Consejo Presbiteral concelebraron una misa. “La importancia de este aniversario radica en la fidelidad de Dios que nos ha sostenido y lo continuará haciendo”, dice la abadesa María Teresa Ferrari.

Por Emilio Grande (h.)

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Este miércoles 5 de marzo, se cumplen 30 años de la inauguración de la abadía de las hermanas benedictinas “Nuestra Señora de la Esperanza” que se encuentra sobre la ruta 34 al norte de Rafaela. Por tal motivo, se ofició una misa concelebrada por los obispos Carlos Franzini y Jorge Casaretto (mentor de esta iniciativa) y los integrantes del Consejo Presbiteral de la diócesis de Rafaela, siendo abierta a todos los feligreses. “La importancia de este aniversario radica en la fidelidad de Dios que nos ha sostenido y lo continuará haciendo, siendo una muestra de fe”, expresa la abadesa María Teresa Ferrari (ocupa ese cargo desde 1999 cuando reemplazó a María Luisa Storni) ante la consulta de este cronista. Y aprovecha para agradecer a los obispos que “tuvimos en estas tres décadas: Casaretto, Héctor Romero (fallecido) y Franzini, a los sacerdotes y a los fieles en general. “Hemos sentido el apoyo y el cariño de la comunidad diocesana”, destaca. Actualmente viven esta experiencia en comunidad monástica doce monjas y una novicia. Además de la vida de oración y contemplación, realizan varios trabajos como la confección de hostias, ornamentos y artesanías, realizando también trabajos de diagramación e impresión de “Noticias Diocesanas”, las cartas pastorales del obispo y de las parroquias. Una de las funciones “silenciosas” de esta abadía es la casa de retiros espirituales durante el año, especialmente de marzo a diciembre, que organizan los diferentes grupos eclesiales y parroquiales de la diócesis de Rafaela. La capacidad actual es para 60 personas y es muy concurrida los fines de semana, pero durante la semana suelen acercarse personas por su cuenta para rezar. “Más allá de lo cuantitativo de la gente que estuvo estos años, constatamos la gracia de Dios que se derrama y manifiesta en las personas que encuentran paz por obra del Señor. Es algo maravilloso que nos alienta y confirma en la misión y en el servicio”, precisa Ferrari.

Un poco de historia

Con una misa celebrada el domingo 5 de marzo de 1978 en el entonces parque El Encuentro, sobre la ruta 34 al norte de la ciudad, fue inaugurado el nuevo monasterio de las monjas benedictinas, adoptándose el nombre de “Nuestra Señora de la Esperanza”, dice la crónica del diario La Opinión de Rafaela de aquella época. Numeroso público estuvo presente para testimoniar la cálida y fervorosa bienvenida a las nueve monjas que provenían de la diócesis de San Isidro. La ceremonia fue presidida por monseñor Jorge Casaretto (entonces obispo de Rafaela, ahora de San Isidro), acompañado de los obispos Justo Laguna (auxiliar de San Isidro), Emilio Bianchi Di Cárcano (auxiliar de Azul), Edgardo Storni (auxiliar de Santa Fe), el abad Eduardo Giotto y varios sacerdotes de la Diócesis. Hablaron Laguna, Casaretto y la priora del flamante monasterio la citada María Luisa Storni. A partir de ese momento comienza la vida de trabajo, de oración y de contemplación para hacer ciertas las palabras del lema elegido, perteneciente a una cita de San Pablo: “Alegres en la esperanza y constantes en la oración”.

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