Scalfari: el ingenio de un laico fascinado por lo divino

En una página publicada en Repubblica y La Stampa, el Papa recuerda su amistad con el periodista fallecido, marcada por encuentros estimulantes por la intensidad de los temas tratados, desde los horizontes de la humanidad hasta el insondable misterio de la fe, compartidos con “un hombre de extraordinaria inteligencia y capacidad de escucha”.

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CIUDAD DEL VATICANO (Por Alessandro De Carolis).- “Eugenio era un intelectual abierto a la contemporaneidad, valiente, transparente a la hora de contar sus temores, nunca nostálgico del pasado glorioso, sino que se proyectaba hacia adelante, con una pizca de desilusión, pero también con grandes esperanzas en un mundo mejor”. Tres líneas en una página densa esculpen el retrato de un hombre y su vida interior. Eugenio Scalfari según el recuerdo impreso en el Papa, es el de un “amigo fiel” con el que intercambiar reflexiones sobre los grandes temas de la contingencia humana y la eternidad de Dios, sobre las cosas de la tierra y las del alma.

Confrontaciones estrechas

Es una página intensa, recogida por Paolo Rodari, periodista de Repubblica y Domenico Agasso de La Stampa. La Repubblica, el diario que representó la cúspide del compromiso profesional de Scalfari, fundado en 1976 y dirigido durante 20 años, se convirtió rápidamente en un punto de referencia de la información italiana. Y en las columnas de estos dos diarios, Francisco se remonta en su memoria a los encuentros en la Casa Santa Marta cuando, cuenta, el periodista “que se declaraba no creyente” le “contaba cómo intentaba captar, investigando la vida cotidiana y el futuro a través de la meditación de experiencias y grandes lecturas, el sentido de la existencia y de la vida”. Una confrontación estrecha con Scalfari como explorador que “siempre se preguntó sobre la presencia de Dios, sobre las cosas últimas”, igualmente dispuesto a reflexionar “profundamente también sobre el sentido de la fe”.

Un entusiasta deseoso de conocimiento

El Papa habla de conversaciones “agradables e intensas”, los “minutos con él – escribe – pasaban rápidamente marcados por la serena confrontación de nuestras respectivas opiniones y el compartir nuestros pensamientos e ideas, y también por momentos de alegría”. El diálogo también incluía la vida cotidiana y los temas de los “grandes horizontes de la humanidad del presente y del futuro, de la oscuridad que puede envolver al hombre y de la luz divina que puede iluminar su camino”. Intercambios compartidos con “un hombre de extraordinaria inteligencia y capacidad de escucha”, deseoso “de conocimientos y testimonios que pudieran enriquecer nuestra comprensión de la modernidad”, un “entusiasta y enamorado de su profesión de periodista”, de cuya huella profesional “proceden muchos de sus colaboradores y sucesores”.

Sensible a la atracción de Dios

En la memoria del Papa permanece viva la percepción de la curiosidad de Scalfari sobre la elección de su nombre Francisco, sobre su “trabajo como pastor de la Iglesia universal”, sobre el compromiso de la Iglesia con el diálogo interreligioso y ecuménico, sobre el misterio de Dios como “fuente de paz y fuente de caminos de fraternidad concreta” entre personas, naciones y pueblos. Intereses sobre los que el fundador de Repubblica, señala el Papa, “razonaba en voz alta” incluso en sus artículos, entrelazándolos con la fascinación que despertaban en él “diversas cuestiones teológicas, como la mística en la religión católica y el pasaje del Génesis en el que se dice que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Y por la composición y características de las poblaciones que habitarán la casa común en las próximas décadas”.

Un recuerdo precioso

Al expresar su cercanía al dolor de su familia y de quienes lo conocieron, Francisco concluye: “Desde hoy, más aún, guardaré en mi corazón el recuerdo amable y precioso de las conversaciones que tuve con Eugenio, que tuvieron lugar durante estos años de mi pontificado. Rezo por él y por el consuelo de los que le lloran. Y confío su alma a Dios, por la eternidad”.

Fuente: https://www.vaticannews.va/es

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