Santa Fe y la violencia

Mensaje de monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe. “La violencia forma parte de ese pasivo cultural y moral, al que todos hemos contribuido y debemos sentir responsables”, dice.

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En estas últimas semanas hemos asistido a una escalada de violencia que ha llegado, incluso a la muerte de tantas vidas inocentes. Temo que nos acostumbremos a las malas noticias, como algo que sucede, que es así, y vayamos perdiendo sensibilidad por la vida y la capacidad de reacción frente a esta situación. El hecho, la violencia en Santa Fe, además de ser una noticia policial y de estadística, creo que reclama una seria reflexión. Me atrevería a hablar, y a proponer, una suerte de movilización que sea una afirmación de valores y conductas, que permita recrear las condiciones morales y culturales para una sociedad nueva. Pensar en una sociedad que aliente y haga posible un modo vida distinto. Casi siempre atacamos los efectos, que es necesario pero no suficiente. La crisis es mucho más profunda, porque tiene sus raíces en lo que llamaría las certezas y proyectos con las que vive y se alimenta una comunidad. Somos responsables de las certezas que crean ese clima cultural y moral en que vivimos. Nos deberíamos preguntar: cuáles son los valores e ideales en los que creemos, nos comprometen y enseñamos? En especial, la niñez y juventud, necesitan encontrar esos proyectos e ideales encarnados en la ejemplaridad de testigos. En este campo los medios de comunicación social tienen mucha incidencia en la formación de conductas sociales. Hay una responsabilidad que ellos deben asumir y conductas que deben corregir, no es posible tener como única medida el éxito del rating. Por otra parte la cultura de la dádiva y del poco esfuerzo solo sirve para fines menores e inmediatos que no elevan al hombre; hay que apostar, en cambio, a la cultura del trabajo y a proyectos de futuro, que es una siembra a largo plazo, y que tal vez sean otros lo que van a cosechar. Esto supone presentar en toda su bondad y belleza los ideales y valores de una cultura superior, que permitirá descubrir caminos de una auténtica realización y felicidad para el hombre. No hay sociedad nueva sin hombres nuevos. Desgraciadamente hay una ruptura en la trasmisión de estos valores que hacen a una cultura superior, es decir, aquella en la que la verdad y el bien, el amor y el respeto a la vida, la solidaridad y la paz ocupan un lugar destacado y valorado.
Creo que el tema de la violencia, que es de lo que comenzamos a hablar, es una enfermedad social que tiene causas profundas y que requiere, además de la presencia de la policía en sus funciones de prevención y custodia de la seguridad de las personas y de sus bienes, como del ejercicio de la justa sanción y castigo, es necesaria una suerte de movilización cultural y moral de toda la sociedad en la afirmación de valores y conductas, sin temer poner los límites que reclama toda formación seria, no demagógica, para crear así, las condiciones que hagan posible una sociedad nueva. La violencia forma parte de ese pasivo cultural y moral, al que todos hemos contribuido y debemos sentir responsables.
Deseándoles un buen fin de semana en compañía de sus familias y amigos, los invito a elevar una oración por las personas muertas a causa de la violencia. Reciban de su Obispo la bendición de Dios que es Padre de todos.

Mons. José María Arancedo Arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz

Este texto corresponde al Micro Radial que se emite por LT9 (AM 1150) los sábados a las 13:00hs.

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