Restaurando nuestra alma: paciencia

La artista Adorni con el Arcángel Rafael en la Catedral.

Por María Inés Adorni.- Señor a diario suplico aumentes mi amor, la fe me colmes de bendiciones y doblegues mi altivez. Cada oración suplicante son bendiciones a alcanzar y hasta te pido milagros los hagas tu realidad. He suplicado justicia, me envíes luz y verdad, pero nunca te he pedido que me enseñes a esperar.
Otórgame Señor paciencia, concédeme todo a tu tiempo, calma esta loca impaciencia, que atrapa y lo quiere ya, dadme Señor tu clemencia pues necesito conciencia para ver la realidad.
Nada es casual, de repente, la espera es parte de fe. Mi Señor, se bondadoso, paciencia para mañana, hoy y después. /Sembrando semillas de fe.

Jesús es mi vida

Déjame beber de tu fuente de esa agua cristalina de ese amor manso y humilde, de tu justicia divina. En noches de soledad cuando el sueño aún no llega con infinita bondad, acompañas mis silencios. Y si es oscura la noche del alma atormentada, en oración suplicante la conviertes en llamarada. Cuándo es amargo el dolor y se acaban mis sonrisas con inefable consuelo y tu amor me fortificas.
Dentro de tu santo templo descansa mi pesada carga, tu me premias en bendiciones yo te canto en alabanza. El eco de tu palabra va rodando en la montaña. Es el arma poderosa para mi eterna mañana. Brisa suave es tu bondad acaricia como el viento y arrastra los sufrimientos con fuerza de tempestad. Rey de paz, Rey de reyes enriqueces mi interior el camino de los sueños lo ilumina tu fulgor. Cuando equivoque el camino o desvie tus pisadas, ven al encuentro jesús, de esta oveja descarriada. Padecistes por mis pecados cuan ingrata y necia fui más tu justicia divina tuvo clemencia de mi. Eres mi fiel compañero tu imagen la llevo dentro gracias Jesús por tu sangre que lavó mis sentimientos. Quiero tenerte a mi lado, bendito sea tu amor, y estar despierta al llamado, cuando regreses, Señor… Sembrando semillas de fe.

La verdadera felicidad

Jesús predicando a la gente comienza a hablar tratando que ellos entiendan la verdadera felicidad. Les dijo: Feliz el pobre, que tiene necesidad de Dios, el reino le pertenece por su pureza de corazón. Feliz también será quien al obrar derrame amor, porque se lo premiará con el amor del señor.
Queridos lectores quien tiene esperanza vive con felicidad. Felices los que estan tristes, porque el señor los consolará. Los que claman justicia, justicia habrá. Feliz también será el que abra el corazón y haga el bien a los demás. Jesús camina a tu lado, cada día y en cada momento de tu vida hasta cuando duermes él descansa junto a ti.
Por lo tanto no tengas miedo, entrégale todas tus preocupaciones. Él transformará las sombras con la luz del nuevo día. Por eso… ¡Ayudar sin recibir a cambio! Cuando actúo , cuando doy alimento, cuando abrigo al que tiene frío, cuando llevo al hospital al enfermo sin recursos, cuando visto y acompaño al adulto mayor que vive solo, etc… cuando realizo estas acciones en bien del prójimo el cuerpo segrega endorfinas que me dan bienestar y me dan un sentido en mi vida. Por eso… Todos tenemos capacidades y dones distintos. Lo importante es que a través de nuestras acciones imitemos a Jesús.

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